Emilio Azcárraga Milmo no solo logró posicionar a Televisa como una de las empresas de telecomunicaciones más grandes y poderosas de América Latina, también era el responsable de crear o sabotear carreras de actores, cantantes o periodistas. Con el gran monopolio en espectáculos que poseía “El Tigre” cualquier artista sabía que debía manejarse con cuidado ya que no llevar una buena relación con él podía significar el fin de sus carreras.
Televisa, considerada como “la fábrica de sueños” y la “máquina de estrellas”, le dio proyección durante muchos años a múltiples figuras del entretenimiento que hoy gozan de una fama consolidada pues la televisora se encumbró como el máximo medio de comunicación mexicano. Bajo este panorama Lucía Méndez empezó a consolidarse dentro del mundo de las telenovelas.
Lucía Méndez y Emilio Azcárraga Milmo protagonizaron una de las amistades más conocidas e importantes dentro del mundo del espectáculo mexicano. A finales de los noventa la actriz decidió expandir sus horizontes y fue así como se fue a Estados Unidos y protagonizó una telenovela para otra televisora. Por este motivo no solo perdió la amistad de “El Tigre” sino además llegó a ser vetada por muchos años de la televisora.
Lucía Méndez, quien desde los 16 años hizo sus primeras intervenciones en el modelaje y en el ramo actoral, inició su carrera en Televisa y ahí logró obtener importantes papeles protagónicos en telenovelas que fueron vistas en muchos países del mundo con gran éxito siendo dobladas en diversos idiomas.
Fue así que en las décadas de los 70 y 80, con producciones como Colorina, Vanessa, Tú o nadie y Amor de nadie, Lucía Méndez se dio a conocer y después se consolidó como una de las máximas “reinas de las telenovelas” de la época, a la par de su histórica “rival” Verónica Castro, quien también triunfaba con Los ricos también lloran -telenovela que tendrá nueva versión el próximo año- y Rosa salvaje.
En el año 1992 Lucía aceptó una invitación que haría enfurecer al “Tigre”. Y es que la también cantante fue invitada por la cadena estadounidense Telemundo para protagonizar la telenovela Marielena, melodrama que le daría aún más proyección internacional a la actriz, además de una importante suma monetaria.
La también cantante ha mencionado en más de una entrevista que solicitó un permiso a Emilio Azcárraga Milmo para poder realizar dicho protagónico, por lo que no habría traicionado a la empresa que le dio fama internacional pues todo se había realizado de manera incluso legal sin afectar su contrato de exclusividad.
Las complicaciones vinieron después cuando Marielena fue retransmitida en 1994 en TV Azteca, la naciente empresa que representaba por primera vez una competencia directa para Televisa. Aun con el permiso previo la relación se fragmentó por la decisión de la actriz.
Este “conflicto de intereses” llevó a Azcárraga a imponer el veto a quien había sido una de sus máximas estrellas, quien no podía aparecer simultáneamente en la televisora de Ricardo Salinas Pliego. Por esta razón Lucía Méndez no pudo regresar a Televisa hasta el año 2007 para protagonizar la novela conmemorativa por los 50 años de la empresa: Amor sin Maquillaje.
“Me dieron permiso de hacer una telenovela, cuando aparentemente iban a comprar Telemundo, pero se compró Univisión, entonces a mí me prensó en ese momento el cambio y no hubo más remedio que suspenderme porque no era justo que a mí me dieran permiso y a otros artistas no les autorizaran el salir y hacer una telenovela en otra empresa”, contó la actriz al ya desaparecido programa La Oreja.
Recientemente Lucía Méndez volvió a estar presente en uno de los canales de la empresa con el reestreno del El extraño retorno de Diana Salazar que fue transmitida en Tlnovelas.
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