María Félix en varias ocasiones defendió su gusto por los lujos, principalmente las obras de arte y las joyas, las cuales fueron una característica de su imagen. A su muerte, algunas de sus queridas pertenencias fueron entregadas a las grandes casas joyeras, otras fueron subastados, y los demás quedaron en manos de celebridades, como Thalía.
Las joyas que María Félix llegó a portar se convirtieron en parte de la historia del cine en México porque eran ostentosas y exclusivas, como lo fue el famoso Collar Serpiente y el Collar Cocodrilo, piezas extravagante que la misma actriz mandó a hacer a Cartier. Aunque estas son las prendas más famosas que llegó a portar La Doña, no fueron las únicas.
Durante sus últimos años de vida, la protagonista de La Generala tuvo un romance con el artista plástico Antoine Tzapoff. Su relación se basó en la admiración que uno sentía por el otro, pues así como el francés era fanático de la belleza y talento de Félix, ella lo era del arte que producía su pareja.
Fue por ello que en su relación, Tzapoff pintó el retrato de la actriz en diferentes ocasiones, pero el regalo más estrafalario que le dio fue un collar que él mismo diseñó. Esta pieza fue realizada en oro y de él cuelga un relicario circular y grande que estaba destinado a mostrar una imagen religiosa llamada “El cristo preñao”, pero María lo adecuó para que en el centro más bien se encontrara una imagen de su rostro por una parte, por la otra estaba el rostro de su único hijo, Enrique Álvarez Félix.
En diferentes ocasiones Thalía manifestó su admiración por Félix y llegó a encontrarse con ella en espera de escuchar alguno de los relatos sobre su carrera y vida privada. A la muerte de su ídolo, la cantante manifestó su tristeza, pero no se quedó con los brazos cruzados.
La intérprete de Marimar esperó pacientemente por cinco años para que gran parte de los artículos de valor de María Félix fueran subastados por la casa Christie’s, en 2007. Thalía fue de las celebridades que asistieron y se sentaron en primera fila, dispuesta a pujar por lo que más le gustara.
Fueron dos los tesoros de La Doña que terminaron en manos de la ex Timbiriche, el más llamativo de todos fue una pintura que media un metro y medio de alto por un metro de ancho, Amazona. Fue de los favoritos de María, pues en él estaba retratada cabalgando un rinoceronte, vestida con prendas orientales.
Pese a lo extraño del cuadro, para la actriz tenía un valor sentimental porque fue de los retratos que Antoine hizo para ella y la historia de cómo fue realizado llegó a oídos de Thalía por la misma Félix, así que no dudó en desembolsar USD 66 mil (más de un millón de pesos mexicanos) para colgarlo en su casa.
Lo siguiente fue el collar de oro con el relicario, el cual fue valorado en cerca de 160 mil pesos, pero fue adquirido en la subasta con valor de 483 mil pesos, según informa la página oficial de Christie’s.
La primera vez que se vio a la cantante portando esa joya fue casi 11 años después de que la compró, en 2018. Thalía presumió en redes sociales cómo festejó el cumpleaños de su amiga, la reconocida fashionista Iris Apfel. No sólo llamó la atención su buena relación con la modista, sino que de su cuello colgada el grande collar con el rostro de María Félix.
En su cuenta de Instagram también ha compartido imágenes en donde se ve el cuadro Amazona colgado en su estudio.
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