Las pesquisas por el dramático episodio en el que el actor Alec Baldwin mató accidentalmente a Halyna Hutchins, la directora de fotografía de la película, y baleó al director Joel Souza en pleno rodaje avanza rápidamente. Ahora, los detectives incautaron pruebas valiosas en el último allanamiento: todo se centra en un camión blanco de utilería, que los agentes encontraron cerrado con llave en las locaciones de “Rust”.
En el vehículo, clave para la investigación, es donde se guardaban todas las armas para el rodaje… Al menos allí es donde debían estar, según la producción.
En el camión, documentaron los agentes, se encontraron varias bolsas negras con “cartucho de fogueo LC gastado” y también un “cartucho para 45 Colt”.
Baldwin empuñaba un revólver Colt del calibre 45 cuando disparó mortalmente a Hutchins e hirió a Souza, el jueves 21 de octubre.
También había bolsas y cajas de cartón llenas de “munición diversa”, según el documento presentado ayer en el Tribunal de Primera Instancia del Condado de Santa Fe. Junto con la munición, los agentes incautaron de 12 revólveres y un rifle, según el documento, sin detallar exactamente qué tipo de armas eran.
En los expedientes del caso figura que la jefa de armas, Hannah Gutiérrez-Reed -hoy en el foco de las investigaciones-, declaró que las armas de la película permanecían “aseguradas dentro de una caja fuerte en un camión de utilería en el set”. Ella advirtió que sólo unas pocas personas tenían acceso a la combinación de la caja fuerte.
Sin embargo, en la última lista de artículos incautados no figura la existencia de una caja fuerte. Sí aparecen rotuladas armas y la munición, pero no si estaban en una caja fuerte.
En sus entrevistas previas, Gutiérrez-Reed había afirmado que “nunca se guardaba munición real en el plató”, pero el sheriff del condado de Santa Fe, Adán Mendoza, descubrió que eso no era cierto. De hecho, los 500 cartuchos de munición incautados en el plató son, según el propio sheriff, “una mezcla de balas de fogueo, cartuchos ficticios y cartuchos reales”.
Las pruebas están siendo examinadas por el laboratorio de criminalística del FBI en Quantico, Virginia.
Desde que sucedió la tragedia, se esperaban las declaraciones de Gutiérrez-Reed, señalada como inexperta en los medios norteamericanos. Ayer, finalmente, su equipo legal difundió un comunicado en el que afirma que nunca manipuló balas reales para esta película. “Hannah no tiene ni idea de dónde salieron las balas reales. Ella nunca fue testigo de que nadie disparara balas reales con estas armas y tampoco lo permitiría”, asegura el comunicado.
Los abogados dijeron que Gutiérrez-Reed fue contratada en dos puestos en esta película, por lo que “hizo muy difícil concentrarse en su trabajo como armadora”. “Todo el set de producción se volvió inseguro debido a varios factores, incluyendo la falta de reuniones de seguridad. No es culpa de Hannah”, aseguraron.
A estas alturas de la investigación, las autoridades de Santa Fe no se atreven a dar conclusiones y barajan todos los escenarios posibles, incluida la imputación de alguno de los implicados en el rodaje.
Hasta ahora, nadie ha sido acusado por el tiroteo, sin embargo la fiscal del distrito de Santa Fe, Mary Carmack-Altwies, dijo el miércoles pasado que “no se ha descartado a nadie en este momento... Todas las opciones están sobre la mesa”.
Mendoza, por su parte, dijo que el objetivo principal es averiguar cómo llegaron las balas reales a un plató de cine, insistiendo en que nunca deberían haber estado allí.
Pero ante las preguntas de la prensa sobre la posible responsabilidad legal de Baldwin, que además de protagonista de la película que se estaba rodando es uno de los productores, el alguacil recalcó que “nadie está descartado”.
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