Vince Vaughn, de 51 años, sobresale entre sus colegas por sus casi dos metros de altura. Se hizo popular como el compañero de travesuras de Owen Wilson, Jon Favreau y Ben Stiller, con los que ha protagonizado algunas de sus comedias más conocidas. “Pelotas en juego”, “Starsky & Hutch”, “Los Rompebodas” o “Sólo para parejas” son solo algunas de las películas que le dieron el status de estrella mundial. Alguna vez fue uno de los hombres más divertidos de Hollywood, pero ha tenido problemas para mantenerse vigente en la pantalla grande. En los últimos años, el ex novio de Jennifer Aniston ha sido más noticia por asuntos extracinematográficos y por rotundos fracasos en la taquilla.
Pero ahora se prepara para volver con ambiciosos proyectos.
El año pasado se anunció que Isla Fisher, Rachel McAdams, Owen Wilson y Vaughn estaban en conversaciones con el director David Dobkin sobre la posibilidad de hacer una secuela de la exitosa comedia de 2005 “Los Rompebodas” para HBO Max. El proyecto finalmente se confirmó, aunque todavía está en sus albores. “Estamos tratando de hacer algo bueno”, dijo Wilson. “Vince y yo hemos estado hablando, cuando esta pandemia termine, tal vez colarnos en algunas bodas en la vida real sólo para celebrar el regreso a la normalidad”, bromeó Wilson. “Así que tal vez nos inspire un poco en eso”.
Wilson y Vaughn han aparecido en varias películas juntos, incluida “Aprendices fuera de línea” (”The Internship”) de 2013, donde interpretan a dos cuarentones a los que echan de su trabajo y deciden postularse para una pasantía para estudiantes que ofrece Google.
Vaughn también protagonizará una nueva serie del creador de “Ted Lasso” para Apple TV +. Además de interpretar el papel principal, el actor también actuará como productor ejecutivo. Bill Lawrence recibió la aprobación para realizar 10 episodios de “Bad Monkey”, un programa basado en el libro homónimo de Carl Hiaasen, publicado en 2013.
Rebelde con causa
Vincent Anthony Vaughn es hijo de Sharon DePalmo, una agente inmobiliaria y corredora de bolsa, y de Vernon Vaughn, vendedor para una empresa de juguetes. Es el menor de tres hermanos. Se enamoró del teatro desde muy chico gracias a su madre. Cerca de su casa había un teatro comunitario: “Estaba allí desde la mañana hasta la noche”, recordó en una entrevista con Rolling Stone. No fue el mejor alumno. Prefería perder el tiempo en la calle con sus amigos. “De una manera extraña”, contó, “mis padres siempre confiaron en que las cosas me saldrían bien”. Gracias a su potente cuerpo, el actor resultó interesante para los entrenadores de atletismo de su escuela. Pero a los 17 años se lastimó la espalda tras quedar involucrado en un accidente automovilístico por lo que no pudo practicar ningún deporte. “Había una obra de teatro en la escuela secundaria y conseguí uno de los papeles. Me reencontré con la actuación. Después de eso, quise involucrarme profesionalmente”.
La historia de cómo el hijo de una familia acomodada de Minneapolis llegó a Hollywood comenzó con un cliché: Vaughn acompañó a un amigo a una audición en Chicago y el director del casting lo animó a que también leyese el papel. Era 1993 y tenía 23 años. En un par de meses, Vaughn apareció en un anuncio nacional de Chevy de 30 segundos durante el Super Bowl. Era famoso y anónimo a la vez. Tras terminar la secundaria, a los 18 años, se mudó a Los Ángeles para dedicarme a la actuación a tiempo completo.
“Cuando llegué por primera vez, era una habitación y mis sueños. Descubrí que no era tan fácil. Hubo momentos en que me sentí muy solo“, admitió el actor, que creció es un privilegiado y aburrido suburbio de Chicago. Su batalla fue interna, en parte porque estaba aprendiendo sobre la vida misma. “Recién estaba llegando a mi edad adulta”, dijo. “Para muchos chicos, la universidad es su época de crecimiento. Nunca fui a la universidad. Pasé directamente de vivir en la casa de mis padres a vivir solo”. No obstante, estaba convencido de la decisión que había tomado. “Salí y tuve fe en que era bueno. No sé de dónde lo saqué, pero de esa manera, todo el rechazo es mucho más fácil de digerir”.
Luego vino el encuentro crucial de la carrera de Vince. El azar quiso que en su primera película —”Rudy, reto a la gloria”—coincidiera con un hombre que iba a ser determinante en su vida: Jon Favreau. Su parte en la película fue eliminada, pero su camino recién comenzaba. El director de “Iron Man” estaba escribiendo en aquel momento el guion de “Swingers”, una película de bajo presupuesto que puso a Vaughn en el foco de atención.
Apenas un año después, en 1997 y con 27 años recién cumplidos, Vaughn llegaba a las ligas mayores con “The Lost World: Jurassic Park” bajo las órdenes de Steven Spielberg. “Crecí viendo a E.T. y Tiburón “, declaraba el actor a la revista Rolling Stone. “Las películas de Steven son parte de lo que me inspiró a ser actor”. Y Spielberg habló con contundencia sobre el talento de Vaughn: “Inmediatamente me llamó la atención su gran capacidad para interpretar diferentes papeles. ¿Y ese nombre? Es el nombre de una estrella de cine de los años 40. Uno pensaría que se lo inventó para entrar en el negocio, pero es real“.
En 1998 Vaughn se sumó a la controvertida versión de “Psicosis”, de Gus Van Sant, como el nuevo Norman Bates. “Los críticos la crucificaron”, declaró el actor años después a la revista GQ. La crítica se ensañó con él. “El Norman Bates de Vince Vaughn es tan aterrador como un perro salchicha sedado”, escribió el periodista Widgett Walls.
Vaughn no piensa demasiado. “Nunca he sido un tipo que analice demasiado las cosas”, resumió. Tiene una estrategia para evitar que la industria lo defina. “No veo actuar como una religión, como algo que es tan sagrado, esta gran institución. Pero siempre lo he disfrutado”.
En los inicios de su carrera daba el status de seductor, pero luego se transformaría en un tipo gracioso y bastante desaliñado. Fueron estos papeles de amigo siempre dispuesto a meterse en líos en los que encontró un nicho que le permitió salir del fiasco de “Psicosis” .
Todd Phillips lo eligió junto a Will Ferrell y Luke Wison para protagonizar “Aquellos viejos tiempos”, y allí todo se volvió más fácil para el actor. Durante un lustro se convirtió en una de las caras más representativa de la comedia grotesca. Y se sumó a la lista de comediantes del momento junto a los hermanos Wilson, Ben Stiller, Jack Black y Steve Carell.
De repente, Vaughn se encontró con el éxito masivo en la comedia con películas como “El reportero: la leyenda de Ron Burgundy” o “Pelotas en juego”, y sobre todo en “Los Rompebodas”, producción que recaudó casi 300 millones en todo el mundo. Se convirtió en uno de los actores mejor pagados. Su nombre era sinónimo de éxito en la taquilla.
Pero después llegarían los problemas.
La noche que casi termina en una tragedia
El 13 de abril de 2001, durante un descanso del rodaje en Carolina del Norte de “Domestic disturbance”, Vaughn, su compañero Steve Buscemi y el guionista Scott Rosenberg fueron a un bar de la localidad de Wilmington. Avanzada la noche y ya muy borracho a Vaughn le pareció buena idea coquetear con la novia de uno de los clientes presente en el lugar, lo que desencadenó una violenta pelea que terminó con Buscemi en el hospital tras ser apuñalado en la garganta, la cabeza y el brazo, mientras Vaughn salió ileso.
Timothy Fogerty, uno de los atacantes, fue acusado de desorden público y de tenencia de arma blanca, y Rosenberg y Vaughn, arrestados. Buscemi fue el que se llevó la peor parte, aunque según los testigos no tuvo nada que ver en la pelea. Tras ser dado de alta del hospital, el actor viajó a Nueva York para continuar con su recuperación.
Vaughn y Rosenberg se declararon culpables de iniciar el altercado, fueron obligados a asistir a terapia y se les prohibió la entrada a todos los bares de Wilmington. La película protagonizada por John Travolta, en la que Paramount había depositado USD 75 millones y grandes esperanzas, se vio perjudicada por el incidente y se hundió en taquilla.
No fue su última detención: en 2018 terminó en la cárcel tras resistirse a un arresto por conducir borracho en una autopista de Los Ángeles.
Vaughn conducía el vehículo cuando se encontró con un control de alcoholemia. Tanto el actor como su acompañante se negaron a cooperar con las autoridades y fueron detenidos para ser puestos en libertad horas más tarde, una vez pagada la fianza.
El protagonista de “True Detective”, que no es un gran fanático de la autoridad, también se mete en problemas cuando opina sobre algún tema de actualidad. Vaughn nunca ha ocultado su espíritu conservador en una industria conocida por su progresismo.
Pero, año tras año, sus comentarios han sido más y más polémicos. Por ejemplo, en una entrevista a la edición británica de la revista GQ, la estrella de Hollywood defendió la portación de armas en las escuelas y aseguró que prohibirlas para evitar la violencia sería como “prohibir los tenedores para impedir que la gente engorde”, y luego agregó: “Quitar las armas, las drogas o el alcohol no librará al mundo de la criminalidad”.
Vaughn también fue cuestionado por mostrarse muy amistoso con el entonces presidente Donald Trump y la primera dama Melania en un juego de fútbol americano en Nueva Orleans. En una entrevista con Los Angeles Times, el actor se defendió. “En mi carrera he conocido a muchos políticos con los que siempre he sido cordial”, explicó. “Fue la única vez que lo conocí. Nos saludamos y fue agradable. No me metí en política”.
El clip del encuentro se volvió viral en ese momento y muchos en las redes sociales pidieron cancelar al actor. “No creo que la mayoría de la gente se tome esas cosas tan en serio como el pequeño porcentaje que hace ruido al respecto”, afirmó. “Me criaron con la idea de que puedes tener creencias diferentes y debes respetar y defender eso,”.
Sin importarle lo que digan de él en momentos de extrema corrección política, el actor también se ha quejado públicamente del declive del tipo de comedias para adultos que lo hicieron famoso en beneficio de un tipo de humor más blanco y lejos de la ofensas.
El cambio de rumbo en este género no parece gustarle demasiado. Y quedó claro en 2011 cuando montó un pequeño escándalo a costa de un diálogo en el que el personaje que interpretaba en “El Dilema”, de Ron Howard, definía a los coches eléctricos como “gays”.
El presentador y periodista Anderson Cooper se quejó ante las cámaras del popular programa de Ellen DeGeneres, consiguiendo que la broma no fuera eliminada de la película pero sí del tráiler; algo que molestó mucho a Vaughn. En un comunicado, afirmó: “La comedia y las bromas sobre las diferencias rompen la tensión y nos unen. Crear líneas divisorias sobre de lo que podemos bromear o no hace exactamente eso: nos divide”.
La razón de su ruptura con Jennifer Aniston
Vince se convirtió en una verdadera estrella cuando se enamoró de Jennifer Aniston, su compañera en la comedia romántica “Viviendo con mi ex” en 2005. Comenzaron a salir el mismo año en que la actriz terminó su matrimonio con Brad Pitt.
Aniston, recién separada de Pitt, era entonces un imán para los medios, algo a lo que Vaughn no estaba acostumbrado. En octubre de 2006, un año más tarde, los actores anunciaban su separación: “Jennifer y Vince acordaron mutuamente terminar su relación, pero siguen siendo buenos amigos”, comunicaron por medio de sus representantes.
En el escaso año que duró el romance, Vince llegó a denunciar a tres periódicos que aseguraron que había sido visto besando a otra mujer en un evento benéfico.
Al año siguiente de la ruptura, Vaughn se jactó de la “gran amistad” que lo unía a Aniston “Todavía hablo con ella constantemente. Tengo una conexión real y genuina con Jen. Y la aprecio mucho. Eso continúa hasta el día de hoy“, dijo a la revista Parade.
Según el actor, que nunca habló de su entonces novia ante la prensa, el acoso mediático tuvo mucho que ver en su ruptura: “Nunca disfruté de la parte de los paparazzi. Te gusta alguien y te gusta pasar tiempo con ella, eso está bien. Pero realmente yo pasaba la mayor parte del tiempo buscando maneras de no llamar la atención”, dijo a la revista Playboy.
En 2008, Aniston habló con Vogue sobre su relación con Vaughn después de su dolorosa divorcio con Brad. “Llamo a Vince mi desfibrilador”, confesó a la revista. “Literalmente me devolvió a la vida. Mi primera bocanada de aire fue una gran risa. Fue genial. Lo amo. Fue encantador, divertido y perfecto para el tiempo que pasamos juntos. Y necesitaba eso”.
Vince se casó en 2010 con la agente inmobiliaria Kyla Weber, junto a la que es padre de dos hijos, Locklyn Kyla y Vernon Lindsay. El actor describió la vida conyugal como “fabulosa”, pero reconoció que “es lo más difícil” que le tocó. “Tienes que esforzarte y quererlo”.
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