Diego Boneta volvió para interpretar a Luis Miguel durante la última temporada que retrata la vida del cantante, probablemente sus momentos más turbios tanto social como económica y desde luego, creativamente.
Uno de los momentos más difíciles para el cantante, pero también uno de los más intensos de la serie, es el arresto del cantante en 2017 por la más grande y polémica demanda de incumplimiento de contrato que enfrentó.
Así fue el arresto de Luis Miguel en la vida real
Luis Miguel fue arrestado el martes 2 de mayo de 2017 en Los Ángeles, Estados Unidos, y presentado ante una jueza federal, de acuerdo con la información del a agencia EFE.
En aquel momento dieron a conocer que todo estaba relacionado con la causa que enfrenta el cantante con su ex representante William Brockhaus, quien exigía una indemnización de más de un millón de dólares por incumplimiento de contrato.
Pese a ganar el caso, Brockhaus no vio ese dinero durante algunos años, incluso tuvo que intervenir la justicia norteamericana y confiscar el lujoso Rolls Royce de Luis Miguel, pero dicho automóvil no cubrió el monto.
Fue por lo anterior que la jueza Virginia A. Phillips requirió a Luis Miguel ante los tribunales; Luis Miguel evadió los requerimientos en diversas ocasiones hasta fue arrestado en cumplimiento de una orden de aprehensión por desacato.
De acuerdo con las declaraciones de su abogado, Rafael Heredia, a medios locales, fue el mismísimo Luis Miguel quien decidió entregarse a las autoridades ante la orden de aprehensión.
El retrato del momento en la serie
La serie de Netflix retrata este momento con un Luis Miguel completamente arruinado, tanto personal como emocional y económicamente. El cantante está en el medio de una tarde ocupada cuando tocan a la puerta.
Visiblemente molesto por la interrupción, se coloca su bata, abre la puerta de su casa personalmente, donde se topa con un par de policías que le informan sus derechos y le colocan las esposas.
En la serie podemos ver a su contadora y a su abogado en acción paga alcanzar a pagar dicha suma. Entre sus exigencias, estaban vender la casa en Acapulco, Guerrero, México, otras propiedades, además del yate.
La constructora en Acapulco quería tirar una de sus más preciadas casas para hacer condominios, de acuerdo con lo que le avisan sus representantes legales.
“En qué momento me convertí en esto”, se pregunta Luis Miguel, con una mirada perdida, extrañado. “No quiero vender esa casa”, remata. “Creo que no tenemos más remedio”, le informaron.
Finalmente, luego de una borrachera, Luis Miguel dio luz verde a sus representantes legales para que vendieran todas las propiedades, pero le aseguran que no será suficiente.
Pese a odiar los palenques, el intérprete mexicano accedió a realiza algunos para terminar de pagar su deuda, pero algunos llegaron a ser un rotundo fracaso, como se retrató en la serie.
“Nunca quiero volver a hacer un palenque”, decide Luis Miguel; luego se enfrasca en una aventura para grabar un disco nuevo.
La liberación de Luis Miguel
Horas más tarde de darse a conocer la noticia, Luis Miguel fue liberado con la promesa de volver a presentarse ante la jueza Phillips una semana más tarde, pero bajo advertencia de ser detenido en caso de omisión.
Días más tarde, la agencia EFE reveló que Luis Miguel y Brockhaus lograron un acuerdo; el papeleo indicó que Micky accedió a abonar una cifra superior al millón de dólares que el tribunal de Nueva York impuso en primer lugar.
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