El “Juego del Calamar” es un éxito rotundo que está llevando a Netflix a alcanzar números inéditos de streaming y suscriptores, lo que se traduce en mucho dinero para la compañía. Se supone que debería significar también muchísimo dinero para el creador de la aclamada serie ¿o no?
Pues en una reciente entrevista con The Guardian el creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, dijo lo contrario. Es decir, no afirmó ser pobre o estar en bancarrota, solo precisó que no hizo una fortuna pese al éxito masivo de su creación.
“No soy tan rico, pero tengo suficiente como para llevar comida a la mesa”, dijo.
Según Dong-hyuk la plataforma de streaming no le ha reconocido ningún bono por la gran popularidad de la serie, pero reiteró que esto no estaba dentro del contrato que firmaron.
“Netflix me pagó de acuerdo con el contrato”, aclaró el director.
Sus palabras no tienen un tono de reclamo pero pueden parecer un poco injustas, después de todo la serie ha batido todos los récords de Netflix llegando a ser el programa más exitoso de la historia de la plataforma. Además, según documentos filtrados y citados por The Guardian, la producción de nueve episodios costó apenas 21,3 millones de dólares, es decir 2,3 millones por episodio y su retorno ha sido extraordinario alcanzando los 893 millones de dólares en ganancias.
Y es que la serie ha sido vista por 142 millones de hogares en todo el mundo y produjo un aumento de 4,4 millones de suscriptores a Netflix.
Tal vez con este rotundo éxito Dong-hyuk pueda negociar un mejor contrato para la segunda temporada que según bromeó el director podría ser su forma de llegar a ser tan rico como el personaje que planeó este macabro juego por diversión.
Y es que el “Juego del Calamar” es una idea que venía rondando en la cabeza de Dong-hyuk por mucho tiempo y que surgió en 2009 cuando su familia estaba atravesando por una grave crisis financiera producto del crack mundial de la economía.
“Estaba muy apurado económicamente porque mi madre se jubiló de la empresa para la que trabajaba. Había una película en la que estaba trabajando pero no conseguimos financiación. Así que no pude trabajar durante aproximadamente un año. Tuvimos que pedir préstamos: mi madre, mi abuela y yo”, contó el director.
La serie fue su catarsis pero encontrar quien le comprara la idea de un concurso de supervivencia en donde los participantes eran forzados a competir en juegos de niños por una suma exorbitante de dinero mientras los perdedores eran literalmente eliminados de un disparo en la cabeza no fue tarea fácil, hasta que apareció Netflix el año pasado.
Todo ese proceso, en palabras de su creador y director fue “física, mental y emocionalmente agotador”. Es más, fue tanto el estrés que vivió que incluso perdió seis dientes en el proceso.
El director espera que la segunda temporada, si lleva a ver la luz, sea menos estresante de producir y, claramente, tenga un mejor retorno económico.
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