Victoria Beckham, de 47 años, posee una auténtica fortuna y podría ser uno de los rostros habituales en los restaurante más renombrados del mundo. Sin embargo, sus estrictos y singulares gustos gastronómicos la convierten en “la peor pesadilla” de los chefs.
En una reciente entrevista para el podcast “River Cafe Table 4″, la ex integrante de las Spice Girls ha hablado de su dieta, de los alimentos que consume cada semana y de que realmente no disfruta comiendo platos que requieran una gran elaboración.
La diseñadora contó que prefiere platos simples y que las tostadas integrales con sal es su comida favorita. Hablando con Ruth Rogers, Victoria admitió que es la “peor pesadilla” de un restaurante porque es feliz con solo una porción de pan con una pizca de condimento. Ese es su permitido cuando quiere darse el gusto de ingerir hidratos de carbono.
“Soy muy quisquillosa comiendo. Me gusta la comida preparada de manera muy simple, sin mantequilla, sin aceite, sin salsas...”, confesó. “Lo que más disfruto son pescados frescos y limpios al horno con verduras al vapor y vinagre balsámico de guarnición”, continuó. Un plato de lo más sencillo que se aleja mucho de lo que suelen tener en su carta los chefs más prestigiosos del mundo. Por eso, la esposa de David Beckham cree que es “aburrida en lo que se refiere a la comida”, y eso que entre sus amistades se encuentra el famoso chef Gordo Ramsay con gran renombre a nivel internacional por su talento en la cocina.
“Gordon siempre cuenta que David y yo somos las personas más disciplinadas a la hora de comer. Pero si me tomo una copa puedo ser una invitada muy divertida”, bromeó la diseñadora, que tiene cuatro hijos con el ex jugador del Real Madrid.
Y es que comer sano y hacer deporte forman parte de su rutina diaria. También contó que hace siete años tomó la decisión de no comer carne: “Estaba en clase cuando me contaron cómo se hacían las hamburguesas, y desde entonces no he vuelto a probar la carne”.
“Tampoco tomo ningún lácteo, pero como pescado y me alimento de manera muy equilibrada. Mis niños sí comen carne y no hay problema, es una decisión personal”, agregó. El aceite y la mantequilla no forman parte de su dieta, pero sí incluye “grasas saludables” como el aguacate o los frutos secos, especialmente las nueces. “No me niego a nada, pero así es como soy. Es una manera de cuidarme. Cuando era pequeña tenía la piel fatal y todo se solucionó cuando empecé a comer sano”, insistió.
Victoria había dicho anteriormente a la revista Stella que entrenar es para ella lo mismo que “lavarse los dientes”. “Hago ejercicio todos los días, lo veo como cepillarse los dientes, es solo algo que haces. Normalmente hago una caminata cuesta arriba en la cinta, seguida de una rutina de Tracy Anderson”, una famosa entrenadora personal de Hollywood que tiene clientes famosos como Alessandra Ambrossio, Gwyneth Paltrow o Madonna.
La clave del método Tracy Anderson está en realizar muchas repeticiones de cada ejercicio con pesas en los tobillos y en las manos, todo ello, siguiendo el ritmo de la música y en unas condiciones ambientales determinadas. Ella recomienda realizar los ejercicios en una sala a 35 grados de temperatura y con un 75% de humedad.
Victoria Beckham es un referente incuestionable en el mundo de la moda desde que empezó a confeccionar en 2007. La diseñadora ha ido variando su estilo a lo largo de los años, conllevando un notable cambio en su forma de vestir.
En una entrevista que concedió el año pasado al diario británico The Guardian, la modista dijo que tanto su vida personal como profesional la han llevado de los vestidos al cuerpo a sus siluetas personalizadas. Según Victoria, era “un signo de inseguridad”, que ella siempre escogiese prendas muy ajustadas, muy entalladas.
“Llevaba muchos vestidos estructurados con encaje y aun tengo algunos, pero ahora mi estilo es de patrones más relajados. Sé lo que me funciona mejor y con lo que me veo mejor. No creo que tenga que demostrar ya nada a la hora de vestirme”, reconoció la diseñadora.
Beckham, quien se unió a las Spice Girls alrededor de los 20 años, dijo que fue ganando más confianza con la edad y así comenzó a vestirse para sí misma en lugar de para otros. Y recordó: “A medida que el negocio despegó y estaba más ocupada, mi estilo cambió, porque simplemente no podía correr por el estudio haciendo todo con tacones altos. Hago muchos malabares: ser madre, ser esposa y estar en el estudio todos los días. Cuando creces, te obsesionas con las cosas más tontas, pero cuando envejeces, aprendes a sentirte cómodo con tu propia piel”.
Cuando le consultaron si se creía hermosa, respondió: “No, absolutamente no. Pero saco lo mejor de lo que tengo. Veo mis imperfecciones y defectos y sonrío: es quien soy y no voy a tratar de cambiar eso. Trabajo duro, me veo bien, tengo cuatro hijos de los que estoy increíblemente orgullosa, un esposo maravilloso y me siento contenta”.
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