Tras casi cuatro años del divorcio entre Maki y Juan Soler, el actor confesó que la separación fue una etapa sumamente difícil para él, pero logró salir adelante gracias a ayuda de expertos.
Juan Soler y Maki llevaban 15 años de relación cuando decidieron darle fin al matrimonio que había formado, algo que cambió sus vidas y la de sus hijas Mía y Azul. Hoy, la relación entre los actores sigue siendo buena, pero no tan cercana como antes, y es que cada uno ha decidido reiniciar, aunque no ha sido nada fácil.
El protagonista de La mexicana y el güero habló abiertamente de lo que fue para él tener que separarse de su esposa cuando ella le pidió el divorcio, una experiencia poco grata y confusa que lo llevó a terapia para poder procesar su duelo.
Soler confesó que tras su separación, cayó en depresión por lo que no cree que sea verdad que la gente pueda recuperarse de un divorcio sin ayuda de un psicólogo, pero si es cierto, recomienda a todos los que hayan pasado por una situación similar a la de él, asistan con un especialista.
“Tuve dos años muy malos después de mi divorcio, llevo cuatro años divorciado, ya pasó, ya llovió, me pasaron dos años muy malos, sí estuve muy deprimido, la verdad, y estos últimos dos años empecé la adaptación y ya estoy muy adaptado, entonces, ahora sí no me saquen de ahí.
Yo creo que los que te dicen: ‘Lo superé yo solito’, te están mintiendo, creo que sí se necesita la ayuda profesional, se la recomiendo a todos. Cuando uno cae en un pozo depresivo es bueno buscar ayuda profesional, un psicólogo, una psicóloga”, dijo en un encuentro con la prensa, recuperado por ¡Hola!
El actor compartió que buscó la ayuda de una mujer pues piensa que la sensibilidad era una parte primordial para su terapia y es una parte más desarrolladas en ellas que en los hombres, dijo: “Yo busqué una psicóloga porque creo que la sensibilidad de una mujer es muy superior a la sensibilidad de un hombre”.
Agregó que después de su época de duelo ha logrado sentirse mejor y estable, por lo que decidió darse otra oportunidad en el amor y comenzar una nueva relación, aunque prefiere por el momento no revelar la identidad. “Hoy por hoy tengo una relación y ustedes lo saben, no es del medio, no vive en México, no van a saber su nombre hasta que la presente, ya la conocerán pronto”, señaló.
Maki reveló que ella fue quien buscó el divorcio debido a que sentía que no había vivido lo suficiente por su cuenta y todavía estaba en el momento ideal para explorar más allá del matrimonio.
“Yo, por ejemplo, me casé a los 28, tuve a mis hijas a los 30 y a los 40 tuve una híper crisis de identidad, de sentirme que faltaba vivir. Me divorcié, o sea, porque estuve con esa crisis que me entró a los 42″, señaló la protagonista de El juego de la vida en el programa Netas Divinas.
Después de conocer a Soler, casarse y tener a sus dos hijas, se desvivió por su familia y se convirtió en una “madre devota”, lo que no la convenció con el tiempo.
Pese a que ella buscó la separación, la argentina aseguró que se siente desprotegida sin su ex esposa, pero ha sabido lidiar con ello gracias a que siempre fue una mujer independiente.
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