La relación entre Columba Domínguez y Emilio El Indio Fernández acaparó la atención de la prensa nacional cuando inició y a lo largo siguió acaparando miradas cuando se fueron dando a conocer los problemas que existían entre los actores, como la trágica muerte de su hija Jacaranda.
Columba y El Indio Fernández comenzaron su romance entre los sets de filmación. La actriz habría llamado la atención del que la descubrió y fue su mentor, pues pronto le pidió ser protagonista de una de sus películas, Pueblerina (1948), en la que él fue el director.
Gracias al éxito con este proyecto, el actor decidió mantener a Columba como parte del elenco de otras películas que también él dirigía, lo que habría llevado a que ambos se enamoraran uno del otro y decidieran formar una pequeña familia, inclusive decidieron llegar al altar en secreto, según relató la actriz.
Fue en 1952 cuando nació Jacaranda. Pese a que pareció que la feliz historia entre las estrellas del cine estaría comenzando, Domínguez sorprendió cuando dio a conocer que debido a los constantes rumores sobre las infidelidades de su pareja, en 1953 decidió partir de su casa con su hija.
Jacaranda entonces tuvo que vivir entre la casa de su padre y su madre, entre México y países europeos. Mucho se rumoró acerca de si en verdad los actores se divorciaron, pues en la época la prensa aseguraba que Emilio esperaba que en algún momento la madre de su segunda hija volviera con él.
Por su parte, Jacaranda decidió también incursionar en el séptimo arte con La hija del Gallero, película en la que también participó su mamá.
La vida artística de la hija del Indio Fernández continuó con algunos pequeños papeles, pero no alcanzó la misma fama que sus padres, pues a sus 25 años falleció de una trágica y misteriosa forma, la cual hasta la fecha no tiene explicación concreta.
Fue el noviembre de 1978 cuando Jacaranda decidió organizar una fiesta en su casa ubicada en la colonia Cuauhtémoc. Todo parecía normal, hasta que los invitados tuvieron que presenciar cómo la joven actriz cayó desde el tercer piso de su hogar, muriendo de manera inmediata, cuando su cuerpo chocó contra el asfalto.
Las autoridades clasificaron al hecho como un suicidio, mientras que algunas otras personas como la misma Columba aseguraron que fue un asesinato, pues siempre pensó que su hija nunca mostró signos de depresión, no llegó a externar inconformidad con la vida y tampoco era tan descuidada como para dejar que su cuerpo cayera al vacío.
Según informaron los medios, Jacaranda unos minutos antes de caer desde el balcón, habría discutido con una de sus amigas, Lidia Suárez, misma con la que compartía departamento, pero los invitados no se atrevieron a asegurar que el fallecimiento de la actriz se hubiera debido a un asesinato.
Supuestamente, lo que las autoridades manejaron como versión oficial, fue que la hija de Columba sí discutió con Lidia, pero al intentar dejar de oírla, asomándose por el balcón, habría trastabillado debido a que habría tomado alcohol.
La fuerza con la que su cuerpo habría encontrado el barandal hizo que se cayera al vacío, versión que los invitados aceptaron, pero nunca Domínguez y la media hermana de Jacaranda, quienes aseguraron que fue asesinato.
Jacaranda fue sepultada en el Panteón Jardín el 24 de noviembre de 1978.
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