Desde hace casi dos meses, Vicente Fernández vive en el hospital debido a las complicaciones de salud causadas y reconocidas luego de una caída que sufrió en su rancho “Los Tres Potrillos”. El último reporte compartido por sus médicos señaló una aligera tendencia a la mejoría del cantante.
Sin embargo, en los últimos días se dio a conocer que su esposa, María del Refugio Abarca, mejor conocida como Doña Cuquita, también fue internada de emergencia en el mismo hospital, pues se le practicó una cirugía este lunes 13 de septiembre para tratar una hernia en el vientre.
Para ambos hay enormes posibilidades de salir de sus respectivos tratamientos y continuar su historia de amor en el rancho ubicado en Guadalajara, Jalisco. Una historia que cuenta con casi 58 años de antigüedad y que tiene un tierno trasfondo lleno de cariño y drama.
Hace algunos años, “El Charro de Huentitán” compartió con la revista ¡HOLA! la manera en la que conoció y se casó con Doña Cuquita, su único y gran amor de su vida con quien tuvo a sus hijos Vicente Fernández Jr., Gerardo, Alejandro y Alejandra.
A principios de la década de 1960, con tan sólo 20 años, el Chente, ya con experiencia cantando en en restaurantes, bodas, grupos familiares y de amigos de su natal Huentitán el Alto, se mudó a la Ciudad de México para trabajar en un restaurante conocido como El amanecer tapatío.
Con la idea de buscar una vida mejor, se quedó en la capital hasta 1963, cuando el destino le jugó una mala pasada. Su madre, Paula Gómez, falleció de cáncer a principios del año. Este hecho lo obligó a regresar a su pueblo varias veces para estar con su familia en este momento tan complicado y en posteriores días.
Durante una de sus visitas, vio a María del Refugio Abarca y, en un instante, quedó flechado. En su afán de conocer a esa “chaparrita caderona”, Fernández se enteró que era hermana de uno de sus amigos, por lo que un día de misa se acercó a ella y le regaló una flor de laurel en señal de su amor.
En cuanto se la entregó, le preguntó que si quería ser su novia. “Me dijo que el domingo me decía y cuando llegó el día me dijo que sí”, contó Vicente Fernández. Con el tiempo, la relación se fortaleció y el amor creció, pero existía un obstáculo: su carrera musical.
Los viajes para continuar con su sueño de ser cantante nunca terminaron, por lo que un día, con todo el dolor de su corazón le dijo: “Mejor búscate un novio porque yo no voy a poder estar aquí y allá y te voy a quitar tu tiempo”.
Tuvo que partir un tiempo, pero al regresar, tuvo una cita con Cuquita. Al finalizar, la llevó hasta la puerta de su casa y se encontró una no tan agradable sorpresa, un joven la esperaba con ansias. “¿Quién es ése?”, preguntó. “Es mi novio”, respondió llena de pena.
En ese momento, Fernández supo que no podía dejarla ir jamás, pues se había convertido en su gran amor. “Te doy 10 minutos para que lo dejes porque tú y yo nos casamos el 27 de diciembre”, le pidió de manera casi instantánea.
De esta manera, sin mayores rodeos, Vicente Fernández y María del Refugio se casaron el 27 de diciembre de 1963, en una ceremonia sencilla y con los invitados necesarios. La fecha no tuvo nada especial: “En ese momento se me ocurrió y así fue”, aseguró.
Ahora sólo es cuestión de esperar su salida del hospital para verse de nuevo y continuar escribiendo su historia, la cual ya tiene casi seis décadas, cuatro hijos y 11 nietos y tres bisnietos, a la espera del número cuatro anunciado por Alex Fernández, hijo del Potrillo, en días pasados.
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