La icónica María Félix se casó por primera vez cuando a penas tenía 17 años. Enrique Álvarez Alatorre fue su primer amor. No obstante, la historia inocente de amor no iría sino a un vendaval: desde su divorcio años después, hasta los problemas más graves con su único hijo, Enrique Álvarez Félix.
“La Doña” conoció a Enrique Álvarez cuando aún era menor de edad y él cumplía 19 años. En aquel entonces, Enrique se dedicaba a ser agente de viajes e ingeniero. Se conocieron y se flecharon en una fiesta de disfraces celebrada en Guadalajara. Tras ocho meses de relación, el 10 de enero de 1931 se casaron y dieron inicio a su inexperta vida como matrimonio.
Además del cariño que le tenía a Enrique Álvarez, María Félix basó su decisión de casarse para poder salir de hogar, en donde vivía bajo el régimen de su padre Bernardo Félix Flores. Su padre era político y militar, mismo que imponía su ley, inclusive se negó a aceptar el matrimonio entre Enrique Álvarez y su hija.
La ilusión de María Félix se iría disminuyendo con el tiempo. Los celos de Enrique Álvarez eran cada vez más inquietantes. La actriz llegó a narrar que incluso en sus momentos de intimidad eran tortuosos. El control de su primer amor alcanzó el punto que le negaba salir a la calle, por el temor de que la halagarán.
La violencia ejercida por Enrique Álvarez Alatorre era cada vez más escalonada y enfermiza. Entre otras actitudes de su primer esposo estaba el prohibirle ver a otros hombres a los ojos. Sin embargo, el carácter de María Félix, una de sus características más reconocibles, se endureció al punto de dar cara a los enfrentamientos con Enrique Álvarez.
A los tres años del inestable matrimonio llegaría su primer hijo -y único para la actriz-. El primogénito no apaciguó los enrojecidos enfrentamientos entre Enrique y María Félix. El nacimiento de su hijo marcó una nueva etapa de disputas que colapsarían en su divorcio en 1937, pero los problemas de pareja no finalizaron.
María Félix, “La Doña”, fue quien se hizo cargo de su hijo, con quien radicó en Hermosillo, Sonora, hasta establecerse en la Ciudad de México. A pesar de marcar distancia clara con su ex esposo, la situación empeoró cuando Enrique Álvarez Alatorre secuestró a su hijo y se lo llevó a vivir con él a Guadalajara.
Enrique Álvarez Alatorre retendría a su hijo por un buen tiempo, en el cual lo educó junto a su madre. Por su parte, “La Doña” empezó a triunfar en el mundo cinematográfico, lo cual la dotó de confianza y coraje para poder volver a su hijo. Entretanto, María Félix conoció a Agustín Lara “El flaco de oro”: la mayor figura del bolero mexicano, con quien se casó posteriormente.
El intérprete de Mujer bonita apoyó a la actriz mexicana para recuperar a su hijo. Tras el triunfo y la llegada de su único progenitor a la nueva etapa de su vida, Félix reconoció ciertos estragos de la crianza con su padre y los mimos de su abuela paterna lo hicieron caprichoso.
Para evitar mayores conflictos, María Félix mandaría a Enrique Álvarez Félix, su hijo, a estudiar al extranjero. Pisó Estados Unidos, Canadá y Francia, no obstante, el deseo de seguir el camino artístico de su madre perduró. Tras volver a México, estudió Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el tiempo donde se decidió decirle a María Félix que quería ser actriz profesional.
Logró ser un actor reconocido, sin embargo vivió en un contexto sumamente complejo. Se rivalizó con su madre después de que descubriera su homosexualidad. Su preferencia sexual le cerró varias puertas en su carrera artística. A los 66 años, Enrique Álvarez Félix falleció y fue enterrado en el Panteón Francés de la Ciudad de México. Años después, su madre le haría compañía en su descanso eterno.
María Félix, “La Doña”, compartió su vida con varias parejas. Lastimosamente, su primera experiencia en el matrimonio fue marcada por la violencia, los celos y los duelos. Enrique Álvarez Alatorre pasó a la historia como el decepcionante primer amor de María Félix.
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