Algunos actores de la época de oro del cine mexicano murieron de formas trágicas, ya sea en accidentes de avión, como Pedro Infante o Fanny Cano, o asesinados por celos, como fue el caso de Ramón Gay, pero pocos en medio de la filmación de una serie, como fue el caso de Enrique Aguilar.
Enrique Aguilar Bretón fue un joven que decidió estudiar Ciencias sociales en el bachillerato y después Arte dramático en la Academia de la Asociación Nacional de Actores. Al terminar sus estudios, comenzó a participar en obras de teatro, haciendo su debut con sólo 22 años de edad en Cada quien su vida.
Gracias a su talento, rápidamente logró participar en más producciones, como películas y telenovelas. Pese a que tuvo una corta trayectoria en las pantallas, fue reconocido por sus papeles en la cinta 800 leguas por el amazonas (1958) o la novela Las aventuras de Dick Turpin, la cual fue su primera.
En la pantalla chica fue en donde mejor se desempeñó, pues encontró que le gustaba más trabajar en proyectos largos, en los que tendrían que pasar mucho tiempo dentro de los sets de grabación, mismo lugar en donde lo encontró la muerte.
Aguilar estaba teniendo una carrera en ascenso, pues ya comenzaba a actuar al lado de grandes personajes del cine mexicano, además de que sus compañeros reconocían su empeño y profesionalidad en cada nuevo trabajo.
Lamentablemente, su vida llegó a su fin cuando el tan sólo tenía 36 años.
El 31 de enero de 1971, Enrique tenía varios proyectos en puerta, como la puesta en escena que estaba próxima en ser estrenada, Suite 202, en compañía de Joaquín Cordero y Blanca Sánchez, pero ese día en específico se grabaría el piloto de la telenovela Reportero de guardia.
Salió de su domicilio, en la colonia Del Valle, y se dirigió a la colonia Narvarte, en donde tenía su llamado. Al actor le fue entregada una arma de fuego de utilería para su escena. En la residencia donde se grabaría el piloto se encontraba la joven hija de la arrendataria, quien iba de habitación en habitación conociendo a los histriones. Ella, al notar el arma de utilería, invitó a Aguilar a conocer una sala en la que había diferentes armas de colección.
Mientras veían las diferentes armas, Enrique fue llamado para que fuera a realizar su escena, pero en el marco de la puerta lo detuvo la joven con un arma en la mano, quería mostrarsela de cerca, así que mientras la levantaba para que llegara a la altura de sus ojos, muy cerca de su rostro, el arma se disparó por accidente, atravesando el cuello del histrión. Él cayó inmediatamente muerto.
En un principio, los actores y el director no le mostraron importancia al estruendo, pues nadie imaginaba que una pistola podría haberse disparado, pero la joven gritó al ver lo que acaba de suceder por sus propias manos y todos acudieron en búsqueda de comprender a qué se debía.
Ahí encontraron a Enrique desangrándose, algunos se acercaron y aseguraron que todavía respiraba, así que llamaron a una ambulancia. Mientras esperaban a alguien que lo socorriera, llevaron a la joven a un despacho, en donde permaneció hasta que personal de Ministerio Público llegó para tomar su declaración.
Cuando se dio a conocer lo ocurrido, cientos de personas se conglomeraron afuera de la casa, en espera de ver al fallecido actor, pero sólo habría entrado la prensa a tomar algunas fotografías.
La joven fue declarada inocente ya que la actriz Martha Zavaleta había visto todo desde la escalera y aseguró que el disparo no fue intencional.
SEGUIR LEYENDO: