Javier Solís, quien nació un día como hoy, pero hace 90 años, es uno de los máximos exponentes de la música mexicana pese a su corta vida, la cual llegó a su fin debido a un problema cardiaco, aunque existen diversas especulaciones al respecto.
El último día de Gabriel Siria Levario, mejor conocido como Javier Solís, oscila entre diversas teorías, pues mientras algunos aseguran que falleció por causas naturales, otros concuerdan con la versión que se dió al momento de su muerte, que habría sido por tomar agua después de una cirugía a la que fue sometido para retirarle cálculos biliares que le provocaban intensos dolores.
Pese a que existen estas dos versiones, todos concuerdan con que el cantante fue sometido a una cirugía debido a que su vesícula se encontraba en un muy mal estado ya que desde dos años atrás ya presentaba fuertes dolores en el abdomen, por los que incluso llegó a decir que prefería morirse a seguir sufriendo de esa manera.
El 12 de abril de 1966 fue internado debido al dolor abdominal. Según narró Blanca Estela Sáiz, su viuda, días después de que su esposo fue operado se veía recuperado, comiendo con normalidad, pero supuestamente un vaso de agua que tomó habría generado una descompensación vesicular que habría llegado hasta su corazón, haciéndolo fallar y terminar con su vida una semana después de haber sido internado, el 19 de abril, cuando tan sólo tenía 34 años.
Para ella la noticia no tenía sentido, pues veía a Javier con los ojos abiertos y aseguraba que todavía respiraba, pero el médico le repetía que el padre de sus hijos ya había fallecido, minutos antes de que ella llegara.
La viuda fue la primera en enterarse de la muerte del Rey del bolero ranchero y rápidamente la información llegó a oídos de la representante del cantante, quien se habría encargado de informar a los reporteros que se encontraban amontonados en las afueras del Hospital Santa Elena, ubicado en la Colonia Roma de la Ciudad de México.
La información se dio a conocer entre los comunicadores, familiares y amigos, por lo que la primera esposa del cantante, Socorro González, acudió ese mismo día a ver el cadáver del intérprete de Sombras y lo encontró en la morgue del nosocomio.
En ese lugar tuvo que darle su último adiós, algo que le resultaba increíble pues esa misma semana había ido a visitarlo en varias ocasiones, primero en compañía de sus hijas, quienes vieron cómo su padre se recuperaba de buena forma, comiendo hielos como a él le gustaba. Incluso González había protagonizado una pelea con la otra esposa de Solís frente a él, en la que el cantante pedía que se tranquilizaran.
La mañana del 20 de abril se dio a conocer a través de los medios que Javier Solís había fallecido el día anterior a las 5:30 horas. La noticia sorprendió al pueblo mexicano, pues nadie se esperaba que uno de los intérpretes del momento, a una edad tan temprana, falleciera de esa forma en medio de una supuesta exitosa recuperación.
Ya que se dio a conocer el lugar en donde sería el sepelio y funeral del cantante, montones de personas decidieron acudir a despedirse, lo que resultó en un caos. Fue tanta la gente que acudió que granaderos tuvieron que auxiliar a la agencia Gayosso y después al Panteón Jardín.
La gente se amontonó en la entrada de los dos lugares y algunos se subieron a las paredes del panteón o en otras tumbas cercanas a donde sería sepultado Gabriel, en espera de poder ver la tumba de La Voz de Terciopelo. La noticia conmovió a gente incluso semanas después de que sucediera, pues en otros países de Latinoamérica seguidores del Javier Solís lamentaron su deceso.
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