Muchas universidades tradicionales atraviesan una encrucijada, con profesores de larga data que se resisten a actualizar los contenidos de sus programas académicos enfrentados a estudiantes enérgicos que exigen que se aborden temas actuales más sensibles que forman parte de la agenda, como el racismo, el machismo, el feminismo y muchos otros de índole social que hoy no pasan desapercibidos. En ese choque de generaciones se desarrolla “La directora”, la nueva serie de Netflix que retrata en forma de comedia las dificultades que tiene la directora de una universidad estadounidense para lidiar con esta era de cambios mientras intenta contentar a todos los protagonistas de la historia.
Sandra Oh (Grey’s Anatomy y Killing Eve) es Ji-Yoon Kim, la nueva directora del Departamento de Inglés de la ficticia Universidad de Pembroke. Su designación es todo un acontecimiento porque se trata de la primera mujer que ocupa ese cargo y, además, de origen asiático. Así, la tradicional universidad, con mayoría de profesores blancos y con hombres en los puestos más importantes, elige a la experimentada profesora para liderar un departamento que busca limpiar su imagen asociada al machismo y la “cultura blanca”. Pembroke, que claramente no es una de las universidades elitistas estadounidenses que conforman la Ivy League (Harvard, Yale y Columbia, Brown, Princeton entre otras), intenta solucionar años de problemas relacionados a la falta de diversidad e inclusión en el ámbito universitario con parches cuando en realidad lo que necesita es un verdadero cambio cultural y estructural.
Ji-Yoon llega para reemplazar a Bill Dobson (encarnado por Jay Duplass), el profesor estrella del Departamento de Inglés que llena las aulas con estudiantes que aguardan en lista de espera para poder asistir a sus clases. Sin embargo, la muerte de su esposa y la partida de su hija de casa lo desestabiliza por completo y las autoridades de la universidad dejan de considerarlo capaz de liderar el departamento.
En ese contexto de cambios Ji-Yoon recibe la dirección, que ella misma califica como una bomba a punto de explotar. En apenas días debe mediar entre las demandas del rector (David Morse) que le exige que despida a los “profesores dinosaurio” de más alto salario que no convocan estudiantes, mientras intenta reencauzar y defender a su amigo Bill que ya no es lo que era y que no se cansa de hacer el ridículo en sus clases (entre ellos un saludo nazi que genera un gran revuelo en el campus y la opinión pública). Y, cuando no está en la universidad, Ji-Yoon lidia con los retos de ser una madre soltera y adoptiva.
La miniserie satiriza lo que probablemente sea el verdadero ambiente de las universidades estadounidenses en la actualidad, en especial en las facultades de ciencias sociales. Los estudiantes ya no aceptan que los profesores se paren en frente de la clase y comiencen a hablar sobre literatura sin hacer ninguna mención a los fenómenos sociales y cambios que atraviesa la sociedad. En “La directora” los estudiantes quieren tomar clases con profesores jóvenes de distintas etnias más aggiornados y que los empujen a desarrollar el pensamiento crítico. Así, los educadores de más edad se quedan afuera porque se resisten a modificar sus programas y metodologías de estudio y defienden una concepción más romántica (y arcaica) de la universidad. En una escena, la nueva directora le pide a la profesora Joan Hambling (la brillante Holland Taylor de “Two and a Half Men”) que lea las evaluaciones que hacen sobre ella sus estudiantes, pero se niega a hacerlo porque dice que no da clases a gusto de los consumidores. Con ese tipo de pensamientos, sus aulas quedan vacías porque los alumnos se vuelcan por clases con nombres más “marketineros” pero que tratan temáticas más actuales como el racismo, el feminismo y los derechos humanos.
“La directora” también aborda el fenómeno de la cultura de la cancelación que tachó y sacó del mapa a tantos personajes públicos y entidades por algo que dijeron o hicieron. En la miniserie, el irreverente profesor Bill hace el saludo fascista en medio de una clase para describir un momento de la historia. No es difícil imaginar que, en la era de los celulares y las redes sociales, el gesto obviamente se viralizó y el personaje debió sufrir las consecuencias de la cancelación, pese a no ser nazi. Es ahí donde la serie se permite cuestionar la exageración de la corrección política que establece qué se puede hacer y qué no. Claramente el profesor Bill no era nazi, pero aún así es cancelado por muchos estudiantes que no aceptan ni una pequeña pizca de humor negro e incorrección política.
La miniserie de Netflix cuenta con seis episodios de 30 minutos cada uno que pueden ser fácilmente vistos en un solo día. Escrita por Amanda Peet, que también ejerció de productora ejecutiva, junto a David Benioff y D. B. Weiss (creadores de “Game of Thrones”), “La directora” resulta en una comedia ácida e inteligente que, a través del humor, logra salir airosa en el abordaje de temas sensibles en tiempos donde la cancelación siempre puede estar a la vuelta de la esquina.
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