El padre de Britney Spears, James, afirmó que los “problemas de adicción y de salud mental” de su hija son mucho más serios de lo que se conoce e insistió en que debería ser “abalado” por su trabajo como tutor de la estrella pop: “El público no conoce todos los hechos”.
Spears, quien recientemente renunció como conservador de la herencia de cantante de 39 años después de que ella lo acusó de abuso ante la Justicia de EEUU, acaba de presentar documentos judiciales en los que afirma que la gente lo “elogiaría” si supieran información “altamente confidencial” sobre la gravedad de los problemas que enfrenta la artista.
En una presentación a una corte de Los Ángeles presentada a principios de este mes, los letrados de Spears afirmaron: “Si el público supiera todos los hechos de la vida personal de la Sra. Spears, no solo sus altas sino también sus bajas, todas las adicciones y problemas mentales, los problemas de salud con los que ella ha luchado, y todos los desafíos de la curaduría, elogiarían al Sr. Spears por el trabajo que ha hecho, no lo denigrarían”.
“Pero el público no conoce todos los hechos y no tiene derecho a saberlo”, añadió Spears en nuevos documentos judiciales presentados a través de sus abogados.
Jamie Spears ha estado recibiendo 16.000 dólares al mes desde 2009, además de los gastos mensuales de la oficina y un porcentaje de los ingresos brutos de las giras de Britney Spears y su residencia de varios años en Las Vegas, según la presentación del 26 de julio. Y si el padre de la cantante recurre a abogados -lo que hace con bastante frecuencia- su tiempo se paga con el dinero de su hija. En el pasado, esas facturas han sido millonarias.
En las presentaciones judiciales, James Spears negó tener el control del plan de medicamentos recetados de Britney y dijo que la medicación estaba supervisada por Jodi Montgomery, la tutora temporal de la cantante.
La cantante denunció haber sido obligada a tomar medicamentos como litio durante una comparecencia reciente ante el tribunal. Spears se defendió y aseguró que el tratamiento de su hija se acordó con Montgomery, el fallecido psiquiatra de Britney, el Dr. Benson, su ex abogado Sam Ingham III y otros expertos médicos.
Además, afirmó que su papel principal en el tratamiento médico de Britney era pagar las facturas, y señaló que Montgomery recibió USD 10.000 al mes para manejar el asunto, pero los costos médicos a menudo “superaban esa suma”.
El pasado 12 de agosto, James Spears aceptó dejar el cargo de curador de la herencia de la intérprete y explicó que y quiere trabajar con el tribunal y Mathew Rosengart, el nuevo abogado de la cantante, en una transición ordenada con el próximo tutor.
Rosengart explicó que aunque es una buena noticia que James y su equipo se hayan apartado de la tutela, se encuentran insatisfechos por la deplorable actitud que el hombre tomó contra su propia hija. “Es una reivindicación para Britney. Sin embargo, estamos decepcionados por sus continuos ataques vergonzosos y reprensibles contra la Srita. Spears y otros”, dijo en una declaración la publicación.
Rosengart insistió en que seguirán con una investigación sobre la conducta de James y su círculo durante los últimos 13 años, mientras él hizo millones de dólares a costa del dinero de su hija.
Spears enfatizó que su único objetivo ha sido “salvar” a su hija, y agregó: “No hay duda de que la curaduría salvó a la Sra. Spears del desastre, la apoyó cuando más lo necesitaba, la protegió a ella y a su reputación de daños y facilitó la restauración de su carrera”.
Y aunque reconoció que Britney se sentía “limitada” por su tratamiento, los médicos tomaron estás decisiones conjuntas para protegerla de las autolesiones.
James Spears agregó que estaba dispuesto a hacerse a un lado para evitar que su hija tuviera que lidiar con una agotadora “disputa pública”. Aún así, dijo que no debería ser destituido ni suspendido, pero planea dimitir en el momento adecuado.
Spears ha estado bajo tutela de su hija desde 2008.
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