El pasado domingo 15 de agosto se dio a conocer que el agricultor Antonio Aquino Preciado ganó un premio de 20 mil pesos por sembrar el elote más grande del mundo.
El primer lugar de la XXXVIII edición del Concurso del Elote más Grande se lo llevó una mazorca de 43 centímetros, esto sucedió en el estado mexicano de Nayarit, en el municipio de Jala.
En el evento se encontraba Víctor Villalobos Arámbula, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural y varios representantes estatales.
El segundo lugar fue para José Fredy Flores, del poblado La Canoa, Coapán. Su mazorca midió 42 centímetros. El tercer lugar fue para Lenni Elías Fránquez, quién tuvo un elote de 41 centímetros. Estos últimos lugares recibieron una compensación económica de 10 y cinco mil pesos.
Durante el concurso, cada participante mostró cinco ejemplares de sus mazorcas. Las características de cada elote era tener hojas, maduros y completos, es decir, con todos sus granos.
El jurado estuvo integrado por representantes del sector agrícola y Víctor Villalobos Arámbula. Respecto al certamen, el funcionario dijo que la agricultura suele ser una labor impredecible debido a las condiciones climáticas a las que se enfrentan las y los agricultores.
“Yo quiero reconocer públicamente y agradecerles por todo ese esfuerzo vinculado a nuestra identidad de seguir manteniendo esa semilla que se pasa de generación a generación para que podamos perpetuar estas características”, declaró Villalobos.
A través de redes sociales, usuarios se asombraron al ver las mazorcas gigantes. Además, hubo quienes alabaron la realización del evento y señalar lo importante que es conservar la agricultura en el estado.
ESQUITES, ANTOJITO POPULAR
Este alimento, que se come a manera de aperitivo, entremés o golosina tiene preparaciones variadas según la región y aunque la usanza de asar o tostar los granos de elote todavía persiste (de ahí la etimología de esquites), podría decirse que en la actualidad lo más común es el grano de elote hervidos en agua con sal, epazote y otras hierbas de olor, y a veces patas de pollo.
Esquites o Ezquites proviene del náhuatl Ízquitl, de Icehqui ‘tostar (en comal)’. En el estado de Hidalgo y en el centro de México, los esquites también se preparan con granos de elote que se sofrien en aceite vegetal o mantequilla junto con ajo, cebolla y chile verde picados o chile de árbol y ramas u hojas de epazote, sazonados con sal, que se come caliente como un guiso sencillo.
Ambas presentaciones son servidas en un vaso, se toman calientes y con cuchara, y normalmente se les agrega jugo de limón, chile, y sal. En algunos lugares se le puede agregar mayonesa o crema y queso rallado. En Monterrey solo es el grano de elote hervido con crema o mayonesa, queso blanco y queso amarillo fundido.
Los esquites según la región pueden recibir diversos nombres, por ejemplo, en el norte y noreste se les conoce como Trolelote; en Aguascalientes, como Chasca; en Monterrey, como Grano de elote en vaso y en Michoacán como Vasolote.
Las viejas leyendas transmitidas oralmente por generaciones, cuentan que los esquites -del náhuatl ‘maíz tostado’- fueron creados por Tlazocihuapilli, la única mujer que gobernó a los Xochimilcas y quien dio vida a platillos como el Necuatolli, Atole con miel, o los Tlapiques, Envoltorios en hoja de tamal.
Sin embargo, los esquites que se conocen en la actualidad son preparaciones mestizas. “Pudieron ser prehispánicos por el elote, el epazote y el chile, pero sin un ingrediente fundamental que es el limón, el cual llegó con los españoles, y mucho menos con los inventos modernos del queso y la mayonesa.
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