Valeria Palmer reveló en una entrevista para Chismorreo, los maltratos y omisiones que sufrió su padre, el tambien actor Mauricio Palmer, al estar internado en el hospital para actores de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), y por parte de su ex pareja Edith Kleiman.
La actriz contó que su padre se encontraba internado desde el 2 de abril del presente año, cuando lo encontró en su casa en un estado de salud deplorable, por lo que decidió llamar a una ambulancia para que lo atendieran.
“Jamás en la vida me imaginé encontrar en esas condiciones a mi papá, estaba verdaderamente flaco, en los huesos y en una situación horrible. Es algo yo no puedo creer, que mi papá se haya desnutrido tanto en tan pocos meses, pero fue porque la señora lo tenía totalmente sedado, sin darle de comer y sin darle de beber”, dijo Valeria inculpando a María de los Remedios Monroy Astudillo, mejor conocida como Edith Kleiman, quien fue pareja del actor durante varios años.
El personal médico que recibió a su padre en el hospital le informó que Mauricio sufría de anemia, desnutrición, septicemia, deshidratación y baja oxigenación, por lo que consideraron también podría estar contagiado de COVID-19, lo cual se descartó tras realizarle una prueba.
De la misma forma, le informaron que el actor había sufrido dos infartos cerebrales por la alta dosis de medicamento para dormir que le suministraba su pareja, acto que fue confirmado por la misma mujer.
“Yo todo lo tengo documentado, todo lo grabo, gracias eso tengo a esta mujer diciendo que le daba 13 gotas de Rivotril a mi papá por la mañana y por la noche, más un medicamento que se llama Priocur, o sea, combinados”, afirmó la actriz.
Valeria afirmó que Edith Kleiman se quedó en el hospital el día que lo internaron, pero después de ese día desapareció y no se le volvió a ver, por lo que sospecha que la mujer había intentado envenenarlo con el medicamento.
Valeria visitó a su padre en el hospital, donde lo encontró con vendajes en las muñecas: “Mi sorpresa fue que llegó Carmen, y preguntó porqué estaba así, los del hospital le dijeron: ‘Es que lo tuvimos que amarrar anoche’. ¿Cómo es posible?”, dijo ane las cámaras.
La actriz afirmó que ese no fue el único descuido que detectó, pues afirmó que las autoridades del hospital no le dieron la cara: “Y el director médico, el doctor Anton, ni sus luces. El subdirector sólo subió un día al cuarto a ver lo que estaba pasando, fue otra negligencia que cometió hacia mi papá; me dio su celular personal para que lo contactara y luego me bloqueó”.
De la misma manera, reveló que el personal nocturno del hospital se la pasaba “echando la hue**”, pues en una ocasión se quedó a cuidar a su padre en la noche y tuvo que pedirles que le bajaran el volumen a su música a las tres de la mañana, hora en la que “estaban muertos de risa” en una reunión en la isla de enfermeros.
Valeria dijo que su padre ya le había mandado señales para que lo ayudara, pues una vez encontró escrito en el espejo el número de teléfono para emergencias 911: “cuando yo era niña jugábamos a Sherlock Holmes, me dejaba pistas y yo las encontraba, entonces me hizo recordar un poco de mi infancia con esas pistas. Pero cuando vi eso sí sentí que estaba pidiendo auxilio, y no me di cuenta de que lo necesitaba”.
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