La telenovela es uno de los géneros dramáticos más exitosos del espectáculo mexicano. Definida como un melodrama no necesariamente realista y que descenlaza la historia central con un final feliz, tuvo su auge entre la década de los setenta y los noventa en México, pero traspasó fronteras y llegó hasta el otro lado del mundo, posicionando al país como uno de los más reconocidos en la producción de este tipo de programas.
Cuando se habla de novelas, sin embargo, resuenan dos nombres cuyos personajes marcaron para siempre la actuación en este género: Verónica Castro y Thalía. Ambas nacidas en la Ciudad de México, incursionaron con éxito en los dramas, y dieron vida a encarnadas historias de amor en las cuales no importaban las diferencias de clase.
Sin embargo, y a pesar del rotundo reconocimiento a sus papeles, ambas dejaron abruptamente y sin explicaciones la vida frente a las cámaras. A pesar de que han estado activas públicamente realizando cosas que nada tienen que ver con la televisión, siguen siendo recordadas como las dos reinas de las telenovelas mexicanas.
Verónica Castro
“La Vero” es una de las actrices de telenovelas mexicanas más reconocida en el ámbito internacional. Su trabajo en clásicos como Los ricos también lloran, Rosa Salvaje y Pueblo chico, infierno grande le han valido apodos como “la reina del rating”.
Sin embargo, Verónica Judith Sáinz Castro ha dejado en pausa en varias ocasiones durante su carrera, que en 2019 terminó por anunciar un retiro definitivo de la televisión. Desde bochornosos escándalos sobre una supuesta boda con otra mujer hasta fuertes problemas de salud, la madre de Cristian Castro ha atravesado diversas complicaciones que han impedido un regreso a la pantalla chica.
“La Vero” nació en 1952, en la colonia San Rafael de la Ciudad de México. A pesar de haber tenido una infancia difícil a causa del súbito divorcio de sus padres, Fausto Sáinz Aistol, ingeniero, y Socorro Castro Alva, ama de casa, resultado de una infidelidad, Verónica soñaba con ser artista desde muy pequeña.
El interés del espectáculo no fue coincidencia, pues en realidad lo llevaba en la sangre: su abuela, Socorro Astol, fue dueña de una compañía artística, mientras que su tío fue Fernando “Mantequilla” Soto, el famoso comediante de la Época de Oro del cine mexicano.
Como fue la mayor de los cuatro hermanos, la actriz se hacía cargo de Beatriz, José Alberto y Fausto mientras su mamá trabajaba como secretaria de la Universidad Nacional Autónoma de México. Debido a su situación económica, llegaron a vivir todos juntos en un cuarto de azotea.
Cuando Verónica tenía 15 años, recibió un regalo que dio pie a una carrera exitosa de 53 años: el político Luis Bartilotti aceptó ayudarla a estudiar actuación, después de que una elocuente y vivaz Verónica lo abordó en un evento que realizaba en su colonia para promocionar su voto.
Así, en 1966 se dio la primera aparición de Verónica Castro en el medio, pues protagonizó la fotonovela La romántica Samantha, producida por Enrique Gou. La cantante de Mala Noche No comenzó a estudiar actuación y locución, a la par que actuaba en fotonovelas y se presentaba en el centro nocturno La Ronda con su hermana Betty.
Poco a poco, Castro se fue abriendo paso no sólo en la televisión, sino en el teatro y la radio, pues llegó a trabajar en el programa Buenas tardes, buena suerte con Paco Malgesto en la XEW, lo que la entrenó para el género de la entrevista, que ejerció muchos años como conductora de programas nocturnos.
Para 1969, participó en su primer novela Yo no creo en los hombres, que fue un papel pequeño, pero que dio pie a participar en 19 telenovelas, de las cuales cuatro están grabadas en Argentina y una en Italia, además de 20 películas, dos cortometrajes, 25 discos y 15 obras de teatro.
En 1970 ganó el premio de “El Rostro del Heraldo”, del cual María Félix fue su madrina. Durante esa época, “La Vero” destacó por su participación en novelas como El amor tiene cara de mujer, Mañana será otro día y Los ricos también lloran. Este último drama significó un parteaguas en su carrera, y la consolidó como la mejor actriz de la época.
Pero “La Castro” era muy versátil, y entre tantas éxitos también condujo programas como Mujeres, mujeres y algo más..., Noche a noche, Mala noche... ¡No!, La movida, y en los noventas Y Vero América ¡Va!, en donde entrevistó a grandes personalidades como la misma María Félix, Selena Quintanilla o Juan Gabriel. También inició su carrera musical y destacó una gran carrera en el teatro, con obras como El juego que todos jugamos, Travesuras de medianoche y La mujer del año.
Para finales de los años noventa, Verónica Castro tuvo su primera pausa después de grabar su disco Ave Vagabundo a lado de Ana Gabriel. La razón: la actriz comprendió que tenía que darse un espacio no sólo para descansar, sino para evaluar y disfrutar todo lo que había hecho en 35 años de carrera.
“Me di cuenta de que puedo disfrutar de mi tiempo y de mi persona. También existe Verónica… Verónica Judith Sáinz Castro. Una mujer normal, una mamá, una hija, una hermana, una amiga. Pero sobre todo, alguien que puede vivir perfectamente sin el ambiente artístico”, reveló para la revista Día Siete en 2002.
Después de seis años, regresó a la conducción del reality show Big Brother VIP 2. En una de las temporadas, en el año 2004, la actriz tuvo un accidente al montar un elefante que le dejó una fisura en la columna vertebral, lo que, según su hermano “El Güero” Castro, sigue padeciendo y le ha impedido regresar de manera definitiva a las novelas.
A partir de ahí, tuvo esporádicas apariciones en algunas novelas, programas, conferencias, obras de teatro e incluso estrenó canciones, pues se dice que existió un veto de parte de Televisa a la actriz por haber aceptado trabajar en Argentina. “Cuando Televisa me echó y me quedé sin trabajo me dije que esta era mi oportunidad para hacer lo que siempre había querido, pero nunca había tenido tiempo, como tejer, bordar y sobre todo leer unos buenos libros, ahí me di cuenta que también mi vista se la habían llevado ellos”, declaró en una entrevista con Susana Giménez.
Lo que verdaderamente marcó su retorno en 2017 fue la afamada serie de Netflix La casa de las flores, dirigida por Manolo Caro, en donde interpretó a la matriarca “Virginia de la Mora”. La serie fue un rotundo éxito. Sin embargo, cuando todo el público se encontraba colgado esperando la segunda temporada, la conductora anunció que saldría del proyecto y que incluso se retiraría para siempre de la vida pública.
“La vida ha cambiado mucho, pero yo no puedo con la agresión y el escarnio, y digo adiós a lo que tanto amé: mi profesión, por 53 años entregué mi vida con todo mi amor. Gracias por todo, pero estoy agotada de tanto mal y como lo vengo diciendo hace muchos años, quiero mi paz”, escribió Verónica a través de su Instagram.
La razón de estos ataques fue la escandalosa declaración que hizo la también actriz Yolanda Andrade sobre que ambas se casaron simbólicamente en Ámsterdam. “Me casé con una mujer maravillosa, una mujer divina, estábamos en ese momento de ese amor que le da a uno”, narró Andrade en una entrevista con Javier Poza. “Vero, ¿nos escuchas? En el nombre de nuestra amistad, quiero que me desmientas”, fue el mensaje que mandó.
Verónica Castro, por su parte, desmintió furiosa el escándalo. “Es una broma, es un momento de broma, es un momento de broma. Es todo lo que hace ella, y lo hacía, en un momento que no estaba a lo mejor en sus cinco sentidos”, respondió Castro. “Ya le pedí de favor que ya se esté tranquila, que ya me deje en paz porque estoy cansada”, suplicó la conductora.
Esto aumentó los rumores e innecesarias especulaciones sobre la sexualidad de Verónica, pues en 2016 declaró durante una entrevista para la revista Quién que “Qué lindo sería, ¿no? Yo no tengo problemas con ese tipo de cosas” respecto al matrimonio con una mujer.
Los rumores de una relación con otra artista incluyen a Ana Gabriel, y se ha puesto en duda la orientación sexual de la conductora, lo que se suma a la gran cantidad de chismes y escándalos que han hecho de su vida un verdadero infierno.
La constante exposición de su vida privada, así como las críticas y los rumores, llevaron a Verónica Castro a una profunda depresión, por lo que no sólo se retiró de la televisión, sino de la vida pública general, para poder llevar una vida más plena y tranquila.
Thalía
“Comparo estar en televisión con estar en una habitación con cadenas”, fueron las declaraciones que, según la revista Hola!, le confesó Thalía al medio Variety Latino. Esa fue una de las razones por las que la protagonista de la Trilogía de las Marías, “María Mercedes”, “Marimar” y “María la del barrio”, decidió dejar para siempre las telenovelas mexicanas.
Ariadna Thalía Sodi Miranda, mejor conocida como Thalía, fue un ícono de las novelas durante los años noventa. Nacida el 26 de agosto de 1971 en la Ciudad de México, Thalía es la menor de cinco hermanas (Laura, Federica, Gabriela y Ernestina) que procreó el matrimonio entre el criminólogo Ernesto Sodi y la empresaria Yolanda Miranda Mange.
De chica tuvo diversos intereses completamente ajenos al mundo artístico, como la psicología y la biología, pero lo que definió su afición por la actuación, fue la visita constante a obras de teatro a las que iba con su hermana mayor, la también actriz Laura Zapata.
A los nueve años, Thalía incursionó en el grupo infantil Din-Din, en el cual grabó cuatro discos entre 1982 y 1983. Cuando este se disolvió, la cantante se integró al coro musical de la obra de teatro Vaselina, donde actuaba el grupo musical Timbiriche. A la salida de Sasha Sökol, Thalía se integró a Timbiriche.
En 1987, ya siendo parte de la banda autora de temas como Si no es ahora, Tú y yo somos uno mismo y Besos de ceniza, Thalía interpretó el tema Quinceañera en la telenovela juvenil del mismo nombre, en la cual también participó como coprotagonista. Su debut, sin embargo, ocurrió un año antes en la novela Pobre señorita Limantour.
El primer papel protagónico de la ahora esposa del empresario Tommy Mottola fue en 1989 en la telenovela Luz y Sombra, donde interpretó a “Alma”. En los años posteriores, Thalía se dedicó a su carrera musical, por lo que sacó tres álbumes como solista que la catapultaron como una gran artista: Thalía, Mundo de cristal y Love.
A su regreso a la actuación, en 1993 interpretó a “María Mercedes”, en la telenovela del mismo nombre. Esta sería la primera de la serie de novelas en donde una mujer de bajos recursos se enamora de un hombre rico y de buena alcurnia. En esta ocasión, Thalía actuó a lado de Arturo Peniche, Nicky Mondellini y Diana Golden.
Después de ganar algunos premios, como un reconocimiento de TVyNovelas y un Heraldo, en 1994 se estrenó Marimar, con una historia similar a la de María Mercedes. Esta vez, los papeles protagónicos estuvieron de la mano de Thalía y Eduardo Capetillo, y esta historia de amor también le valió varios reconocimientos a la cantante.
Por último, salió al aire María, la del barrio, una adaptación de Los ricos también lloran. En esta novela Fernando Colunga protagonizó la serie junto con la cantante, y posteriormente se supo que mantuvieron un fugaz romance. Entre el elenco se encuentran Ludwika Paleta, Osvaldo Benavides, Yuliana Peniche e Itatí Cantoral, quien protagonizó una de las escenas más memorables de la televisión mexicana.
De las tres novelas, se considera a Marimar la más exitosa, pues llegó a ser un fenómeno mundial al alcanzar gran rating en cerca de 40 países, algunos incluso del continente africano.
La última telenovela en la que participó Thalía fue Rosalinda, una de las producciones consideradas como de las más costosas de Televisa, además de la más vendida. Después de ello, la actriz se dedica a la música y las actividades humanitarias, además de volverse empresaria y diseñadora.
Fue hasta el 2016 cuando la cantante de Arrasando se sinceró sobre la decisión de alejarse de las cámaras. “Me encanta la idea, me encanta actuar… Es algo que me apasiona. Me encanta aprenderme un libreto para la televisión, convertirme en personas diferentes y contar historias. Pero también amo mi libertad y el tiempo personal que tengo ahora mismo. Tengo control total de mi horario, y me gusta”, reveló durante la entrevista con Variety Latino.
Además de haberse vuelto madre de Sabrina SaKäe y Matthew Alejandro, algo que ocupó su tiempo por completo, en el fondo la televisión generaba una fuerte opresión en la manera de sentirse de Thalía. “Grabar durante largos períodos. Creo que quedé traumatizada por todas las horas que tenía que trabajar cuando estaba en telenovelas”, comentó la cantante de Amor a la mexicana.
Thalía decidió dedicar más tiempo a ser diseñadora y cantante, además de que en los últimos meses se ha vuelto una de las personalidades más controversiales en la plataforma TikTok.
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