El Santo no solo era un ícono y leyenda del cuadrilátero, fuera de él tenía que mantener las apariencias. Durante su carrera profesional tuvo que mantener su identidad secreta lejos de todos para conservar el misticismo que le daba tanta popularidad, fama y grandes oportunidades en la pantalla grande. Para sus hijos, era todo un un espía. Incluso, su heredero en el ring, recuerda que no supo que su padre era un afamado luchador sino hasta una edad más madura.
Durante su carrera, su identidad no fue lo único que mantuvo en secreto, sino una película que hasta el final de sus días le haría sentir vergüenza por la naturaleza erótica que tuvo una de sus más infames participaciones: El vampiro y el Sexo.
Esta sería la versión europea de El Santo contra las mujeres vampiro. Su hijo Jorge Ernesto (el hijo de El Santo) llegó a aclarar que la participación de su padre en la versión sin censura fue “un tanto forzada”.
“Es otra versión para Europa, lo forzaron para aceptar donde hay desnudos. La única condición que él puso es que la película no llevara el nombre de ‘El Santo’, y que él no apareciera cuando estaban las vampiras desnudas. Cuando hay el desnudo El Santo no está”, dijo el famoso luchador a Historias Engarzadas.
Se estrenó en 1969 y a la fecha es una película polémica que gran parte del público seguidor del pugilista gustaría de ver, pues son pocas las copias que existen de ese registró del que prefirió no hablar la leyenda del ring.
De acuerdo con la familia de Guzmán Huerta, la película ha sido tan satanizada desde su filmación y no existe registro de que alguien mexicano la haya visto. Nadie puede decir con seguridad que ha visto todo el film, sino fragmentos que hay en sitios web.
Mauricio Matamoros, un investigador en cine consultado por Historias Engarzadas, llegó a comentar que la película “prácticamente no existe”. “Existe el tríptico, hay trípticos donde existen desnudos, pero no hay película”, afirmó el cineasta.
Una de las especulaciones más fuerte sobre la infame película es que realmente nunca se filmó y en realidad fue parte de un enorme truco publicitario, sin embargo, algunas imágenes en internet ponen en entredicho esta versión.
Lo que es seguro es que El Santo siempre mantuvo con la mayor prudencia gran parte de su carrera, incluso a su familia le era un secreto mucho de lo que hacía en el ring y en la pantalla grande. “Él era tan celoso de su profesión que no se abría totalmente, porque a parte en la casa no se hablaba de lucha libre.”, dijo Víctor Manuel Guzmán uno de sus hijos en entrevista hace años.
“Me decían que mi papá era agente viajero, yo lo creía”, admitió el Hijo de El Santo a TV Azteca. Lo que recuerdan sus 10 hijos, era que el pugilista tenía en su casa un cuarto secreto, lleno de cerraduras y candados. Lo único que podían apreciar era el “ojo” de la cerradura que daba al otro extremo de la puerta.
Llegaron a discutir, años después, que su padre guardaba ahí todos sus secretos, incluso especularon que podía haber una copia de la infame película. “No podíamos entrar a esa habitación. En un ojito espiábamos, veíamos sus capas, sus trofeos, eran cosas muy brillantes”, abundó su hijo Víctor.
“Veíamos que pintaba unas botas, mi mamá le ayudaba con unas mallas, de plateado. Mi mamá nos dijo pregúntenle a su padre”, agregó sobre como poco a poco fueron disipando sus sospechas.
Durante gran parte de sus niñez, sus 10 hijos siempre tuvieron interrogantes sobre la vida de su padre. Este siempre de viaje, en el set de grabación, llegando a casa con ostentosos trajes y una costumbre inusual de pintar calzado color plateado.
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