En febrero de 1982 se estrenó Vanessa, una telenovela de Valentín Pimstein que fue protagonizada por Lucía Méndez y que tuvo como coprotagonistas a Rogelio Guerra y a Héctor Bonilla. Este era el cuarto papel principal que hacía la también cantante en su carrera, misma que apuntaba a ser una de las más exitosas.
Vanessa Reyes es una mujer perteneciente a una familia de bajos recursos. Toda su vida ha estado con su padre y su hermano, dos hombres que trabajan como ferrocarrileros. Vanessa, de buenos sentimientos, decidió un día ayudarlos a como diera lugar; es así como llega a la fábrica textil de Cecile Saint Michel, una mujer con mucho dinero y poder.
Es así como cruzó caminos con Pierre y Luciano Saint Michel, nietos de la gran empresaria. Vanessa terminó perdidamente enamorada de con el primero, mientras desarrolló una fuerte amistad con el segundo. Sin embargo, los problemas comenzaron cuando la protagonista terminó embarazada de Pierre, quien no sólo se negó a hacerse cargo, sino que le hizo la vida imposible a esta mujer.
Ya que fue una producción a cargo de Valentín Pimstein, sobra decir que fue todo un éxito para Televisa. Se dice que Vanessa Reyes era un personaje muy querido entre el público y siempre que había transmisión de la telenovela, la gente estaba atenta a cómo seguiría el particular triángulo amoroso entre los hermanos y la bondadosa joven.
Sin embargo, Vanessa también ha permanecido en el colectivo por el final que tuvo. Varias veces lo han considerado un cierre inolvidable, pero las opiniones se dividen entre si fue una conclusión apropiada o no para un melodrama tan aclamado.
Y es que todo apuntaba a un final feliz, uno digno de un cuento de hadas. Luego de pasar por las injusticias y abusos de Pierre, una Vanessa embarazada encontró cobijo en los brazos de Luciano y de la señora Cecile. Había planes de boda y pronto descubrirían los engaños del hermano codicioso.
Pero esto no pudo darse, puesto que en una escena en los episodios finales dejó helado al público: en un giro que nadie vio venir, Pierre mató a la protagonista con un disparo por la espalda. Luego de ello ya nunca la pudieron ver de nuevo y, de hecho, ya no verían el rostro de Lucía Méndez más que en la entrada de la telenovela.
Esto generó controversia en aquel entonces y pronto se supo los motivos del porqué a los guionistas decidieron acabar con la vida de la heroína. Lucía Méndez había sido despedida de Vanessa a sólo unos capítulos de concluir la novela.
Mucho tiempo tuvo que pasar antes de saber los motivos. Las historias varían entre sí, pues por un lado estaba la versión de Pimstein, y por otra la de Méndez. Según se registró en el libro biográfico del destacado productor de drama, siempre tuvo quejas por la impuntualidad de la actriz para los llamados.
Esto explotó durante las semanas finales de la grabación, cuando Méndez se ausentó por unos días. De acuerdo con declaraciones del propio Pimstein, la intérprete desarrolló repentinamente el deseo de ser cantante. Esto llevó a que se fuera por tres días a un programa de canto.
Furioso e indignado, Valentín optó por matar a la protagonista de su propia producción para no detener el trabajo de los demás. Cuando Lucía regresó, ya no había nada por hacer y ocurrió el final como todos recuerdan.
En cuanto a la versión de la también youtuber, presentó un cuadro de bronconeumonía que la dejó incapacitada. Según declaró para un periódico de circulación nacional, trató de contactar a su jefe y explicar la situación, pero Pimstein no le creyó.
Lucía trató de pedirle una prórroga. Si al día siguiente se sentía mejor, se presentaría y harían las escenas faltantes, pero esa vez no podía, pues le dolía el pecho. No se sabe si el productor de Televisa aceptó esta justificación, pero lo cierto es que el día después de esa llamada, Lucía despertó mucho peor y tuvo que ser hospitalizada.
Le dieron el aviso a Pimstein, quien no pudo resistir su enojo y grabó el final. Según dijo la actriz, luego de un tiempo pudo hablar de frente con Valentín, le demostró que no mintió y el chileno aceptó su error. Pero ya era tarde: el final incluso había sido transmitido e, independientemente de lo que hicieron, Vanessa siguió causando furor.
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