En 1935 nació María de la Cruz Olivier, una niña de belleza arrebatadora que a lo largo de los años llamarían “la actriz de la belleza siniestra” debido a su peculiar mirada de ojos verdes en contraste con el carácter fuerte que adquirió a lo largo de su vida.
“Fría, manipuladora y solitaria”, llamaron a la originaria de Tehuacán, Puebla, quien supuestamente adoptó muchas manías de los personajes que interpretó en pantalla. Y, quizá, habría algo de razón en ello.
Sus preferencias sexuales no eran un secreto, pero nunca las admitió al público —teniendo presentes los prejuicios de la sociedad de finales del siglo XX—. Pero eso no la detuvo: Olivier se convirtió en el rostro de películas que causaron escozor a los más conservadores de la época.
Protagonizó más de un escándalo dentro y fuera de los foros de grabación y, finalmente, encaró a la muerte sola. Porque, como reza el dicho: ‘más vale sola, que mal acompañada’.
Durante la adolescencia, Maricruz empezó sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México, en donde estudió Filosofía y Letras. En esa época descubrió su amor por las artes escénicas y comenzó a prepararse como actriz en la academia de arte teatral Andrés Soler.
Como parte de su formación, Olivier tomó clases con grandes profesores y maestros del teatro, como Dimitrio Sarrás y Konstantin Stanislavski. La poblana tenía un gran talento y triunfó en cuantas puestas en escena puso el pie.
En el cine incursionó en la cinta de 1951 Esos de Pénjamo, junto a Joaquín Pardavé y Rosario Granados. Pero no fue hasta 1959, cuando decidió incursionar en un género que apenas nacía, las telenovelas, que alcanzó la verdadera fama.
La habilidad para interpretar personajes dramáticos y malévolos, sumando a la peligrosa combinación entre belleza y semblante siniestro, hicieron a Maricruz la candidata perfecta para dar vida a Teresa, una de las villanas más emblemáticas en la historia de la televisión mexicana.
En aquel entonces, la actuación de Olivier le ganó algunos premios y el éxito del melodrama fue tanto que pronto se adaptó el guion a una película que se estrenó en 1961.
La hazaña se repitió, pero la reputación de Olivier se vio afectada: el público no volvería a percibirla sin el halo perverso y ambicioso de la protagonista de la telenovela que la rodeó desde entonces.
A pesar de ello, Maricruz continuó madurando su carrera como actriz y tomó otros papeles, formó parte de la cinta de 1961 Quinceañera, en donde da vida a una joven muy alegre y en 1968 protagonizó la histórica cinta Hasta el viento tiene miedo, dirigida por Carlos Enrique Taboada.
Unos años después, en 1970 Olivier dio un vuelco a la sociedad mexicana con la cinta El deseo en otoño, cuya trama seguía las relaciones afectivas y sexuales entre mujeres. El contenido de la película confirmaría lo que muchos entonces especulaban: Maricruz era lesbiana.
El rumor se acrecentó con la cinta de 1979 Tres mujeres en la hoguera, que aborda la misma temática y que hoy día es una película de culto en el cine LGBTQ+.
Maricruz nunca comentó al respecto públicamente, pero, de acuerdo con algunas personas cercanas a la actriz, en realidad se trataba un secreto a voces. Incluso, se especulaba que sostuvo durante muchos años una relación con otra gran diva de la época: Beatriz Sheridan.
Hay versiones que apuntan que el no poder ejercer su sexualidad de una manera libre habría afectado su carácter. Fue con el paso del tiempo, según el periodista David Estrada, que la actriz comenzó a hacerse de un trato complicado. Hacia finales de su carrera protagonizó diversos escándalos.
Se especula que su mal carácter en el set llegó a tanto que alguna vez agredió a Lucía Méndez, con quien coincidió en la grabación de una telenovela y quien supuestamente se molestó porque Olivier “robaba cámara”.
Con el tiempo, Olivier desarrolló una fuerte adicción al tabaco y, según algunos medios, al alcohol. Su última telenovela fue En busca del paraíso, en 1982, en donde actuó junto a unas noveles actrices: Victoria Ruffo y Laura Flores.
Dos años después de aquel teledrama, la “actriz de belleza siniestra” fue diagnosticada con un agudo cáncer de páncreas y finalmente falleció un 4 de octubre de 1984, en donde no recibió amigos ni familiares que fueran a visitarla.
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