Nunca bebió alcohol, mucho menos cuando le diagnosticaron hepatitis C cuando era joven. Esta información era pública desde 1937, así como también se sabía del gusto de Jorge Negrete por el tabaco; aun así, se cuidaba en la medida de lo posible. Sin embargo, nada impidió que, mientras asistía a un evento en Los Ángeles, California, se reventara una várice de su esófago.
Su salud cayó en picada. Al cabo de pocas semanas se quedó sin fuerzas y, finalmente, el 5 de diciembre de 1953 falleció en el hospital Lebanon Cedars, donde lo internaron de emergencia. Se determinó que la causa oficial de su muerte fue cirrosis hepática.
La noticia no tardó en llegar a México y, según se dijo, la población quedó paralizada. María Félix tuvo que trasladarse de improviso al país vecino con tal de acompañar a su esposo, aquel a quien aborrecía y con el que tuvo una enemistad de 10 años que de pronto se transformó en amor.
Era inaceptable que el famoso “Charro Cantor” tuviera el sepelio en Estados Unidos, lejos de la tierra que lo vio brillar como actor y cantante. Por ello, con mucho esfuerzo, arreglaron todo con tal de llevarse lo restos del artista de regreso a su país natal.
El cuerpo llegó el 7 de diciembre. Ya desde la pista de aterrizaje era posible ver un tumulto. Alrededor de 10 mil personas se reunieron para recibir a Jorge y darle el último adiós. Una vez que se detuvo el avión y se abrió la puerta, surgió una María Félix afligida y con ropa negra para el luto.
Poco después le siguió el ataúd donde estaba el actor. Una vez que lo pusieron en el auto fúnebre, emprendieron la marcha. El recorrido fue sencillo, pero muy largo: la marcha debía pasar por las calles principales de la capital mexicana y después harían una parada en el teatro de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Por todas las calles había gente en las banquetas, todas miraban fijamente el automóvil que transportaba el cuerpo de uno de los grandes ídolos de esa época. Una vez en el teatro, permitieron que amigos, colegas, sindicales y público en general se acercaran a los restos de Jorge para rendirle respeto.
En la ceremonia fue posible ver a varios artistas de la Época de Oro. Fue en este punto del funeral donde “La Doña”, sin poder resistirlo más, quebró en llanto mientras su hijo Enrique la consolaba. También estaba presente Pedro Vargas, un actor que quizá formó amistad con Negrete por tener la misma educación en ópera y por ser ambos tenores.
Los hermanos Soler, quienes eran parte de una dinastía legendaria por su talento en actuación, también fueron solidarios y se quedaron al lado del ataúd. En otro rincón estaba Elsa Aguirre, una actriz de renombre que siempre llamó la atención por su belleza, pero que rechazó al propio Negrete.
Tampoco podía fallar Pedro Infante, de quien los medios de entonces inventaron que era rival de Jorge. Pero no era verdad: el “Ídolo de ídolos” y el “Charro cantor” eran amigos. Se respetaban mutuamente e incluso Infante se animó a visitarlo al hospital para regalarle un juguete y distraerlo un rato.
Hasta llegó a decirse que el sinaloense formó parte de la escolta de policías que acompañó el auto donde llevaban el cuerpo de Negrete. Por otra parte, era tal el aprecio de Pedro que incluso le cantó un corrido a Jorge, mismo que lo conmovió profundamente mientras se encontraba en España.
Por otra parte, Mario Moreno “Cantinflas” se quedó en el funeral, al lado de su colega. Mucho se llegó a decir sobre si el cantante y el humorista no se llevaban bien; en especial luego de que tuvieran un pleito a causa de Leticia Palma, una actriz de la ANDA.
Los ideales de cada uno chocaban, preferían evitarse o tratar con el otro lo menos posible. No obstante, eso no era impedimento para mantener una relación cordial, puesto que, a final de cuentas, seguían siendo compañeros y fundadores del sindicato que por mucho tiempo benefició a actores de cine. Al final Cantinflas estaba ahí para rendir respeto a quien fue Secretario General de la ANDA.
Poco después, con sombrero sobre el féretro, los voluntarios transportaron a Jorge al destino final: el panteón Jardín. La multitud todavía siguió al fallecido actor y a su viuda hasta que Negrete terminó de ser sepultado.
SEGUIR LEYENDO: