La película “Bajos instintos”, un thriller bastante mediocre por otra parte, es recordada esencialmente por una escena: aquella en la cual Sharon Stone, en el rol de Catherine Tramell, una presunta asesina, es interrogada por cuatro policías, entre los que se encuentra el detective Nick Curran, protagonizado por Michael Douglas.
Para dominar la situación y poner incómodos a sus interrogadores, Sharon (Catherine) cruza y descruza las piernas, ni muy rápido ni muy despacio, lo suficiente para que ellos puedan notar que no lleva ropa interior.
Tiempo después, y al ritmo del MeToo, que ha llevado a muchas actrices a quejarse por las exigencias supuestamente abusivas de algunos directores en el set, en especial en las escenas eróticas, Sharon Stone aseguró en su biografía que fue engañada para filmar la icónica escena que, por otra parte, constituyó más un espaldarazo a su carrera que una mancha o una estigmatización.
Según la actriz el director le pidió que se quitara la ropa interior con el pretexto de que el color blanco podía causar un reflejo molesto al filmar.
Al parecer, la actriz reaccionó recién cuando vio en pantalla el primer corte de la escena y, según su versión, le dio una cachetada al director Paul Verhoeven para expresar su indignación. Stone asegura que él no la cuidó en el rodaje de esa secuencia.
El director replicó ya entonces que no era así, que estaba todo arreglado previamente y que él le había mostrado a ella las imágenes inmediatamente después de rodadas, cuando aún estaban en el set.
Pero Stone adujo que lo que vio en el monitor no permitía apreciar el detalle de cómo se vería luego en la gran pantalla de una sala de cine… Ella aseguró que no imaginó que la escena revelaría tanto nivel de detalle.
Verhoeven replicó: “Si te quitas la ropa interior y la cámara te apunta ahí, ¿qué piensas que se va a ver después en pantalla?”
Pese a los intentos de la actriz, y de su representante, que aseguraba que esa escena destruiría la carrera de Stone, la secuencia y el plano revelador no fueron quitados de la película. El resultado, demás está decirlo, fue el opuesto al previsto por el representante de la actriz, cuyo estrellato se consolidó gracias a ese film.
Ahora, Paul Verhoeven vuelve a la carga. Desde el Festival de Cannes, donde se encuentra presentando otro film polémico -“Benedetta”, una historia de lesbianismo en un convento del siglo VII- el realizador holandés aseguró: “Ella (Sharon Stone) sabía exactamente lo que estábamos haciendo”.
Y para respaldar su versión agregó detalles, asegurando que la actriz participó de la decisión de filmar la escena picante: “Yo le dije que la historia estaba basada en una mujer que conocí en mis años de estudiante y que utilizaba el cruce de piernas sin bragas en todas las fiestas a las que acudía. Sharon y yo decidimos hacer una secuencia inspirándonos en ella”.
“Mi memoria es radicalmente diferente de la de Sharon. Su ropa no se interpuso en el camino. Ella está sensacional en la película y nuestra relación es excelente, de hecho, seguimos intercambiando mensajes de texto”, agregó Verhoeven.
Es evidente que el director de Robocop, Showgirls y Elle, entre otros títulos, no le teme a la polémica, ni al MeToo, ni a la cancel culture, aunque es consciente de que sus films son más tolerados en Europa que en otras partes. “Allí [por Estados Unidos] no lo van a entender [al nuevo film, Benedetta], ya me pasó con ‘Showgirls’”, dice Verhoeven, en alusión a las duras críticas que recibió el film en un país de cultura todavía muy puritana, en especial en contraste con la Europa occidental.
SEGUIR LEYENDO: