Durante los años 70 la forma de entretenimiento en las ciudades había dado un giro de tuerca. Los cabarets, teatros y centros nocturnos tenían como espectáculo central un número basado en el erotismo y la excentricidad donde el centro de atención era una mujer voluptuosa, misma que portaba un vestuario llamativo con pedrería o plumas.
Las vedettes estaban en el punto más alto de su fama y una de sus más notorias exponentes fue, sin lugar a dudas, Wanda Seux. Paraguaya de origen, llegó a México en 1976 y, según palabras suyas, revolucionó la forma de dar un espectáculo. Fue una de las que introdujo los vestuarios exagerados, enormes, pesados, pero atractivos para el público.
Wanda invirtió una buena cantidad de dinero para sus shows, alrededor de 9 mil dólares eran dirigidos a su producción y pronto fue imitada por compañeras suyas como la Princesa Yamal y Lyn May, entre otras. Lo anterior, junto con su cabellera rubia, le valieron el título de “Bomba Dorada” y por varios años gozó no sólo de popularidad, sino también de romances, lujos y muchas riquezas.
Sin embargo, de acuerdo con La historia detrás del mito, hubo un punto en el que la presencia de las vedettes comenzó a perder fuerza gracias a la introducción de los table-dance. Según declaraciones de la Princesa Yamal, si una sola vedette cobraba alrededor de 5 mil pesos por un espectáculo, en estos nuevos centros nocturnos, esta cantidad de dinero era repartida entre 5 mujeres o más.
Con la pérdida de oportunidades laborales, el declive de los cabarets y el paso del tiempo en sus cuerpos, estas mujeres que fueron reinas de la noche fueron desplazadas poco a poco hasta que quedaron en el olvido. Según se ha dicho, algunas de ellas lograron sobrevivir luego de que dejaron de ser bailarinas, pero otras tantas terminaron perdiendo su vida lujosa y llena de fortuna.
Wanda fue uno de estos casos. En algún momento el periodista Gustavo Adolfo Infante le preguntó a la bailarina qué ocurrió con todo el dinero que tuvo, a lo que la paraguaya le respondió sin remordimiento que todo se fue en su madre.
Esta persona despilfarró el dinero que Wanda ganaba; al parecer se fue en viajes que hizo por todo el mundo y la también modelo lo aceptó sin reproche. Seux siempre fue muy unida a su madre, de quien no sólo heredó su carácter fuerte, sino que también le ayudó a ser la Bomba de Oro que fue. “¿Yo quién era para prohibírselo, mi amor? Si ella, cuando estuvo bien, me trató como reina”, expresó.
El dinero mermaba, pero Wanda todavía mantenía un poco de este, además de unas cuantas propiedades. En algún punto decidió vender una casa suya en Cuernavaca, de la cual sacó alrededor de 250 mil dólares. La idea era invertir ese dinero para abrir una discoteca con la cual pudiera sostenerse económicamente.
Esta cantidad se la entregó al primo de la pareja que tenía entonces; sin embargo, al día siguiente esta persona fue asesinada y la inversión se dio por perdida. Wanda nunca pudo recuperarse de nuevo luego de esto y la situación fue cada vez más desesperada. También tenía una única preocupación en mente: su madre.
Fue entonces que olvidó el negocio del entretenimiento para dedicarse a cuanto oficio pudiera. Una de sus actividades principales fue el cuidado de perros: los bañaba, les cortaba el pelo y los paseaba. También comenzó a trabajar limpiando las casas de ex compañeras suyas, especialmente de aquellas dedicadas a los ya mencionados table-dance.
Según llegó a declarar Wanda para el programa de Tv Azteca, era en este segundo empleo donde más la humillaron. La hacían trabajar por jornadas prolongadas sin descanso y sin comida, además de que una de ellas la obligaba a limpiar incluso cuando la casa ya estaba “rechinando de limpio”.
De cobrar 5 mil pesos por noche, ahora Wanda obtenía 200 por día, mismos que se iban en comida para poder llevársela a su mamá. A veces, ante la falta de este trabajo de limpieza, Wanda tuvo que ir a pedir limosna al Zócalo de la Ciudad de México.
Poco a poco su vida cambió. Nunca volvió a ser la superestrella de la noche, pero pudo volver a trabajar ocasionalmente en teatro y televisión. Sin embargo, su madre murió en 2008, mientras que en 2010 sería diagnosticada con cáncer de mamá. A partir de ese punto, Wanda acarrearía varias complicaciones de salud hasta su muerte el 2 de septiembre de 2020.
SEGUIR LEYENDO: