Viruta fue uno de lo grandes cómicos de México durante la década de los 50. Al lado de Capulina hizo una de las duplas más memorables de la radio, el cine y la televisión. El encanto de esta pareja humorística recaía en la fórmula de tener a un personaje serio (Viruta) y a otro más ridículo (Capulina).
Sin embargo, mucho antes de la concepción de este dúo, de su repentina separación o incluso el rencor que surgió de Viruta hacia su compadre, fue un hombre dedicado de lleno a la música. Él era Marco Antonio Campos, un hombre que nació en la Ciudad de México el 9 de septiembre de 1919.
Marco desarrolló habilidades artísticas desde pequeño, siendo apenas un niño de 5 años cuando aprendió a tocar el piano de su abuela. Con el paso del tiempo, estos dotes los llevaría al teatro de títeres y, finalmente a la guitarra, instrumento que aprendió a tocar cuando tenía 14 años.
Esta inclinación por la música fue de gran ayuda para el futuro comediante cuando pudo formar sus primeros grupos. De acuerdo con La historia detrás del mito, Marco Antonio primero formó en 1938 al cuarteto Póker de la alegría; luego de algunas presentaciones en radiodifusoras locales y algunos teatros, el guitarrista dejaría la agrupación para conformar un trío en 1940: Trío Latino.
Sin embargo, no fue hasta años más tarde, en 1943, que conformaría la banda más importante durante su paso por la música: Los Romanceros. Fue con este nuevo trío que tuvo la gran oportunidad de convertirse en el compañero de cabecera de Blanca Estela Pavón.
En aquella década la Época de Oro del cine estaba en su apogeo. En pleno descubrimiento de artistas de renombre surgió Blanca Estela, quien actuaría en películas importantes como Vuelven los García, Nosotros los pobres y Las puertas del presidio.
Todo apuntaba a que sería uno de los iconos del cine mexicano y que haría una de las parejas más entrañables de la pantalla grande al lado del “Ídolo de México”, Pedro Infante. A pesar de ello, también habría que destacar que Pavón también tenía su propia carrera como cantante.
De hecho, se dice que Blanca fue tan cercana a Los Romanceros que formó una entrañable amistad con Marco Antonio Campos. Según familiares del fallecido comediante, la actriz se convirtió en una de sus mejores amigas, tanto así que la actriz llegó a salvarle la vida sin siquiera saberlo.
Era septiembre de 1949. Los Romanceros viajaron con Blanca Estela Pavón para hacer unas cuantas presentaciones para un festival en Oaxaca, más precisamente en el teatro Macedonio Alcalá. Luego de su acto, se dieron el lujo de pasear, de visitar mercados de artesanías y de distraerse.
La idea era que primero se retiraran Marco Antonio y otro de sus compañeros, después volverían Blanca Estela y su padre, Francisco, a la ciudad. No obstante, una llamada repentina provocó un cambio de planes: le acababan de pedir a la actriz que volviera a la capital para cumplir con algunos compromisos de trabajo.
Arturo Campos, sobrino de Viruta, recordó que su tío no dudó en darle el boleto y permitió que se le adelantara. Así, el 26 de septiembre de 1949 sería recordado como uno de los días más trágicos para el cine, pues sería en ese avión donde Blanca Estela Pavón moriría luego de que este se desplomara en el volcán Popocatépetl.
Según declaró Arturo, la noticia tuvo tal impacto en Viruta que durante los siguientes meses se sumió en una profunda depresión. Marco Antonio dejó de trabajar, no salía de casa, echaba de menos a su amiga, quien además se fue cuando estaba en la cúspide de su carrera.
Esta ausencia por parte de Viruta repercutió poco a poco en su trío de Los Romanceros, mismos que terminaron por desintegrarse después de la pérdida de su compañera y cantante. Si bien le tomó tiempo a Marco Antonio Campos para recuperarse, pronto podría retomar su carrera. A partir de aquí se dedicaría a la comedia; primero como Viruta y Chamula, después con la legendaria pareja de Viruta y Capulina.
SEGUIR LEYENDO: