María de la Luz Flores Aceves, mucho mejor conocida como Lucha Reyes, fue una de las cantantes más importantes en la historia de la música ranchera. Lucha fue única en su tipo al tener una voz diferente a la acostumbrada en cantantes femeninas de la época.
Y es que Reyes desarrolló una voz rasposa y un tanto grave luego de haber padecido de dos enfermedades en la garganta a lo largo de su vida. La segunda, que fue una infección que contrajo durante su estancia en Berlín, Alemania, fue la que le otorgó el sello personal a su estilo de canto y por el que es más recordada.
Se dice que ver cantar a Lucha Reyes en vivo era todo un espectáculo. Más allá de las notas altas que daba y de sus tonos desgarrados, la intérprete de Por un amor tenía la costumbre de dar un buen trago a una botella de tequila que tenía a la mano. Esto lo hacía cuando sentía que tendría un nudo en la garganta o cuando quería agravar todavía más su canto.
Por estas y más razones se ganó el título de la “Reina de la canción ranchera”. No obstante, este gesto de dar tragos de tequila en plenas presentaciones no sólo quedaría en el escenario. De acuerdo con La historia detrás del mito, Lucha desarrolló gusto por las bebidas alcohólicas desde que era muy joven.
Se dice que lo que impulsó esta adicción fue su propia madre, quien también tomaba alcohol con frecuencia y sin control. Este hábito sería una carga para la cantante durante la gran mayoría de su vida e incluso hasta su muerte.
De hecho, entre varias de las anécdotas que tuvo Lucha y que se relacionaron con el alcohol, estuvo esa época en la que fue parte del trío de cantantes Reyes-Ascencio. Nadie negaba el talento que tenía la oriunda de Guadalajara, pero tuvieron que sacarla de la agrupación por su constante consumo de esta bebida, cosa que la llevaba a no poder dar presentaciones.
Por supuesto, esto no impidió que Lucha pudiera desarrollar una carrera plena. Ella no era actriz, pero llegaron a llamarla varios directores para grabar películas al lado de grandes como Pedro Armendáriz y Jorge Negrete. En lo profesional, la Reina de la canción ranchera tenía un futuro próspero.
Sin embargo, fuera de los sets de grabación y los escenarios, la vida de la cantante era solitaria. Tuvo algunas parejas; uno de los esposos que tuvo, Gabriel Navarro, la abandonó luego de que Lucha, embarazada, se cayera de las escaleras y tuviera un aborto. Otro de sus novios, Antonio de la Vega, abusó de ella física y psicológicamente.
De cualquier modo, una de las mayores frustraciones de la cantante de La Tequilera era no poder tener hijos propios. En algún punto de su vida adoptó a una niña a la que llamó como ella: María de la Luz. A pesar de ello, Lucha no llegó a sentirse del todo plena, aparentemente.
Algunos conocidos y especialistas suyos declararon para el programa de Tv Azteca que Lucha tenía ciertas tendencias depresivas, mismas que en ocasiones la orillaron a tener algunos intentos de suicidio. Una vez trató de saltar del techo de su casa, en otra trató de ingerir pastillas e incluso intentó saltar de un hotel en España.
Hayan ocurrido o no dichos intentos, Lucha tendría su trágico final precisamente en un intento de suicidio. El 24 de junio de 1944, luego de muchos días en los que la cantante estuvo sumida en una profunda depresión donde ingirió altas cantidades de alcohol, le pidió a su hija de once años que fuera a la farmacia para comprarle unas pastillas.
Se trataban de barbitúricos, fármacos utilizados como ansiolíticos, anestesia o sedantes. María de la Luz, creyendo que estas pastillas ayudarían a su madre a aliviar el malestar que le dejó la borrachera de días anteriores, consiguió la medicina sin siquiera imaginar cuál sería su verdadero objetivo.
Una vez que se los entregó, Lucha subió a su cuarto, se encerró con el frasco de pastillas y una botella de tequila. Consumió 25 de las 40 tabletas que contenía el recipiente y lo acompañó de otra buena dosis de alcohol. Luego se recostó en la cama y perdió la consciencia al poco tiempo.
La niña la encontró varias horas después y tuvo que conseguir ayuda para que pudieran hospitalizarla. De acuerdo con el escritor Edmundo Pérez Medina, Lucha Reyes llegó viva al lugar, le hicieron cuatro lavados estomacales para anular los efectos de los barbitúricos y el alcohol. No obstante, a pesar de los intentos, la cantante murió a las 2 de la mañana del 25 de junio.
La versión manejada por los medios de por qué se desató este episodio depresivo en la cantante es que, días antes, la ex suegra de Lucha, Francisca Cervantes, murió. Sólo pasaron 10 días entre el fallecimiento de esta mujer y el de la artista, por lo que asumieron que Lucha era bastante cercana a Francisca.
No obstante, aquella mujer era la madre de Félix Cervantes, uno de los esposos que tuvo Lucha y con el que ya llevaba bastante tiempo de haberse divorciado. De ahí que surgiera otra versión que fue contada por Manuel Arias Navarrete, amigo cercano de la cantante: Lucha Reyes acaba de ser diagnosticada con principios de cáncer.
De cualquier modo, lo seguro es que Lucha Reyes se suicidó a los 38 años en 1944. No se supo qué fue de la niña que adoptó y el legado que dejó la cantante de ranchera fue tal, que posteriormente trataría de ser imitada tanto por hombres como por mujeres.
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