David Silva Guglielmeti fue uno de los tantos galanes que tuvo la época de Cine de Oro mexicano, aunque en contraste con otros famosos de ese entonces, que no salían del papel, como Pedro Infante, Arturo de Córdova o Jorge Negrete, Silva era tan multifacético que podía interpretar, desde un villano al estilo de cintas de James Bond, hasta la mismísima leyenda del ring, El Huracán Ramírez. Hasta su trágico final siempre relució su magnifica carrera.
En la Época Dorada del Cine, México buscó emular a las bellezas hollywoodenses, debido a ello fue que el director Fernando de Fuentes, le dio un oportunidad a Silva. Sus facciones finas le dieron la oportunidad que marcaría el resto de su exitosa carrera.
Durante la década de los treinta, Silva se había hecho un lugar en espacios radiofónicos como la XEW, su voz le valió miras en el medio artístico que lo dejaron debutar como un extra en la película Bajo el Cielo de México de Fernando Fuentes.
No obstante, el acercamiento con las producciones fílmicas inició un choque entre los productores y directores de la era, pues Silva inició un propio sindicato para defender los derechos de los trabajadores de la industria cinematográfica.
Debido a sus afinidades sindicales, fue vetado de las producciones durante un par de años. Durante ese breve lapso estudió la carrera de leyes, aunque rápidamente la dejaría tras regresar al set en la película Hombres al Aire. El éxito del film le garantizó una carrera como galán que en lagunas de sus biografías, se le describe como “el actor de las mil máscaras”.
La lucha libre tuvo un importante papel en la vida del actor, pues tuvo oportunidad de trabajar en películas a lado del Huracán Ramírez, El Santo y Blue Demon. En efecto, el papel del Huracán le valdría una saga al luchador.
Silva solo interpretaría a la leyenda en las dos primeras películas, la primera de índole más biográfica y la segunda con una trama de venganza. En los años setenta saldría otra película del enmascarado en la cual peleó contra terroristas. La producción no fue bien recibida por la crítica de ese entonces.
Por otra parte, David tuvo oportunidad de compartir créditos con grandes figuras del cine mexicano como Pedro Armendáriz, Carmen Montejo, Carlos López Moctezuma, Joaquín Pardavé, Sara García, María Antonieta Pons, Katy Jurado.
En 1947 se hace acreedor a un Ariel gracias a su papel de “Kid Terranova” en la película Campeón Sin Corona, dejando atrás al mismísimo Pedro Armendáriz.
Gracias a sus interpretaciones de personajes populares, David fue nominado dos ocasiones más como mejor actor de la película Esquina Bajan en 1949 y Espaldas Mojadas en 1956.
Debido a un accidente automovilístico en el año 1971, su pierna izquierda se vio dañada, sin embargo, debido a una diabetes diagnosticada, la pierna le tuvo que ser amputada; en 1976 la enfermedad siguió avanzando por lo que se debía amputar también su pierna derecha. El cuadro clínico se complicó llevando al gran actor a la muerte el 20 de septiembre de 1976.
Su legado hasta la fecha continúa, pues sigue siendo reconocido como uno de los actores con más clase que México pudo tener. En distintas biografías se le recuerda como un sujeto con mucha elegancia, hombría, pero también culto que venía de una ascendencia de artistas europeos y cantantes de ópera. Era usual que siempre estuviera trajeado y siempre pulcro de su imagen.
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