Corría el año de 1952. Si bien se veía el retorno de las películas de Hollywood como un posible golpe para la industria mexicana, esta seguía produciendo grandes éxitos de taquilla de la mano de grandes estrellas. Una de ellas era Jorge Negrete.
A pesar de que por ese año había decaído un poco la popularidad del “Charro Cantor” en México, nadie negaba la huella que ya dejó en el cine para principios de la década los 50. Por otra parte, ocurrió lo que nadie esperaba que ocurriría: contrajo matrimonio con María Félix, “La Doña” y la gran diva del medio del espectáculo.
Por si fuera poco, también tendría un retorno inigualable en la pantalla grande cuando finalmente lo convencieron de protagonizar Dos tipos de cuidado. Esta cinta sería recordada hasta la fecha como una de las más importantes de la Época de Oro, puesto que fue la única en la que el cantante pudo compartir créditos con Pedro Infante.
A todas luces, Jorge Negrete estaba en uno de los mejores momentos de su vida. Apenas había sobrepasado los 40 años y tenía muchos proyectos en puerta. Uno de ellos fue El rapto, filme donde actuó al lado de su entonces esposa.
Un día de 1953, Negrete fue a Los Ángeles para ver la pelea del boxeador Raúl Macías. Sin embargo, durante el evento se le reventó una varice del esófago; a partir de ahí se desencadenarían varias complicaciones de salud: hematemesis (o vómito con sangre), una hemorragia por fallas en el hígado y varias inconveniencias más a causa de la hepatitis C que le diagnosticaron en 1937.
Negrete sería hospitalizado de emergencia y a partir de ahí comenzaría una cuenta regresiva para el actor y cantante. Su salud mejoraba de ratos, pero nada impidió que, en algún punto de su estadía en el hospital, cayera en coma por cinco días.
Fuera antes o después de este estado de sopor, se dice que Jorge recibió una visita sorpresa. Se trataba de Pedro Infante, quien se había enterado del delicado estado de salud de su compañero.
Para esto habría que señalar que varios medios de la época aseguraban que existía una rivalidad entre los dos iconos del cine. Tenían un choque de egos por ver quién era la estrella más importante del momento, quién tenía más talento para la actuación, para el canto o incluso cuál de los dos era más popular. Incluso llegaron a decir que, a causa de supuestos comentarios desdeñosos por parte de Jorge, los dos artistas tuvieron una pelea a golpes.
No obstante, la realidad entre ambos era bastante diferente. Si bien era cierto que no quisieron trabajar con el otro por mucho tiempo, la realidad era que no se trataba por un conflicto, sino por un miedo irracional que tenían entre ellos. Mientras Pedro creía que se vería como poca cosa al lado de un grande como Jorge, este opinaba cosas similares del “Ídolo de Guamúchil”.
Incluso Pedro estaba en deuda con Jorge por recomendarlo para protagonizar algunas películas (como El Ametralladora y por defenderlo para tener mejores contratos (ya que Negrete era sindicalista de actores).
El “Rey de las Rancheras” le cantó un corrido en su honor, ambos tuvieron presentaciones juntos y hasta compartieron un momento bochornoso durante una celebración a la Virgen de Guadalupe cuando no se aprendieron la letra de una canción.
Nunca fueron los mejores amigos, pero eso no impidió que Pedro fuera a ver a su compañero y colega en sus peores días. De acuerdo con la biografía que Diana Negrete, única hija del actor, escribió sobre el Charro Cantor, Infante llevaba un regalo muy especial para Jorge.
Se trataba de un tren eléctrico. Se dice que cuando Jorge lo supo, se sintió muy conmovido, pues cuando era mucho más joven quiso tener uno de esos juguetes. Cuando Pedro se lo entregó, ambos decidieron armarlo juntos y, como niños, jugar con él por un buen rato.
Esto alivió un poco la angustia de Jorge debido al terrible estado de salud en el que encontraba por entonces. Sin embargo, no fue suficiente para que sobreviviera, pues el 5 de diciembre de 1953, ya sin poder resistir las complicaciones que tuvo, Jorge Negrete murió.
Los restos del cantante llegaron a México hasta el día 7, fecha en la que fue recibido por la multitud que lamentaba su muerte, así como miembros de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), que fueron a dar el pésame a sus allegados, incluida a María Félix. Entre ellos, por supuesto, se encontró a Pedro Infante.
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