Natalia Lafourcade es una de las cantantes y compositoras mexicanas más reputadas, pues en su discografía cuenta con temas altamente valorados que la han convertido en ganadora de premios internacionales y una figura reconocida en el mundo de la música.
La fama de Lafourcade se extiende a otras latitudes, donde el público la identifica con sus propuestas sonoras, líricas llenas de significados y una melodiosa voz, siempre ofreciendo al público propuestas de rock alternativo, bossa nova, tradicional mexicano y otros estilos llenos de folclor y experimentación sonora.
Pero pocos saben que la galardonada artista de 37 años comenzó su carrera a finales de los 90 en un proyecto muy distinto a su actual propuesta musical. Fue en 1998 cuando al lado de Tábatha, ex integrante de Jeans, y Ana Pamela, una adolescente que aparecía actuando en el programa La hora de los chavos, lanzaron el grupo Twist de la mano de la casa disquera de TV Azteca.
El trío de pop adolescente surgió como una respuesta al éxito que entonces gozaba el grupo Jeans y con una fórmula similar, la televisora lanzó el grupo que con canciones alegres, vistosas coreografías y vestuarios coloridos logró entrar en el gusto del público entonces infantil y adolescente.
Con un sólo disco y par de éxitos como Late mi corazón y Hello el grupo femenino no trascendió y al poco tiempo Natalia reapareció convertida en compositora y con una propuesta alternativa, alejada del pop alegre de Twist. Desde entonces, y con álbumes como Casa, Hu Hu Hu y Las cuatro estaciones del amor, la artista se ha granjeado el respeto del público y la crítica musical, y pocos conocen que debutó como parte de un proyecto que podría ser considerado como “pop comercial de plástico”, pues era usual que Twist apareciera en programas de la época como Domingo Azteca valiéndose del uso del playback en sus presentaciones en vivo.
Han pasado 20 años desde entonces y Natalia ha hablado pocas veces sobre sus inicios, pero fue en una reciente entrevista con la destacada periodista Cristina Pacheco en su programa Conversando, transmitido por Canal Once, donde la originaria de la Ciudad de México y criada en Coatepec, Veracruz, recordó aquellos años de adolescencia.
“Tenía yo dos compañeras, Tábatha y Pamela, ellas eran mis compañeras de este grupo en el que cantábamos, bailábamos, hacíamos coreografías y yo estaba muy chiquitita, tenía como 14 años yo creo, y el disco salió cuando yo tenía 15 años, no mentira como a los 13 años”, comenzó la ganadora del Grammy Latino.
La cantante de temas como Hasta la raíz y Nunca es suficiente destacó que su incursión en la banda pop interfirió con su educación escolar porque por entonces la llevaban de gira por toda la República.
“Primero no preparamos mucho, (tomamos) clases de todo, de baile, de piano, de guitarra, de todo tomábamos, y luego hacer el disco y la gira y tocar. Hacíamos muchos eventos de estaciones de radio , muchos festivales. Viajábamos todo el tiempo, yo me acuerdo que fue muy difícil para mí con la escuela porque me la vivía de iba de gira”
Pero fue la intención de la artista por desarrollar sus aptitudes lo que la hizo abandonar la agrupación, que por entonces comenzaba a hacerse de un notable número de fans.
“Eso era lo que hacíamos hasta que yo me di cuenta de que ese no era el camino que yo quería tomar en la música. Lo que pasa es que yo hacía canciones desde antes y en ese grupo yo les decía ‘quiero meter mis canciones, quiero que grabemos, yo tengo canciones’, pero los productores no querían y entonces yo ya sabía que yo quería grabar mi música, aprender a tocar bien guitarra, y me salí”, contó la intérprete que se encuentra en la promoción de su álbum Un canto por México Volumen II.
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