Elsa Aguirre apantalló a muchos desde los 15 años, edad en la que debutó en el cine gracias a la cinta El sexo fuerte. Desde entonces llamaría la atención de directores y actores tanto por su innegable belleza, como por su recién descubierta vocación para las artes dramáticas.
A partir de 1945 tendría una carrera sin descanso. Sumó varias películas, trabajó con estrellas como Jorge Negrete, Pedro Infante e Ignacio López Tarso, y poco a poco estaría en filmes que hasta la fecha son reconocidos como Ojos de juventud y Una mujer decente.
Sin embargo, esta ajetreada agenda cobró estragos en Elsa y la llevarían a tomar una decisión que, en cierta medida, influyó en uno de los episodios más oscuros de su vida. La actriz estaba en la cima del éxito, ya había sumado muchas producciones taquilleras y todavía tenía en puerta muchos otros proyectos; sin embargo, harta de no tener una vida propia desde que era adolescente, decidió ponerle un alto a todo cuando tenía 29 años.
Elsa decidió dejar su carrera de actuación y poner su atención en otros ámbitos de su vida. Sería en esta época que conocería a Armando Rodríguez Morado, un periodista que llamó la atención de Elsa por lo apuesto que era.
Pronto esta relación desembocaría en un matrimonio con el que Aguirre estaba muy ilusionada: su cónyuge la trataba bien, era atento con ella, parecía una persona educada y cariñosa. No obstante, pasaría un poco de tiempo antes de notar varios problemas en Armando.
En Historia detrás del mito, Jesús Aguirre, hermano de la gran actriz, recordó que una ocasión el esposo de Elsa quemó dentro de su jaula a todos los canarios que ella cuidaba. No supo los motivos de este acto, en especial porque Armando estaba al tanto de lo mucho que le gustaban las aves a Elsa.
Esto sería sólo el principio de su calvario. En entrevista con Gustavo Adolfo Infante, Elsa comentó que era un hombre que bebía mucho; a la par, la actriz tuvo que acostumbrarse a que Armando se saliera a las 4 de la mañana de casa para ir a tomar.
En un momento dado, mientras Elsa acompañaba a su ahora ex esposo en su automóvil, este frenó de la nada, pues le dijo a la actriz que no se sentía mal. Ella, con la sensación de que estaba en peligro, bajó del coche sin la disposición de volver. Esto alteró a Armando, quien le gritó “¡Tú te vienes conmigo!” y tiró con fuerza de su brazo, cosa que la lastimó.
Lo anterior no pasó a mayores pues una de las hermanas de la actriz intervino y la defendió, pero las agresiones escalaron todavía más. De hecho, se dice que Rodríguez la golpeó en varias ocasiones, incluso cuando Elsa estaba embarazada de su primer y único hijo.
Luego de que la familia Aguirre la protegiera y le ayudaran a conseguir el divorcio, Elsa se vio como una madre soltera, sin trabajo estable. Hugo había nacido, pero, a pesar de los problemas que tuvo en un principio, Elsa dedicó buena parte de su vida y sus ganancias a la educación y crianza de su primogénito.
La intérprete ha dicho que se llevaba bien con su hijo. Tuvo la fortuna de que ella fuera la madre de Hugo, quien era un visionario, alguien excelente para dar ideas para nuevos negocios y quien tenía muchas aficiones. Una de las más notorias fue por los autos.
Esto marcaría la segunda tragedia para Elsa. En 2001, luego de un aparatoso accidente automovilístico, Hugo perdería la vida con apenas 30 años. Esto significó un duro golpe para Elsa, pero ha llegado a mencionar que tuvo la oportunidad de acompañarlo en sus últimos momentos. Según lo que ha relatado al conductor de De Primera Mano, Hugo se marchó con una expresión de paz que Elsa nunca olvidará.
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