El programa de Siempre en domingo tuvo innumerables invitados especiales para hacer presentaciones. De este modo, esta producción de Televisa no sólo contó con artistas mexicanos, sino que también tuvo en su haber estrellas de talla internacional.
Uno de ellos fue la agrupación española de glam y electro-pop Locomía. Esta boy band surgió en 1983, pero sus constantes modificaciones entre los integrantes atrasó el verdadero inicio de su carrera. De hecho, estos cantantes de vestimentas llamativas no comenzaron a sonar en las radios de Latinoamérica hasta los años 90.
Por supuesto, si querían hacerse notar entre el público juvenil de otro continente, debían presentarse en uno de los espacios más importantes de la televisión de la época. Ese puesto se lo llevaba, sin lugar a dudas, la producción liderada por Raúl Velasco.
Sus primeras apariciones en Siempre en domingo fueron entre 1990 o 1991, con ayuda de sus hombreras, sacos con lentejuelas y abanicos, esta banda integrada por Francesc Picas, Carlos Armas, Juan Antonio Fuentes y Manuel Arjona enloqueció a las chicas dentro del foro y a las que los vieron desde sus casas.
Locomía comenzaría a ser un fenómeno en México y se harían de un grupo de fans sólido y que quizá rayó en el exceso. Llegó el año de 1993, ya para entonces el grupo que cantaba Loco Vox estaba en pleno proceso legal entre José Luis Gil, representante de Locomía, y Xavier Font, miembro original de la misma, por tener la propiedad de la marca.
Con esto la banda española se fragmentó a tal grado que por un tiempo existieron dos grupos Locomía: uno integrado por los intérpretes que ya todo el mundo conocía, y el otro por personas que resultaron ajenas para muchos.
Es posible que los segundos fueron los que acudieron a Siempre en domingo durante aquella fatídica transmisión de 1993. Raúl Velasco los presentó para que interpretaran Te lo voy a dar; la canción pudo haber pasado sin problemas hasta que las cámaras del foro captaron que parte del público estaba inconforme con la presencia de la boy band.
Varias de las presentes comenzaron a abuchear a los cantantes mientras ponían los pulgares abajo. Si bien los cantantes ignoraron esto en un principio, Raúl Velasco no se quedó callado y, luego de que terminaran de cantar, abordó a una de las chicas que estaba poniéndole el pulgar abajo al grupo.
El conductor le preguntó si sabía el significado de la señal que estaba haciendo con la mano. La joven respondió “Que no los queremos”, a lo que Velasco la corrigió: “No, no. (El pulgar abajo) la hacían los emperadores romanos cuando dictaban la muerte de los cristianos (...). ¿Quieres que muera un semejante tuyo?, ¿un joven que viene a cantar para agradar a la juventud?”.
Le dio la oportunidad a la chica de responder, por lo que argumentó que “Ellos no son Locomía. Los anteriores Locomía no se fueron por propia voluntad, estos los desplazaron. ¡Están robando!”. A pesar de que quiso seguir hablando, parte del público comenzó a gritarle “¡Sáquenla!”.
Luego de reprenderla por un poco más de tiempo, Raúl terminó haciendo caso a lo que pedía la gente en el foro. De manera educada invitó a la joven a que se saliera del programa: “No te gustan los Locomía, aquí está la puerta de Televisa”.
Tras solucionar su discusión con aquella joven, Velasco volvió a animar al público para que recibieran de nueva cuenta a la agrupación, esta vez para que interpretaran Obsesiva. Las aguas parecieron calmarse por unos minutos mientras Locomía hacía playback y bailaba con sus abanicos; no obstante, los ataques se tornarían todavía más violentos.
Y es que, cuando la canción terminó, una persona se coló al escenario para golpear a uno de los cantantes. La transmisión tuvo que cortarse por un momento, cuerpos de seguridad y gente del staff tuvo que entrar corriendo para separar al agresor o agresora del cantante.
Tuvieron que pasar varios minutos antes de que Raúl Velasco volviera a aparecer a cuadro. Le sonrió a todos, pidió disculpas, trató de calmar al púbico. “Esta casa, Televisa, es la casa de todos ustedes”, dijo, “les acogemos con mucho cariño. Pero si vienen a agredir a otros seres humanos aquí, la puerta les espera para que abandonen esta casa”.
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