Sara García Hidalgo es conocida dentro de la historia del cine mexicano como la abuela de todos. Si bien ella siempre tuvo más deseos por dedicarse a la comedia, sus interpretaciones dramáticas lograron ganarse el corazón tanto de los espectadores como de los actores.
Ejemplo de ello fue Pedro Infante, con quien hizo una de las duplas más memorables dentro de la Época de Oro. Estuvieron juntos en cintas como El inocente (1956) y La tercera palabra (1956), pero son más recordados por Los tres García y Vuelven los García (ambas de 1947), que serían precisamente las producciones en las que se conocerían.
Eso sí, contrario a la imagen de amistad y entrañable cariño mutuo que hubo entre ambos, lo cierto es que en un inicio Sara García tuvo cierto rechazo hacía el “Ídolo de Guamúchil”. Décadas después de Los tres García, la actriz contaría al locutor Félix Sordo su relación con Pedro.
Lo primero que hay que mencionar es que Sara y Pedro eran vecinos. Ambos vivían en la colonia Narvarte y la actriz especificó que su compañero tenía su residencia apenas a una cuadra de la suya. Esto serviría para sus primeros conflictos.
“La abuelita de México” siempre se jactó por su puntualidad. Cada vez que tenía un llamado llegaba con tiempo de sobra y cumplía sin excepción. Pedro, en cambio, solía llegar tarde a los Estudios Tepeyac, donde Ismael Rodríguez estaba filmando las cintas de los hermanos García.
Esto enfurecía a Sara, pues Infante no sólo hacía perder el tiempo a todo el equipo de producción, sino que para ella misma era pesado. Por los años 40, Sara todavía no tenía el cabello canoso ni la pinta real de una abuela, por lo que debía someterse a un proceso meticuloso de maquillaje que incluía una peluca realista y que le tomaba mucho tiempo y esfuerzo ponerse.
Las inconveniencias producidas por el cantante llevaron a tal límite a Sara que estuvo a punto de abandonar la filmación. Un día, harta de la situación, buscó a Infante para regañarlo:
“No se crea usted que ser estrella consiste en llegar tarde a los llamados. El ser estrella consiste en llegar a tiempo a su llamado, cumplir con su deber, dar todo lo que se tiene para halagar al público y salir triunfante hasta donde se pueda. ¡Eso es ser estrella! Pero no llegar tarde a los llamados”, recordó la actriz para Félix Sordo.
Esto logró que Pedro recapacitara y, además, le comenzara a mostrar mucho respeto a Sara, con quien tenía una diferencia de edad un tanto marcada. Le prometió que no volvería a llegar tarde y cumplió con su palabra al pie de la letra, incluso en cierta ocasión que la señora García nunca supo explicarse.
En esa vez, cuando ella iba de camino al set de grabación y faltaban alrededor de 15 minutos para que comenzara el llamado, cruzó por la casa de Pedro Infante. Ahí lo encontró tranquilo mientras estaba lavando su propio auto. Ella asumió que volvería a tener retardo y trató de mentalizarse en lo que llegaba a los Estudios. No obstante, una vez que llegó al sitio, Pedro ya estaba ahí, le abrió la puerta, le ayudó a salir del coche y le dio la bienvenida.
Si bien esto la sorprendió bastante, hubo otras tantas cosas que también la llevaron a rechazar a Infante en un inicio. También recordó cuando un día todo el equipo de producción y hasta los actores estaban desesperados porque no lograban que el histrión saliera de su camerino para grabar.
Ismael Rodríguez tuvo que buscar a Sara y suplicarle que le ayudara con el cantante. Ella aceptó sin muchas esperanzas y, cuando le cuestionó a Pedro por qué no quería salir, este se sinceró con ella y le respondió que estaba desmotivado, pues él era un mariachi, no un actor.
Fue en ese momento que García comprendió que su compañero se sentía inseguro trabajando con gente que ya tenía mucha más trayectoria que él. Además, le costaba trabajo dejar de ser un cantante de radio y dar el salto a actor de cine.
Así, la actriz vino con una idea para ayudarlo: estudiarían sus actuaciones juntos, Sara le ayudaría a saber cuando hacía una escena bien o mal, además de que le daría muchos más consejos de interpretación. Pedro, sorprendido de que quisiera brindarle esa ayuda, terminó por aceptar con gusto y dejó que lo llevara a grabar.
Eso sí, Sara García contó cómo esto le jugó en contra al principio. Pedro Infante necesitaba verla en el set con su vestimenta de abuela para que se inspirara y pudiera actuar, incluso si Sara no tenía que salir a escena.
De cualquier modo, luego de estos dos primeros roces que hubo al inicio de la relación de Sara y Pedro, con el tiempo construirían un vínculo que trascendió cualquier estudio de grabación. Si bien la actriz señalaba que tuvo muchos hijos y nietos postizos en el cine, desarrolló un profundo cariño por Pedro.
A su vez, el “Ídolo de México” le correspondería con varios gestos que tuvo con ella. Uno de los más importantes era que, todos los 10 de mayo, día de las madres, el actor iba con un ramo de rosas a la casa de Sara García y le tocaba con su mariachi las mañanitas.
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