María Félix, la diva de la Época de Oro del Cine Mexicano, fue una gran aficionada de la joyería de altos quilates. Alrededor de su cuello, muñeca y dedos se encontraban marcas como Cartier y Harry Winston.
Muchas de las joyas que se encontraban en su colección fueron regalos de los pretendientes de La Doña, pues muchos afirman que su belleza era incomparable. “Tanta y tan intensa es su hermosura, que duele”, así la definió el poeta francés Jean Cocteau cuando la conoció en 1950.
Agustín Lara, Jorge Negrete, y el Rey Faruk de Egipto fueron sólo algunos de los hombres que trataron de conquistar a María Félix con enormes diamantes.
La casa joyera Cartier fue una de las principales encargadas en diseñar algunas de las piezas más emblemáticas de La Doña, las cuales eran joyas únicas. El collar de cocodrilos, hecho por la marca antes mencionada, fue uno de lo más icónicos de su colección.
Se sabe que en 1975 la actriz acudió a una tienda parisina de Cartier con un cocodrilo en brazos, el cual se tiene entendido era su mascota. Al estar ahí, María Félix pidió que le hicieran una copia exacta del animal usando únicamente piedras y metales preciosos. Dicha gargantilla está fabricado en oro y cuenta con dos cabujones de esmeralda y dos de rubí como ojos, más de mil diamantes amarillos de fantasía y más de mil esmeraldas.
Algunos años antes, en 1968 María Félix pidió que le hicieran, en la misma casa joyera dónde le crearon su collar de cocodrilos, un collar de serpientes, para su elaboración de dicha pieza se usó platino, oro blanco, y oro amarillo, 2,473 diamantes (en total sumaban 178,21 quilates), dos esmeraldas en forma de pera (los ojos), y esmalte verde, rojo y negro. Esta impresionante joya fue creada en un periodo de dos años.
Fuera de la elegancia y una imagen reconocible mundialmente, las joyas de La Doña también le provocaron problemas en los tribunales, pues fue protagonista de uno de los pleitos legales más mediáticos el la industria del espectáculo en México al estar en una disputa con la familia del cantante Jorge Negrete.
Después de haberse casado con El Charro Cantor, este le regaló un collar de esmeraldas valuado por 300 mil pesos. Sin embargo, el cantante falleció sin haber saldado la deuda del dicho collar. Al fallecer Negrete, su hija, Diana, producto de su primer matrimonio, quedó como heredera universal. Lamentablemente el cantante sólo le dejó deudas, incluyendo el pago del collar de La Doña.
Cuentan que al funeral de Jorge Negrete acudió el joyero que le había vendido el collar de esmeraldas, y que ante tal situación, el hermano del cantante le pidió a Maria Félix que entregará dicha pieza, argumentando que era injusto que su sobrina se hiciera cargo de la deuda. La Doña se negó, siendo este el principal motivo de la riña entre la diva del cine mexicano y la familia Negrete.
Para deslindarse de la problemática, la actriz dio 500 mil pesos por un fideicomiso a la hija de Jorge Negrete. En suma, la protagonista de Tizoc, pagó un millón 150 mil pesos por quedarse con la joya.
Se sabe que después de su fallecimiento en 2002, las joyas de María Félix fueron subastadas en Estados Unidos. Muchas de las piezas de La Doña se han visto en otras actrices, tal es el caso de Merly Streep, la cual asistió a la premiación de los Oscar en 2007 portando el collar Escarabajo, el cual está hecho de oro de 18 quilates, calcedonia, coral, onyx y diamantes. Algunas de las piezas más icónicas las compró Cartier por 20 millones de euros para que formaran parte de su archivo histórico.
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