Las acusaciones en contra de Marilyn Manson se siguen acumulando, pues este martes su ex asistente Ashley Walters, demandó al cantante por agresión sexual y acoso.
De acuerdo a un artículo de la revista The Cut, la mujer presentó su denuncia este 18 de mayo ante la Corte Superior de Los Ángeles. En esta, además de hablar de los ataques de Manson, también especificó que el cantante era un “jefe aterrador que tuvo arrebatos violentos”, además de que mantuvo a Ashley trabajando hasta dos días seguidos y la “ofrecía” a sus amigos.
La demanda explica que Ashley, quien es fotógrafa de profesión, conoció a Manson en 2010, después de que él la contactó por MySpace para decirle que le gustaba su trabajo y al poco tiempo le ofreció colaborar con él. Ashley por su parte, aceptó viendo esto como una oportunidad.
Según el documento, el primer ataque sucedió cuando visitó al cantante en su casa para ver pinturas y hablar de los proyectos que podrían hacer juntos. Cuando ella trató de irse, el cantante expresó que el estacionamiento donde había dejado su auto no abría hasta las 7:00 horas del día siguiente. Entonces, ambos comenzaron hacer una sesión de fotos en la que Manson le dijo a ella que se quitara la blusa. No obstante, cuando terminaron de fotografiar, el intérprete la empujó sobre su cama, la inmovilizó y trató de besarla.
“[Manson] luego se movió detrás de Walters y le mordió la oreja mientras tomaba su mano y la colocaba en su ropa interior”, según la denuncia. Ella afirmó a la revista que logró pararse de la cama y caminar hacia su auto. Además, se aseguró a sí misma que esto no se trataba de una agresión.
El par se mantuvo en contacto y tres meses después del primer incidente, Manson le pidió que fuera su asistente personal. Le ofreció el doble de sueldo que ganaba en ese entonces, él le dijo que el trabajo involucraría viajes y arte.
“Sabía que podía ser una oportunidad increíble para involucrarse en el campo del entretenimiento creativo. Una que probablemente no volvería a surgir”, expresó el documento.
Pero la situación cambió cuando comenzó a trabajar, pues Manson trabajaba de noche y le exigía a Ashley que trabajara durante ese tiempo, hasta por 48 horas seguidas. Además, durante sus ataques de ira, el cantante le lanzó platos y la amenazaba constantemente. Incluso, una vez le envió una foto que el cantante tomó de la espalda cortada de Esmé Bianco, expresando que esto pasaba cuando no lo obedecían. Mientras, Ashley trataba de aguantar los tratos.
“Simplemente agaché la cabeza y me mantuve en modo de supervivencia. En ese momento me sentí aislada, como si no pudiera ir a ningún lado”, declaró a la revista.
Aunado a esto, “[Manson] comúnmente ofrecía a Walters a sus influyentes amigos y asociados de la industria”. En septiembre de 2010, Manson “empujó a Walters al regazo de un actor y se jactó de que podía ‘tenerla’, por lo que el actor procedió a besar a Walters y mantenerla en su regazo”.
Mientras que el cantante se volvió más paranoico, acusó a Ashley de querer sabotear su carrera y la despidió tras una serie de discusiones.
Finalmente, el también actor la continuó amenazando hasta que terminó la comunicación con ella. Después de un tiempo, él la volvió a buscar y continuaron hablando, pues Ashley consideró que era mejor tenerlo como “aliado”, que como un enemigo.
Pero, tras el testimonio que Evan Rachel Wood dio en 2018 acerca de lo que sufrió con Manson (sin decir que se trataba de él), Ashley cambió de parecer. Cuando Woods y Bianco comenzaron a compartir historias, Ashley decidió alzar la voz.
“Una vez que me di cuenta de cuántas personas se han visto afectadas, no pude sentarme y dejar que esto le sucediera a nadie más. Mi objetivo final es simplemente hacerlo responsable”, expresó.
De acuerdo a la publicación, Manson negó “vehementemente cualquier acusación de agresión”.
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