Han pasado cerca de cuatro años desde que Princesa Alba estrenó el videoclip de Mi Only One, su single debut que sumó medio millón de vistas en tres días y el cual le trajo una ola de críticas por su aspecto físico y forma de vestir. Estos prejuicios, lejos de frenarla, la impulsaron para usar su voz y cuerpo como una forma de empoderamiento femenino.
“La sociedad nos hace cargar con tanto peso y nos hace odiarnos y no encontrarnos perfectas; nos hace competir con una figura photoshopeada o con esquemas falsos que no existen. Entonces, para mí amarse y hacer canciones de amor propio es un acto político, de rebeldía contra lo que nos imponen”, reveló Trinidad Riveros, el nombre detrás de la artista, en entrevista para Infobae México.
La cantante oriunda de Santiago, Chile, demostró esta capacidad de resiliencia desde sus inicios, cuando comenzó a producir sus primeras canciones, influenciadas por la corriente del trap europeo. Un micrófono barato, cajas de huevo para aislar el sonido y conexión a Internet fueron elementos suficientes para que Princesa Alba compusiera y grabara desde su cuarto.
Debido a que estas piezas musicales eran “demasiado personales”, la intérprete no las compartió con amigos o familiares, pero sí las subió a Spotify. Gracias a esta decisión, su carrera se catapultó y, en cuestión de meses, su habitación fue reemplazada por un estudio profesional, donde grabó Summer Love, uno de sus temas más exitosos hasta la fecha y el cual suma millones de reproducciones.
Después llegó sencillo tras sencillo y Princesa Alba pasó de ser un éxito viral a consagrarse como una referente indiscutible de la escena pop chilena. Recientemente, la cantante estrenó Acelero, adelanto del que será su primer álbum de estudio, en donde se concentra en descubrir una versión de ella sin ataduras amorosas: “en todas las canciones que he sacado como singles, siempre he estado enamorada de alguien; en este disco se trata de estar enamorada de mí”.
“Encontrarme y hallarme en mi soledad ha sido una de las cosas más increíbles que me ha pasado. Me gusta estar conmigo, me gusta disfrutarme, me gusto”, agregó. La intérprete califica a estas ideas como un “narcisismo necesario”, debido a los estándares de belleza que ha impuesto la sociedad y que ella mismo sufrió al inicio de su carrera.
A pesar de que Princesa Alba aún no estrena todas las canciones que formarán parte de su próximo material de larga duración, en su discografía se pueden encontrar piezas musicales que reflejan estas ideas. Tal es el caso de Diamantes, canción en donde la artista cuestiona al amor romántico y la idea de que una mujer “vive” para su pareja. La lírica es la siguiente:
No te confundas, que yo no me maquillo pa´ ti, si lo hago es exclusivamente pa´ mí... No necesito un hombre que me haga feliz, estoy segura de mí misma, sabes que sí, no me muero porque me invita a salir, yo siempre he sido sola, no voy a cambiar aquí
Debido a los temas que expresa por medio del canto, la también conocida como “Reina del Trap” considera a su música como “política”: “mis canciones son políticas en el sentido de que son feministas; la manera en que me muestro y actúo públicamente, todo es político porque siento una responsabilidad bastante grande de denunciar abusos y agresiones”, aseguró.
En más de una ocasión, ha demostrado sus palabras con actos de denuncia, como ocurrió en una presentación que realizó durante el medio tiempo de un partido de fútbol entre el equipo chileno Colo Colo y Boca Juniors. Tras finalizar su acto, la cantante tapó uno de sus ojos con su mano en señal de protesta por las 460 personas que sufrieron lesiones oculares debido al abuso policial durante el denominado “Estallido Social” en Chile.
“Como artistas tenemos una responsabilidad para y con la gente, de informar, dar nuestra opinión y denunciar hechos que están mal... No hay que tener un color político para denunciar cuando se atacan a los derechos fundamentales, esas son cuestiones de humanidad, hay que visibilizar y aprovechar las herramientas que tenemos para hacerlo”, concluyó.
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