Javier Solís fue un reconocido cantante y actor mexicano que permanece en la memoria común de México a 55 años de su muerte gracias a sus temas como Esclavo y Amo o Sombras Nada Más. A pesar de la fama que alcanzó a sus tempranos 19 años, pocas personas sabían que su nombre de nacimiento, no era el mismo que quedó grabado en sus discos.
La carrera del llamado “Rey del Bolero Ranchero” comenzó desde que era muy joven, a los 24 años, en El Otro Mundo, un bar que no le dio lo que buscaba. Queriendo superarse, intentó ser contratado en el night club Azteca, ubicado en San Juan de Letrán, lugar en donde encontró el éxito.
Javier Luquín, como se le conocía a Javier Solís, a mediados de la década de 1950 fue contratado como mariachi del club. Varios artistas iban ahí debido a que era “de categoría”, además de que se presentaban cantantes bastante talentosos, gracias a ello fue encontrado por productores.
Según el periodista José Felipe Coria, Solís llamaba la atención por su gran talento, generosidad y modestia. Siempre fue abierto a sus clientes, les cantaba canciones gratis a quienes no podían ingresar al lugar e, incluso, un día permitió que le cambiaran el nombre.
El nombre real del cantante era Gabriel Siria Levario, existen tres versiones del porqué cambió su nombre artístico y su nombre real, aunque ambas reconocen que fue para llamar la atención del público.
Según José Luis Arias, a un cliente no le pareció suficiente “Gabriel Siria” para llamar la atención en el mundo artístico. “Javier Luquín”, habría respondido el mariachi que era su nombre artístico, pero sin seguir impresionando al cliente, le permitió que éste le encontrara un buen nombre: “Javier Solís”.
La otra versión de los hechos es del también cantante Arturo Solís: el talento de Gabriel era tan alto y su vida lo había obligado a hacerse responsable de sus propios actos desde que era una niño, que nunca necesitó de nadie para poder sacar adelante a su nombre.
Gracias a su personalidad tan independiente, otros mariachis le decían “¡ahí viene el solista!”, por lo que cuando entró a una compañía disquera, Arturo le recomendó que utilizara su apodo como su apellido, resultando en “Solís”.
La tercera versión es de la investigadora Yolanda Moreno Rivas, según la cual Felipe Valdés Leal, director artístico del sello discográfico que llevó a la fama a Gabriel, Columbia, le dijo que lo llamaría Javier Solís.
El cantante aceptó, dejando atrás su pasado, volviendo a nacer con un nuevo nombre.
“En ese momento me di cuenta de que, si quería triunfar, debía romper con todo mi triste pasado; debía nacer de nuevo, ser otro hombre. Y ¿por qué no comenzar cambiándome el nombre? Por lo demás, creo que como Gabriel Siria o Javier Luquín, jamás hubiera podido hacer nada”, supuestamente dijo a José Luis Arias.
El intérprete de Luz de luna participó en películas como Un tipo a todo dar (1963), Amor a ritmo go gó (1966) o Un callejón sin salida (1965), por mencionar algunas. Su carrera como actor no sólo le permitió desarrollar otros talentos, sino también dejar su imagen en la pantalla grande al rededor del mundo.
Javier Solís gozó de una exitosa carrera por cerca de una década, misma que continuó a pesar de haber muerto a los 34 años. Hasta la fecha, no se sabe exactamente cuáles fueron las causas de su fallecimiento.
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