Hace casi dos décadas, en el 2002, cuando los móviles todavía se doblaban y los pantalones se utilizaban a la cadera —una altura muy arriesgada —, Jennifer Lopez, quien entonces tenía 33 años, conoció a Ben Affleck, un actor que había ganado fama también como guionista, durante el rodaje de la cinta de la comedia romántica Gigli.
“Okey… esto es todo”, pensó Jennifer, según le contaría años después a la revista People. El amor había traspasado la pantalla. Aunque durante ese año la protagonista de Selena acababa de terminar su segundo matrimonio, con el bailarín Cris Judd, el cual había sido bastante atropellado.
Según relató el texano a los medios de comunicación, ser marido de Jennifer no era cosa fácil, no pudo lidiar con la invasión a la privacidad que implicaba salir con una estrella de Hollywood de ese calibre; así que el matrimonio se disolvió tras ocho meses de relación.
Poco después de eso, Jennifer y Ben formalizaron su romance y nació “Bennifer”, como se le bautizó en la prensa a la pareja, y de pronto ambas estrellas hicieron apariciones en todas las alfombras rojas de Hollywood, en donde fueron fotografiados sonrientes, enamorados y tomados de la mano.
Pero no se quedaron ahí, el noviazgo escaló y pronto se dio a conocer que estaban por emprender la caminata al altar. JLo lució una extravagante joya de compromiso que causó furor: un anillo Harry Winston de 6.1 quilates, con un diamante rosado al centro y detalles de diamante blanco, valorado en USD dos millones, de acuerdo con la revista Vanity Fair.
Entonces la hermosa joya acaparó las primeras planas de todas las revistas de espectáculos, quienes especulaban sobre el precio y, especialmente, sobre la lujosa boda que estaba planeada para septiembre del 2003, ¿si así era el anillo, qué se podía esperar de la ceremonia y la fiesta?
Eso sí, jamás se sabría. Un día antes de la ceremonia, la pareja anunció que la boda se pospondría, “debido a la atención mediática excesiva”, según emitieron en un comunicado, “cuando comenzamos a considerar seriamente contratar tres ‘novias señuelo’ para tres locaciones diferentes, nos dimos cuenta de que algo estaba torcido”.
“Empezamos a sentir que el espíritu de lo que tuvo que haber sido el día más feliz de nuestra vida pudo verse comprometido, sentimos que lo que tenía que ser un día feliz y sagrado pudo verse arruinado para nosotros, para nuestras familias y para nuestros amigos”, explicaron.
Entonces la relación comenzó a desquebrajarse. La boda se canceló definitivamente, y después de una pequeña reconciliación, la pareja anunció su separación en el 2004. Aunque esta vez ninguno de los dos se mostró disponible para hablar de las razones detrás de esa decisión.
“Creo que quizá fue una cosa de ‘tiempos diferentes’, quién sabe lo que pudo haber pasado, pero ahí había amor genuino”, recordó Lopez años después durante una entrevista con la revista People.
Después de su rompimiento, la pareja que trabajó en la fallida cinta Padre Soltero, se mantuvo en calidad de “exes amistosos”; Lopez se casó con Marc Anthony en el 2004 y juntos procrearon a los gemelos Max y Emme. Por su parte, Affleck contrajo matrimonio con Jennifer Garner, con quien tiene tres hijos.
Sin embargo, ninguno de esos matrimonios terminó bien. Anthony y Lopez hicieron su divorcio oficial en el 2014 y Affleck hizo lo mismo de la actriz de Si tuviera 30 en el 2018, aunque ellos se habían separado años antes, en el 2015.
En el arena del amor, la expareja recorrió caminos paralelos y tortuosos: después de Anthony, JLo mantuvo una relación durante cuatro años con el exjugador de beisbol, Alex Rodriguez, con quien se comprometió hace un par de años.
Sin embargo, la pareja no llegó al altar y en abril de 2021, después de semanas de especulaciones sobre su rompimiento, anunciaron que su compromiso había quedado anulado: “Nos hemos dado cuenta de que estamos mejor como amigos y esperamos seguir siéndolo”, explicaron en un comunicado.
Por su parte, el galán y atormentado Affleck comenzó una relación con la actriz cubana-española Ana de Armas en el 2020. Aunque, de nuevo, esta relación no prosperó y en enero de este año, según reportó la revista Hola!, la modelo decidió terminar el noviazgo con Ben.
Y así fue como, por fin, los astros se alinearon para traer de vuelta a “Bennifer” y, aparentemente, los ‘tiempos diferentes’ que afectaron la relación, se han sincronizado 17 años después de haber cancelado la boda.
Todo empezó con un elogio que hizo Ben Affleck a JLo durante una entrevista con la revista Instyle en abril de este año, en la cual recordó lo grandiosa que es Jennifer: “Sigue siendo, hasta este día, la persona más trabajadora que he conocido en este medio. Tiene un gran talento, pero también ha trabajado como duro para alcanzar el éxito, estoy tan feliz por ella, que reciba el crédito que merece”.
Después de eso, las especulaciones se dispararon. Según argumentaron los fanáticos, Jlo y Affleck aparecieron juntos en el concierto Global Citizen’s Live Event y, durante su presentación, la “Diva del Bronx” hizo un tributo a su relación con el actor en uno de los coros de la canción “I’m glad”.
Posteriormente, en mayo, la revista People reportó que Affleck y Lopez fueron vistos dejando la mansión de la cantante en Los Ángeles. Y el pasado 10 de mayo, la misma publicación informó que la pareja pasó algunos días en el estado de Montana.
“(Jennifer) pasó varios días con Ben fuera de la ciudad. Tienen una fuerte conexión. Todo ha sido muy rápido e intenso, pero Jennifer está feliz”, dijo una fuente a la revista estadounidense. Y de última hora, el sitio de noticias de Hollywood, TMZ, reveló este martes, que los exnovios intercambian correos electrónicos que traspasan los límites de la amistad. Todo parece indicar que “donde hubo fuego, cenizas quedan”.
SEGUIR LEYENDO: