En los años 50 aparecería una pareja de cómicos que se harían muy conocidos: Viruta y Capulina. Sus verdaderos nombres eran Marco Antonio Campos y Gaspar Henaine, respectivamente; se conocieron en la radiodifusora de la XEW, donde ambos trabajaban desde hace tiempo.
Marco Antonio tuvo a su primer dueto cómico al lado de José Domínguez Flores “Chamula”. Gaspar, por otro lado, había formado parte del cuarteto de músicos llamado Los Excéntricos del Ritmo y posteriormente del trío de Los Trincas. Cuando los dos se quedaron sin pareja de bromas y sin grupo musical, surgió la idea de hacer algo juntos.
Para ese momento ya habían adoptado sus apodos y Capulina gozaba de cierta popularidad en la radio y, en parte, en televisión pues en el pasado había hecho algunas presentaciones al lado de sus grupos. A pesar de que Viruta al principio no aceptó colaborar con Capulina luego de que terminara mal con su ex compañero Chamula, terminó por ceder gracias a la insistencia de Gaspar.
Tuvieron la fórmula perfecta: mientras Viruta era el personaje serio y “enojón”, Capulina era mucho más animado y hasta un poco tonto. Esta química sería notada por productores de cine, mismos que ayudaron a que, en 1958, Viruta y Capulina se lanzaran al estrellato de la mano de la película Se los chupó la bruja.
Luego de ello tuvieron apariciones en múltiples filmes y en varios de ellos fueron los protagonistas. Sumaron más de 30 producciones cinematográficas y también tuvieron la fortuna de hacer su propio programa como anfitriones: Cómicos y canciones, donde tuvieron como guionista a nada más y nada menos que Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”.
A pesar de que en 2005 Capulina llegó a confesar que Viruta tenía mal carácter fuera del escenario, lo cierto es que muchos los recuerdan como un par de amigos que se admiraron mutuamente por algunos años. Sin embargo, los problemas empezarían cuando a Viruta cambió su perspectiva sobre cómo hacer comedia.
Según lo que reveló Capulina en una entrevista que le hizo Mónica Garza, su director de publicidad les sugirió que dejaran de usar el chiste de los pastelazos y de los golpes dentro del programa. Gaspar quiso negarse pues consideró el tipo de público que más tenían en Cómicos y canciones. La mayoría de sus espectadores eran niños y ellos se reían con situaciones tan absurdas como el mencionado pastelazo.
No obstante, Viruta le dio la razón a este director de publicidad y le hizo saber a su compadre que debían cambiar la fórmula si es que querían mantenerse vigentes. Capulina terminó por aceptar junto con otras modificaciones que hicieron en el programa. El problema es que esto haría que esta producción decayera en audiencia y posteriormente anunciaran su cancelación.
Con el paso del tiempo le asignarían un programa por separado a cada uno. Capulina tuvo uno dedicado al humor infantil y más familiar, mientras que Viruta haría su programa de variedades con un toque más maduro. Para desfortuna del segundo, su producción no fue del gusto del público, lo que haría que saliera del aire sin cumplir con el contrato de 13 capítulos que tuvo.
Pero este no fue el caso de Capulina. A él no sólo lo recibió una enorme aceptación, sino que pudo renovar contrato y mantener su programa por otro año más. De ahí comenzaría a tener más “golpes de suerte”: haría más películas, se asoció con una productora de cine, tenía una gran presencia en televisión.
Para finales de los años 60, la pareja tendría su separación definitiva. Viruta comenzaría a ser olvidado conforme Capulina se hacía de mayor popularidad. Esto desató envidia en Marco Antonio, misma que evolucionaría en un resentimiento que duraría por décadas.
Gaspar repitió varias veces lo mucho que le dolió esta separación. En primer lugar, no quería tomar caminos diferentes que Viruta y, en segundo lugar, no entendía por qué su ex compañero evitaba hablarle. Eso sí, la gota que derramaría el vaso para Capulina ocurrió varios años después.
Cuando murió la esposa de Marco Antonio, Gaspar y su propia pareja, María Elena Frías, decidieron que debían darle el pésame al comediante por su pérdida. Fueron al funeral y lo único que encontraron fue rechazo por parte de Viruta, pues este los vetó del lugar e incluso trató con agresividad a la esposa de Gaspar.
Con esta reacción por parte de Viruta, la barrera entre ambos se hizo irrompible. No se dirigieron la palabra y continuaron con sus vidas y sus carreras. Mientras que Capulina siguió juntando éxitos de taquilla, poco o nada se supo del paradero de Viruta, al menos hasta 1996, año en que falleció por una insuficiencia cardiaca.
Capulina no asistió esa vez para despedirse de su compadre. No fue porque no tuviera intenciones de hacerlo, sino que, según contó el actor, precisamente ese día tuvo complicaciones de salud que le impidieron salir de su casa.
Esto lo consideró un golpe de suerte, pues tiempo después escuchó una entrevista que le hicieron a un sobrino de Viruta donde dijo que su tío le hizo una petición: “Si en mi muerte viene Capulina, ¡lo sacan a patadas!”.
Gaspar cargaría con esta ruptura por el resto de su vida. Nunca tuvo la oportunidad de reconciliarse con su compadre y, el 30 de septiembre de 2011, fallecería a la edad de 84 años a causa de una neumonía.
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