Además de actor, Roberto Palazuelos es un exitoso empresario del sector hotelero al que le gustan los lujos y las comodidades.
Una isla privada en Cancún, es prueba de ello. Fue en 2018 cuando se dio a conocer que el actor y empresario había comprado su propia isla en aquel hermoso lugar. Ahí diseñó y construyó su propia mansión, donde vive con su hijo, y con algunas personas que trabajan para él: dos empleadas domésticas y dos choferes, que son militares, para su seguridad.
La propiedad del actor cuenta con ocho recámaras, de estos, tres son de servicio, grandes ventanales, y una laguna que desemboca al mar.
En cada rincón de la mansión se encuentra arte, lujo y sofisticación. En uno de los jardines de la mansión también hay una alberca, en la que el empresario, a quien se le conoce como el “Diamante Negro”, suele relajarse. Al pie de la alberca cuenta con varios camastros, sobre pisos de lustrosa duela que se conjuga a la perfección con el pasto del jardín.
En la sala de su hogar, tiene hermosas obras de arte mexicano, por lo que ha declarado en diversas ocasiones, que es uno de los lugares de la mansión en los que más disfruta estar. En una de las paredes de la sala hay, colgado, un enorme cuadro del artista mexicano, originario de Oaxaca, Guillermo Olguín.
También, cuenta con esculturas de personajes de la vida artística mexicana muy importantes como Leonora Carrington, o pinturas de otros grandes artistas como David Alfaro Siqueiros o Rufino Tamayo, por mencionar a algunos.
Otro de los detalles que llenan de armonía al lugar, es que por cada rincón tiene alguna entrada de luz natural, que en días soleados provocan que haya una atmósfera de paz y tranquilidad. Cuenta con muebles de colores neutros, alfombras azules y el piso es de mármol.
Otra escultura que resalta en la sala de su hogar, y que es una de sus favoritas, es Timoteo, del artista Rodrigo de la Sierra.
Su oficina está llena de libros, retratos familiares, y una pintura muy especial para el actor y empresario, que cobra gran relevancia en su vida. Se trata de un óleo al centro de la estancia en el que figura Roberto Palazuelos Bassols, su abuelo, quien también ha declarado, es su más grande orgullo y ejemplo, además de inspiración.
A su habitación la llama “el cuarto de guerra”. En ella, el intérprete cuenta con un espacio para la proyección de películas, pues es amante del cine. En la habitación, predomina el color blanco de las paredes. Las tardes y noches de cine son ya una actividad cotidiana para el actor.
Otro de los lujos con los que cuenta el actor, es el de un gimnasio perfectamente equipado para realizar sus rutinas de ejercicio, con lo que se mantiene en forma.
Esta enorme mansión del Diamante Negro, es solo una de las siete que tiene en su poder, y con ella deja ver el buen gusto que tiene para sus cosas.
Palazuelos es dueño de un lujoso hotel llamado Diamante K, ubicado en la Riviera Maya. En este hay cabañas construidas al estilo “maya”, bajo un concepto ecológico. El hotel no es tan barato, pues los precios oscilan entre los 700 y los mil dólares, dependiendo del tamaño, los muebles y la vista que tenga.
Este no es el único negocio de Palazuelos, pues, al notar que la industria hotelera le dejaba una buena remuneración económica, decidió aliarse con operadores de otros países para que una vez que él comprara las propiedades, otros trabajaran para él y así quedarse con la mitad de las ganancias que se generaran.
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