Liliana Arriaga, conocida en el ambiente de la comedia mexicana como “La Chupitos” tiene una historia personal marcada por el alcoholismo y la desintegración familiar. La popular comediante habló de sus inicios y de cómo surgió en ella la inquietud artística que la llevó a crear su conocido personaje.
“Soy del D.F. y fui criada por mi abuela porque mi mamá fue mamá soltera conmigo, fui la primera de mi mamá, somos seis, yo soy la mayor de mis hermanos, pero a mí me crio mi abuela, y mi abuela tenía 12 hijos, conmigo éramos 13, esa casa parecía una vecindad”, contó la actriz al programa En sus batallas.
Arriaga recordó que a su abuela, a quien llama “Mamá Mari” es la única figura materna que tiene: “A mi mamá la veía como hermana, porque casi no la veía, y como fue mamá soltera, mis abuelitos agarraron esa parte…me arroparon, me criaron, mi mamá volvió a hacer otra familia y mi abuelita ya dijo ‘esta me la quedo’”, recordó.
Y es que el único contacto que ha podido establecer con su padre en toda su vida, fue cierta vez hace más de 20 años cuando la buscó al término de una de sus presentaciones, situación que la hizo confrontarse y entrar en llanto.
“Ya de grande supe que tenía un papá, nunca pregunté, no me hizo falta preguntar. Una vez trabajando en Guadalajara, Chupitos a todo lo que da, y me avisan ‘oye, que quiere pasar un señor a saludarte que dice que es tu papá’, te estoy hablando de veintitantos años, dije ‘no puede ser esto posible’, me shockeó, lloré ese día mucho…lo pasé, el señor equis, me dijo perdóname, me abrazó, no quise escuchar más, le dije ‘no hay problema’, era como un extraño para mí”.
La comediante de 49 años de edad contó los sacrificios que hizo en su juventud para poder estudiar la Licenciatura de administración de empresas turísticas, profesión que ejerció inicialmente hasta que desarrolló uno de los personajes más queridos de la televisión hispana.
“Yo empecé a chambear desde muy chava, mi abuelita me prestaba con una señora para hacer el quehacer y me decía ‘sí hija hay que ayudarnos’…Para sacar mi carrera vendíamos hasta quesadillas, y mi mamá Mari se rifaba en todo lo que hacía, vendía carnitas, hacía pozole, pancita, gorditas de chicharrón. Metía las quesadillas a la clase y me dieron chance después en la escuela de vender”, recordó.
Pero fue hasta después de un tiempo cuando se decidió a sacar su talento cómico en el concurso Comediantes Riatatán, de Fernando Arau, donde nació su emblemático personaje, que desde su creación fue comparado con los personajes del cine mexicano La Guayaba y La Tostada.
Para crear a La Chupitos, Liliana se basó en su tío Manuel Arriaga, quien durante años padeció una fuerte adicción al alcohol: “En mi familia vivimos el problema del alcoholismo, uno de mis tíos… yo lo veía de chavita y lo imitaba porque aparte de su problemita del alcohol, era muy simpático, un borracho muy agradable. Nunca me imaginé que iba a agarrar ese personaje para concursar, empieza la convocatoria de Fernando Arau solicitando comediantes amateur (…) ahí me tienes, ¿Qué hago? Una borracha, ahí sale La Chupitos; llego, me quedo en la audición, y gané el primer lugar. La presea me la da Eugenio Derbez, y Sergio Corona, la patadita de la suerte” recordó la actriz.
La participante de programas como Los comediantes, La hora pico y La casa de la risa destacó que su personaje fue criticado y rechazado “Pensaban que denigraba a la mujer, que mujer borracha, grosera, fui muy atacada, muy rechazada(…) Es un mensaje, porque sí está padre la fiesta, pero todo con medida nada con exceso”, finalizó.
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