El actor y director Gael García expresó que se siente decepcionado de la actual administración del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pues opinó que su gobierno ha desatendido los problemas climáticos, al punto en el que se agravó la crisis ambiental, de manera paralela con la emergencia mundial provocada por el coronavirus.
“El gobierno de México está en dirección contraria, nos vamos a quedar muy rezagados. Pemex está obsoleto. Esperaba mucho más el gobierno encabezado Andrés Manuel López Obrador, debido a que a pesar de los cambios que prometió, muchas dinámicas no cambiaron del todo”, aseguró García en entrevista con Adela Micha. Ello tras las la aprobación en la Cámara de Diputados sobre la aprobación de la Ley de Hidrocarburos.
Debido a ello, explicó espera generar conciencia con su producción más reciente la serie “El Tema”, que cada martes se irá publicando uno de los seis capítulos que conforman este proyecto, a través de la plataforma de lacorrientedelgolfo.net. La serie abordará los estragos que ha dejado la crisis ambiental y los daños que las grandes empresas provocan al planeta.
“Ha sido un año muy complicado, valorando lo que esta pandemia sacó a relucir, las cosas buenas que podamos aprender de ella (…) Es por eso que nos pusimos a hacer estos cortometrajes, el tema es la emergencia climática. Sobre este tema, lamentó que en México se haya aprobado la Ley de Hidrocarburos, situación que atenta contra el medio ambiente”, expresó García Luna.
El actor opinó que la justicia social que pregona el titular del Ejecutivo, no puede efectuarse sin antes generar conciencia climática, hizo un llamado al gobierno para atender la problemática con congruencia y sin legislaciones que empeoren la situación medioambiental.
“Es terrible que de alguna manera no se hable y esto es un tema complicado para la política, tampoco veo a alguien que hable de esto con congruencia, ya no se puede hablar de la justicia social sin la justicia climática”, dijo.
La controvertida iniciativa del presidente López Obrador, para reforzar el control sobre el mercado de hidrocarburos del país fue aprobado por la Cámara de Diputados, avanzando un paso más en su objetivo largamente buscado de reanudar el monopolio energético del Estado.
Con 292 legisladores a favor, 153 en contra y 11 abstenciones, la Cámara aprobó en términos generales la propuesta del presidente de otorgar a la petrolera nacional, Petróleos Mexicanos, un mayor control sobre el mercado de combustibles cuya reciente apertura atrajo inversiones de Royal Dutch Shell Plc, BP Plc, Chevron Corp. y Exxon Mobil Corp. Luego de debatir ciertos artículos, el proyecto de ley pasará al Senado, donde el gobernante partido Morena y sus aliados tienen mayoría.
Si se aprueba como se espera, la iniciativa reformaría la Ley de Hidrocarburos del país y ampliaría el control gubernamental sobre la distribución, importación y comercialización de combustibles. La nueva ley permitiría la suspensión de permisos por motivos de seguridad nacional o energética, y también dejaría que Pemex tomara el control de las instalaciones cuyos permisos han sido suspendidos.
La iniciativa es la última propuesta del presidente, comúnmente conocido como AMLO, para tratar de restaurar al productor de petróleo Pemex y a la eléctrica Comisión Federal de Electricidad a su antigua gloria, a medida que su infraestructura envejecida los hace menos competitivos. Desde que llegó al poder en 2018, López Obrador ha luchado contra reformas energéticas históricas que abrieron la industria energética a la inversión del sector privado.
La nueva ley es similar a la “expropiación indirecta” de los activos de los minoristas de combustibles, dijo Oscar López Velarde, profesor de derecho de la Universidad Iberoamericana que se especializa en temas energéticos. Permite al Estado “tomar el control de la administración y operaciones del titular del permiso de manera indefinida por motivos altamente subjetivos, y sin que realmente exista un incumplimiento de sus obligaciones”, dijo este miércoles.
El presidente está utilizando el proyecto de ley para avivar el sentimiento de los votantes nacionalistas antes de la primer prueba electoral de su presidencia: mantener el control del Congreso en las elecciones intermedias de este año.
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