De acuerdo con el tuit que subió a su cuenta David Pablos, director de la película El baile de los 41, esta producción llegará el próximo 12 de mayo a la plataforma Netflix.
Esta cinta está inspirada en un episodio histórico de inicios del siglo XX. La madrugada del domingo 18 de noviembre de 1901, en una casa marcada con el número 4 de la calle de la Paz (que hoy se llama Ezequiel Montes, en la colonia Tabacalera), la policía irrumpió en una fiesta privada donde había 42 hombres que bailaban entre sí, la mayoría de familias aristocráticas.
Además del escándalo que significó la noticia, una incógnita no despejada circuló por aquellos días y sobrevivió hasta la fecha: que entre los detenidos –y los vestidos de mujer– estaba nada menos que Ignacio de la Torre, yerno del presidente Porfirio Díaz, casado con Amada Díaz, su hija mayor y la más consentida.
“Para mí como director es muy importante hablar de la historia del baile de los 41 y retomarla desde otro ángulo. Humanizando primeramente a estos personajes, dignificándolos y mostrando las relaciones que ellos tenían como un grupo fraterno. Es impresionante que en este país, a estas alturas del partido, el ver a hombres vestidos de mujer, el ver a dos hombres besándose, sigue generando controversia. Para mí, gran parte de la aportación que puede hacer esta película es mostrar nuestras historias y visualizarlas”, explicó el director de la película en LGBT Session en octubre de 2020.
La película que agregará la plataforma a su catálogo en menos de un mes tiene como parte de su elenco a Emiliano Zurita, Mabel Cadena, Fernando Becerril, Paulina Álvarez Muñoz y Alfonso Herrera.
La película es una coproducción México-Brasil, de las productoras Canana Films, El Estudio y Bananeira Filmes. Dirigida por David Pablos, con guion de Monika Revilla, música de Carlo Ayhllón y fotografía de Carolina Costa.
Respecto al hecho histórico la prensa de la época hizo eco del sobresalto moral que significó aquella redada. Hubo burlas homofóbicas, rumores y leyendas sobre “La aristocracia de Sodoma”, como llamó a los detenidos el periódico El Hijo del Ahuizote.
Esa no fue la peor parte, que ya de por sí era escandalosa a la vista de la época. Lo peor fue saber que, de aquellos 42, 19 vestían de mujer y que incluso en una recámara estaba tendido a un joven que las crónicas de la época identifican como “Bigotes Rizados”. Los rumores y las leyendas de aquella redada dirán que fue premio de una “rifa” entre los asistentes.
Nunca se despejó la duda de quiénes habían caído en aquella redada, pero El Popular, otra publicación de la época, anotaba que “todos son pollos gordos, algunos riquillos que la portan; criados en paños azules”.
Aquel periódico reveló además que “pretendieron huir para quitarse los vestidos del sexo contrario al suyo; pero al darse cuenta la policía que se trataba de algo grave, no dejó salir a ninguno de los 42″. Luego anota: “No daremos a nuestros lectores más detalles por ser en sumo asquerosos”.
Los pormenores de este episodio en la historia nacional quedaron retratados en el libro Los cuarenta y uno: novela crítico social, bajo autoría del seudónimo Eduardo A. Castrejón, elaborada en 1906.
“Lo más significativo de la redada de los 41 es, reiteradamente, la detención arbitraria de un grupo que se divierte una noche de sábado. (…) No se conciben siquiera los derechos civiles y humanos de los ‘pervertidos’, y ‘el mal ejemplo’ es delito suficiente”, escribió Monsiváis para el prólogo de dicha obra.
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