Dolores del Río, ícono del cine mexicano, murió un día como hoy hace 38 años. Fue reconocida no sólo en México gracias a sus grandes actuaciones en películas como Flor Silvestre (1943) o María Candelaria (1943). Inició su triunfo en Estados Unidos e, incluso, compartió pantalla en Estrella de Fuego (1960) con Elvis Presley.
Es recordada por ser una de las mujeres que incentivó el uso del traje de baño de dos piezas, por ser la primera mujer en no pintarse la boca en forma de corazón y ser la primera mujer parte del jurado del Festival de Cannes.
Dolores Asúnsolo López Negrete, nació el 3 de agosto de 1904. A pesar de haber tenido que enfrentar durante sus primeros años la Revolución Mexicana, logró obtener una buena educación, casarse e iniciar su carrera artística desde pequeña debido a que era la sobrina del ex presidente Francisco I. Madero, por lo que fue parte de una familia bien posicionada.
Es reconocida por haber participado en cerca de 450 películas, de las cuales 34 fueron protagonizadas por ella y filmadas en Hollywood. Gracias a su gran talento, Dolores logró ser una de las primeras latinas en obtener una estrella en el Paseo de la Fama, en California.
A tan sólo 17 años contrajo matrimonio con Jaime Martínez del Río, hombre de negocios que era mayor que ella 18 años. Gracias a su posición en la sociedad, conocieron meses después de su matrimonio al director Edwin Carewe, quien los llevó a la capital del cine mundial con la promesa de convertir a Dolores en una estrella del cine.
En Estados Unidos, Dolores comenzó a estudiar actuación e inglés, rápidamente logró obtener su primer papel en Joanna (1925) y algunos otros proyectos pequeños, pero que le permitieron llamar la atención de varios directores. En 1926 logra triunfar en Hollywood con el film What Price Glory?, con el cual gana el premio “WAMPAS Baby Stars” (de la Western Association of Motion Picture Advertisers).
Sus éxitos en pantalla grande siguieron hasta que en 1928, siendo protagonista de Ramona, llega al público internacional por su excelente actuación y voz, pues fue la primera película estadounidense con efectos de sonido. Otro de sus grandes éxitos fue su participación en el musical Volando a Río, en donde la actriz baila el tango Orchids in the Moonlight junto a Fred Astaire.
El rostro de del Río llegó a ser tan reconocido que, cuando iniciaron el rodaje de Estrella de fuego (1960), se dice que Elvis Presley llegó con un ramo de flores y le dijo: “Señora, yo sé perfectamente quién es usted. Es un honor trabajar con una de las leyendas más grandes y respetadas del Hollywood clásico. Como usted va a ser mi madre en la película, quiero pedirle permiso para que mi oftalmólogo me haga unos lentes de contacto que imiten el color de sus ojos”.
Mientras su carrera crecía, se divorció de Jaime del Río y comenzó romances con diferentes actores y directores, el más importante de ellos, el cineasta Orson Welles, a quien conoció cuando su carrera fue derrumbándose. Al comenzar su romance con Welles, decide dedicarse al amor y presenciar cómo el director realiza el rodaje de Ciudadano Kane (1941).
Dolores y su cara con cejas depiladas y pequeños labios ya había llamado la atención de artistas como su amigo Diego Rivera, José Clemente Orozco y Miguel Covarrubias, por lo que decidió regresar a México y reiniciar su carrera aquí, en 1943. Desde su primer trabajo en México triunfa, protagonizando Flor Silvestre de Emilio “El Indio” Fernández.
La mayoría del resto de su carrera artística la desarrolla entre México y Estados Unidos, entre programas de televisión, películas y cine, hasta la década de lo años 70, cuando decidió usar su imagen para actividades filantrópicas. Se convirtió en una de las fundadoras del Festival Internacional de Cine y trabajó para la ANDA.
Murió el 11 de abril de 1983 debido a que sufría de osteomielitis y hepatitis B, por lo que tenía que ser inyectada con vitaminas. Lamentablemente, una de las inyecciones estaba contaminada. Ese mismo día había recibido la invitación para ser la presentadora de los Premios Óscar.
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