Álvaro Carrillo Alarcón, o simplemente Álvaro Carrillo, fue uno de los compositores mexicanos más talentosos en la historia del país. Nacido el 2 de diciembre de 1919 en el municipio es Cacahuatepec, Oaxaca, Álvaro marcaría la historia de los boleros y las chilenas con su todas sus composiciones (de las que no se sabe si fueron 300 o si ascendieron a 500 piezas).
Algo que nunca ha sido un secreto entre sus seguidores, o todo aquel que sepa un poco de cantantes de boleros, es que Álvaro tuvo una formación académica que dista mucho de su vocación musical. Fue en el año de 1945 cuando se recibió como ingeniero agrónomo por la Escuela Nacional de Agricultura con sede en Chapingo.
Eso sí, nunca se caracterizó por ser el alumno modelo, pues mucho se sabe de las ocasiones en las que el cantante de El Andariego se escapaba del colegio, cosa que le ameritó muchos castigos. De hecho, era sabido también que Carrillo usaba su tiempo entre sus estudios y la música: mientras iba a clases de lunes a viernes, durante los fines de semana iba tocar en cualquier sitio donde fuera bien recibido.
Tiempo después, a pesar de que llegó a ejercer su carrera de ingeniero en la Comisión Nacional del Maíz, no pasaría mucho antes de que el compositor terminara por inclinarse hacía su amor por los boleros, las chilenas, los vals y las rancheras. Si por algo es recordado era por la facilidad con la que llegaba a sacar sus canciones y por incluso ayudar a sus amigos y conocidos a dar serenatas a sus enamoradas en turno.
Y así como podía interpretar los versos más románticos, Carrillo podía obtener sus ideas de las situaciones más inverosímiles posibles. Por ahí se dice que lo que lo motivó a componer Sabrá Dios, fue una breve charla que tuvo con una mujer que trabajaba en una oficina de correos. En esa ocasión, luego de comprarle un sello postal, el cantante preguntó “¿Cuánto va a ser, señora?”, a lo que la mujer le corrigió “Señorita, por favor” y Carrillo finalmente respondería “Sabrá dios”.
Luego de que se lanzara al estrellato con su canción Amor mío, Carrillo sería llamado por varias personalidades del espectáculo para colaborar con él. Al mismo tiempo, llamaría la atención de gente metida en el mundo de la política; tal fue el caso del ex presidente de México, Adolfo López Mateos, quien solía llamarlo a su casa para que hiciera conciertos privados.
Otra de las historias que se cuentan es que en alguna ocasión López Mateos le ofreció un cheque en blanco. Al preguntarle cuánto quería que le pagaran, Carrillo le respondió que mejor él pusiera el precio, puesto que “no debía abusar”.
Eso sí, Carillo no obtendría su reconocimiento en la historia de la música en todo el mundo hasta que compuso Sabor a mí. Esta canción fue todo un fenómeno que logró alcanzar a diversos países. No por nada sigue contando con múltiples versiones hechas por varios artistas en diferentes épocas; entre los más destacados están Luis Miguel y artistas extranjeros como Kali Uchis y el grupo de pop coreano, EXO.
Desafortunadamente Álvaro Carrillo vería el fin de su carrera, y de su vida, de forma abrupta. El 3 de abril de 1969, Carrillo regresaba de Guerrero luego de que llevara a su familia a la toma de posesión del nuevo gobernador. Viajaban el cantante, su esposa (Ana María Incháustegui), sus hijos Álvaro y Mario, y su chófer. Iban de camino a la Ciudad de México cuando, en el kilómetro 11 de la autopista México-Cuernavaca, una camioneta guayín que iba en sentido contrario chocó contra el vehículo donde se encontraba la familia.
Mientras el chófer murió instantáneamente, Carrillo tardó unos minutos más, su esposa también falleció al día siguiente a causa de las heridas. Sólo sus hijos sobrevivieron.
El legado de Álvaro Carrillo en el cine
A pesar de todo, hubo un intento en 1988 por inmortalizar la vida del cantautor en la pantalla grande. Así es como se estrenaría Sabor a mí, una cinta biográfica que sería protagonizada por José José, quien haría del oaxaqueño y haría uso de su prominente voz para interpretar varios de sus clásicos.
En esta historia retoman las andanzas de Carrillo desde su juventud, cuando pertenecía a la Universidad de Chapingo. Ahí narrarían la historia de amor de Álvaro Carillo y su novia Ana María, mismas que se vería envuelta en una serie de problemas por las constantes visitas del músico a casas de citas, sitios donde trabajar como cantante.
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