Estrenada el miércoles de la última semana de Cuaresma de 1952, el 2 de abril de ese año, El mártir del Calvario constituye la película más entrañable del cine nacional para la Semana Santa. Por 69 años los mexicanos hemos visto una y otra vez la famosa obra audiovisual del director español Miguel Morayta protagonizada por su compatriota Enrique Rambal, que cuenta la vida y prodigios que de Jesús de Nazareth están narrados en el Nuevo Testamento.
La representación de Cristo como redentor de la humanidad ha sido plasmada en el cine desde sus inicios, conmoviendo a las audiencias, y aunque han proliferado producciones extranjeras, Latinoamérica, extensión territorial arraigada en la fe cristiana, tiene en esta versión una obra representativa de los pasajes bíblicos que cuentan las enseñanzas, crucifixión y resurrección del hijo de Dios.
Promocionada como “El drama más grandioso de la humanidad” y convertida en un clásico desde su época, cuando en 1954 fue presentada en el Festival de Cannes y obtuvo para Morayta -militar, guionista y director de cine exiliado en México tras la Guerra Civil- su nominación por La Palme d’Or, la trama se aboca en contar el ministerio de Jesús desde la recolección de sus discípulos hasta su resurrección al tercer día, luego de su muerte en el Gólgota, al exterior de las murallas de Jerusalén.
La emblemática película que se transmite en televisión abierta nacional cada año, cuenta los pasajes de la Biblia que siguen conmoviendo al espectador: el sermón de la montaña, la multiplicación de los panes y los peces, la sanación de los enfermos -un niño ciego y un hombre paralítico-, la confrontación con los escribas y fariseos, la redención de María Magdalena (Alicia Palacios), la resurrección de Lázaro (Manuel Dondé), la traición de Judas Iscariote (Manolo Fábregas) y el calvario de la pasión de Cristo.
La interpretación de Rambal como el nazareno conmovió al público desde su estreno y sentó un precedente en el imaginario nacional, pues su actuación, tono y semblante, así como su acento, han sido tomados como referencia para otras representaciones como la anual del barrio de Iztapalapa y otras subsecuentes obras artísticas mexicanas.
Se sabe que el rodaje, debido al limitado presupuesto de la producción, se realizó enteramente en los Estudios Tepeyac de la Ciudad de México sin ninguna locación exterior. Como parte de su preparación para el histórico personaje, Rambal se sometió a un acondicionamiento físico para soportar la cruz que no era de utilería sino un tronco real, como tampoco lo fue la corona de espinas que le colocaron en la filmación, ni sus gotas de sangre.
Rambal, de entonces 28 años, ya había ganado notoriedad en el cine español en la década de los 40, pero para su primer papel en México afianzó su fuerza espiritual acercándose al baptisterio católico. Se preparó también para el papel comiendo poco, sólo pan de centeno, y se le podía ver por aquellos días recorriendo iglesias desde la Catedral hasta los templos más pobres, siendo recurrentes sus visitas a la iglesia de La Conchita, en Coyoacán.
El hecho de que el actor elegido para encarnar a Jesucristo fuera oriundo de Valencia generó especulaciones en la época, al señalar que era una forma simbólica de representar que la fe católica fue traída a México en la conquista española.
Acompañado de un elenco mexicano conformado también por Consuelo Frank, como la virgen María, y José Baviera, en su quinta representación en el cine como Poncio Pilatos, El mártir del Calvario logró con un presupuesto mínimo y una escenografía notablemente teatral, lograr una estética armoniosa de profundo impacto visual convirtiendo a la cinta de la naciente época del cine de oro en uno de sus máximos logros y con una repercusión social que perdura hasta este 2021.
Enrique Rambal, tras convertirse en el nazareno más venerado del imaginario popular mexicano, participó en más de 80 producciones fílmicas y televisivas, como El ángel exterminador, de Luis Buñuel, en 1962, y la telenovela Los caudillos, en la que interpretó al cura Miguel Hidalgo. El Cristo más conmovedor de la pantalla nacional falleció en 1971 a los 47 años por un ataque al corazón.
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