La reconocida actriz estadounidense Sharon Stone, de 63 años, contó en sus memorias -The Beauty of Living Twice (La belleza de vivir dos veces, en inglés) - que en el año 2001 un médico aumentó el tamaño de sus pechos sin su consentimiento. En concreto, explicó que pasó por el quirófano para que le extirparan unos tumores benignos y cuando despertó su busto era más grande.
La protagonista de “Bajos Instintos” no tardó demasiado en descubrir que ese cambio en su físico no era producto de su imaginación por la anestesia, sino que el cirujano realmente había tomado la decisión de ponerle implantes sin consultarle antes.
“Cuando me quitaron el vendaje descubrí que tenía senos más grandes, que según el médico pegaban más con el tamaño de mis caderas”, recordó la estrella de cine.
Cuando Stone le preguntó a su cirujano sobre el hecho, él le dijo que pensaba que se vería mejor con senos más grandes y “mejores”. “Él había cambiado mi cuerpo sin mi conocimiento o consentimiento”, añadió.
En línea con las numerosas revelaciones contenidas en el movimiento #MeToo, que comenzó en 2017, Stone revela además que sufrió episodios de acoso y actitudes machistas de miembros de la industria del espectáculo. Aseguró por ejemplo que un productor le sugirió que debía acostarse con un compañero para “tener más química” en la pantalla.
“¿Qué te crees, que porque me acueste con él será mejor actor? Nadie es tan bueno en la cama. Pensé que debían contratar a un compañero con más talento, que pudiera llevar una escena y acordarse de su texto. También pensé que podían irse a la mierda y dejarme en paz”, expresa la intérprete en su libro, en el que tocó varios puntos sobre su vida pública, pero también se explayó sobre su vida privada.
También cuenta que un cineasta se negó a trabajar con ella porque se negó a sentarse en su regazo. “Gracias a Dios ahora no es así. Todo el sistema está cambiando. Hay más mujeres al timón, y no están obligadas a seguir el juego de los hombres”, remarcó.
En sus memorias, que comenzarán a ser vendidas el 30 de marzo, también habla sobre el derrame cerebral que experimentó en 2001, a los 43 años. Hablando sobre ese terrible momento con el periodista Willie Geist, Stone dijo que estaba acostada en una cama de hospital al borde de la muerte.
“La habitación estaba tan silenciosa”, recordó la actriz sobre ese doloroso episodio. “Cuando la habitación está tan silenciosa y nadie está corriendo tratando de curarte, es cuando te das cuenta de lo cerca que está la muerte y lo serio que es todo”.
Stone se recuperó y se tomó un descanso de la actuación de dos años mientras recuperaba su salud, pero dijo en una entrevista de 2019 con Variety que el accidente cerebrovascular estancó su carrera. Pasó de estar en la cima a luchar por encontrar trabajo durante siete años, mientras que también perdió la custodia principal de su hijo adoptivo, Roan.
“La gente me trató de una manera brutalmente cruel”, dijo Stone. “Desde otras mujeres en mi propio negocio hasta la jueza que manejó mi caso de custodia, no creo que nadie se dé cuenta de lo peligroso que es un derrame cerebral y lo que se necesita para recuperarse”.
“Tuve que volver a hipotecar mi casa. Perdí todo lo que tenía. Perdí mi lugar en el negocio”, continuó. “Yo era la estrella de cine más sexy, ¿sabes?”.
Desde entonces, Stone se ha reconciliado con Roan, que ahora tiene 20 años, y vive con él y sus dos hijos adoptivos, Laird, de 15, y Quinn, de 14.
“Cuando era niña, siempre quise tener una casa llena de niños corriendo y gritando y perros, y lo conseguí. Y me siento muy bendecida y feliz por la vida que tengo. Somos felices juntos”, concluyó.
SEGUIR LEYENDO: