Blanca Martínez, mejor conocida como “La Chicuela”, conductora de programas de música grupera, contó detalles sobre la violación que sufrió por parte de un empleado de su padre y del error que cometió al callarse, así como de una nueva agresión a los 24 años en donde las autoridades no le hicieron caso.
Tras vivir su primer abuso a los 12 años, “La Chicuela” aseguró que se afectó su autoestima y forma de ser porque anterior al trauma solía ser una niña extrovertida con buenas calificaciones. “Me volví totalmente ermitaña, no quería hablar con nadie y siempre quería estar sola”, refirió a Carmen Muñoz en el programa Mimí Contigo.
Asimismo, detalló que el miedo a que su papá matara a su agresor la detuvo a contar la verdad. Fue años después que decidió contar lo sucedido tanto a su madre como a Jenni Rivera, quien no creía que ella hubiera pasado por esta situación.
Con los ojos llorosos, añadió que al momento de buscar ayuda psicológica vivió una experiencia desgarradora al escucharse, pues no se reconocía. A partir de esta experiencia, pudo darse cuenta que en otras épocas las mujeres no podían hablar de esas cosas, aunque afortunadamente los tiempos están cambiando con un mayor empoderamiento para el género femenino.
“Sentía que no valía nada. Fue una violación, me llevó a un hotel con engaños, me obligó a ir y fue horrible. Me decía como si fuéramos a hacer un mandado y ya cuando vi que no reconocía a dónde íbamos me agarró del brazo y no me soltó, me dijo que me callara y que no dijera nada porque entonces iba a tener problemas mi familia. Estaba paralizada”, relató.
Los hechos afectaron su vida en el futuro, incluso su primera relación sexual voluntaria porque la hizo revivir la situación.
“Me sentía sucia y menos que las demás mujeres porque se supone que debías ser virgen hasta el matrimonio. Cuando escuchaba a mis compañeras en la escuela hablar de su primer beso me acordaba de lo que había vivido y no sabía si podría confiar o entregarme en un hombre”.
Sin embargo, en la actualidad sabe que todos los momentos difíciles en su vida la han convertido en la mujer que es y, aunque le ha costado trabajar el amor propio, tiene un mensaje para esa niña asustada. “Le diría que no está sola, que debió haberle dicho a su mamá y papá; que lo que no la mató la hizo más fuerte. Estamos en otra época y las mujeres gracias a Dios ya no las educamos con el pensamiento que tienen que ser sumisas o quedarse calladas. No, tienes que denunciar”, expresó en medio del llanto.
El destino le tenía preparada otra mala jugada a los 24 años, cuando fue víctima de violencia con una ex pareja. En esta ocasión le contó a una amiga y su madre, quienes no le creyeron, y acudió a las autoridades en dos ocasiones sin obtener una protección de su parte.
“Hay señales que hay que estar bien atenta. Empiezan con gritos, con una discusión que alzan la voz de más y el típico jaloneo. Yo a eso no le di el peso que debía y después vinieron los golpes. Con mucha tristeza te digo que no pasó nada. Vivía en Monterrey y con el ojo morado, marcada la mano en el brazo y los golpes en la cara fui a denunciar y me dijeron que no era suficiente. Yo le dije ¿tengo que venir muerta o cómo? Sentía que no podía permitir eso de ninguna forma”, aseguró.
Blanca sentía tanto miedo que dormía con las llaves de su departamento, aunque decidió continuar con la relación hasta que fue golpeada en el baño. Su reacción fue tomar su bolso y salirse, esta vez con destino a la Ciudad de México.
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