El delirio persecutorio, como el que se señala que sufrió el actor Rafael Amaya, se se presenta cuando una persona convive con una serie de ideas y de creencias irracionales en las que cree que está siendo perseguido, espiado o que diferentes personas u organizaciones van a por él; casi siempre con la intención de agredir o provocar algún daño, tanto físico como psicológico.
Es importante que éste no sea confundido con el delirio de persecución que causa la esquizofrenia, un transtorno mental que afecta a más de 21 millones de personas alrededor del mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras que en México, más de un millón de personas padecen esta enfermedad.
El Doctor Raúl Escamilla, Médico Psiquiatra de la UNAM, define a la esquizofrenia como “una enfermedad cerebral compleja que afecta algunas de las funciones que rigen el pensamiento, las emociones, la conducta y la percepción”. Las actos que se pueden experimentar con este padecimiento son el oír voces o sufrir delirios.
Volviendo al delirio persecutorio, según el Manual de Diagnóstico DSM-V, éste es “una falsa creencia basada en una inferencia incorrecta relativa a la realidad externa, que es firmemente sostenida, a pesar de que casi todo el mundo cree y a pesar de cuanto constituye una prueba o evidencia incontrovertible y obvia de lo contrario”.
Es decir, un delirio es una creencia completamente irracional para un paciente, ya que constantemente éste se siente seguido, acosado u hostigado por personas conocidas por él o por extraños.
Las experiencias que realiza alguien con este trastorno pueden ser estridentes y aleatorias, éstas aparecen sin ningún estímulo específico. A pesar de lo anterior, la manifestación de delirios no constituye un patología por sí misma, no se señalan como una enfermedad en particular, sino que surgen como síntomas de alguna alteración psicológica.
Existen diversos tipos de delirio: de persecución o perjuicio. De celos o celotipia. De atracción o erotomanía. De grandeza o megalomanía. De depresión. De control o de influencia.
Los delirios no tienen una enfermedad específica en la cual aparecer, ya que se presentan en pacientes con paranoia, esquizofrenia, transtorno bipolar, y depresión.
Aunque también se pueden apreciar en personas que no están diagnosticadas con alguna enfermedad en especial, pero sufren demencia, transtorno psicótico leve, transtorno esquizofreniforme, delirium, transtorno psicótico debido a enfermedad médica y transtorno psicótico inducido por sustancias.
Es este último, el transtorno psicótico inducido por sustancias el que aparece durante los efectos de una droga, inclusive puede seguir cuando un consumidor de sustancias esté en proceso de dejar la misma, cuando se encuentre en rehabilitación.
Sin embargo, para poder catalogarlo dentro de este transtorno se necesitan realizar exámenes médicos que afirmen o nieguen que en ese momento el paciente estaba bajo los efectos de alguna sustancia o que se encontraba en un episodio de resistencia a las drogas.
Como se sabe, el actor se encontraba en un centro de rehabilitación a causa de su consumo de drogas, mismo del que escapó. Por tanto, las creencias delirantes que presentó, pueden ser una consecuencia del consumo de sustancias o alguna enfermedad médica.
En caso de que se descarte una padecimiento mental, los especialistas recomiendan que el tratamiento se base en terapias cognitivo-conductuales; así como el entrenamiento en habilidades sociales y las medidas de rehabilitación. Aunque esto solo lo podrá decidir el médico encargado.
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