Han pasado casi nueve meses desde que la actriz Livia Brito se vio envuelta en un escándalo cuando junto a su novio Mariano Martínez golpeó y despojó de sus pertenencias al fotógrafo Ernesto Zepeda, quien denunció las graves heridas que la actriz de 34 años le infligió el pasado mes de junio en Cancún.
El paparazzi contó a la prensa que la cubana lo agredió física y verbalmente, además de despojarlo de sus pertenencias, incluida la cámara con la que la captó, hecho que desencadenó la furia de la histrionisa, y próxima protagonista del melodrama La desalmada.
Cuando se dio a conocer el caso, Brito intentó negar la acusación, pero su versión se vino abajo cuando Zepeda mostró la evidencia. Tras verse acorralada, y luego de presuntamente haber intentado desvincularse del caso con ayuda política del gobierno de Quintana Roo, la actriz ha declarado en distintas ocasiones que no cuenta con los recursos necesarios para indemnizar al fotógrafo.
Ahora, y varios meses después de lo sucedido, el caso continúa activo en el Ministerio Público de Cancún, siendo que Brito se ha negado a resarcir poco más de 300 mil pesos, cantidad que el fotógrafo agredido solicita por concepto de gastos de abogados, médicos y reparación de los daños materiales.
Según una fuente la revista TVNotas, la actriz que argumenta “no tener dinero” para pagar su culpa ante la justicia mexicana, recientemente se hizo de una millonaria mansión, además de haber salido de vacaciones donde brilló por su ostentoso estilo de vida. Aunado a ello, se reveló que Brito le regaló a su novio una camioneta del año y lo apoya con un negocio que el joven de 24 años está emprendiendo.
Sobre el escándalo legal que atraviesa, el informante declaró: ”No se ha resuelto nada, pues ella asegura que no tiene estabilidad económica para compensar todos los daños, y al señor sólo le da largas y largas. Livia se la ha pasado diciendo mentiras y se hace la víctima cada vez que tocan el tema, pero sí tiene dinero. Ella vive como reina, llena de lujos y viajes, además, mantiene al novio”, comenzó por contar.
Según la versión, Livia ha sabido sacarle provecho a su carrera actoral por lo que ahora disfruta de sus ingresos sin preocupación.
“A ella siempre le ha ido muy bien. Hace dos años se compró un grande, lujoso y muy moderno departamento frente a la televisora del Ajusco, que le costó cerca de seis milloncitos de pesos y los pagó sin preocupación alguna. Lo más gracioso es que como en ese edificio ya nadie la quería y todos hablaban pestes de ella, en enero de 2020 tomó la iniciativa de mudarse y decidió comprarse una casa en el Pedregal, con la que fácilmente desembolsó otros 17 millones”.
Y es que se reportó que la mala actitud de la cubana habría sido el motivo para que saliera “peleada” con los vecinos del departamento:
“Siempre fue muy grosera y prepotente con todos sus vecinos y con los trabajadores de ahí, decía que todos eran ‘corrientes y nacos’. Ella misma me contó que se peleaba con ellos por cualquier cosa que no le gustara”.
Sobre la nueva mansión del Pedregal, el informante reveló que es el padre del actriz, junto con su novio Mariano, quienes se encargan de dirigir las remodelaciones, además en la publicación se mostraron fotografías de personal de la construcción ingresando a la propiedad.
“La casa costó mucho, pero aun así requería de una remodelación, y desde inicios de la pandemia la ha estado arreglando y amueblando. Su papá, don Rolando, es quien se ha encargado de todo. Livia ha estado gastando un dineral en la remodelación de su hogar y, por eso mismo, puedo afirmar que miente al decir que no tiene con qué pagarle al paparazzi”, contó el informante.
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