En los años 90 una telenovela cambió la vida del actor Carlos Bonavides, quien a pesar de, para ese momento, ya llevar varios años en el medio del entretenimiento mexicano, aquel proyecto lo catapultó a la fama masiva, tanto así que el éxito apabullante lo hizo caer en una espiral de excesos.
Se trata del melodrama con tintes cómicos El premio mayor, producción del realizador Emilio Larrosa con la que en el papel del excéntrico millonario “Huicho Domínguez”, Bonavides alcanzó el punto más alto de popularidad en su carrera, pero que también lo hundió en el espejismo de la fama.
El actor volvió a recordar los aspectos sombríos que le trajo el éxito en una reciente charla que tuvo con la conductora Talina Fernández, con quien recordó cómo perdió el piso y puso en peligro su vida en algunas ocasiones, como consecuencia de su severa adicción a las drogas.
“Ya la heroína y la cocaína la usé grande, pero empecé a tomar muy chico, de 14 años, y tomé toda mi vida. Después las drogas llegaron a mi vida y, cuando me hice famoso como “Huicho”, ese ladrillo me volvió loco, me transformó”, contó el actor a la reconocida presentadora de televisión en su sección del programa Sale el sol.
Bonavides reconoció que sus excesos, quien los padeció en gran medida fue su madre, que ya falleció, pero que el actor “sigue sintiendo cerca”: “Hice sufrir mucho a mi madre y sufrí mucho, pero afortunadamente encontré el amor y me di cuenta del amor que me había dado mi madre siempre. Ella fue un escudo, su muerte fue y es para mí un dolor inquebrantable, pero también un alivio espiritual, porque mi mamá era mágica”, contó en la conmovedora entrevista.
Y es que la fortaleza que lo ayudó a salir de los excesos fue su familia, cariño con el cual contó luego de perder la estabilidad emocional por la fama que generó en la telenovela protagonizada por él y Laura León:
“Tuve la oportunidad de tener padres mágicos: de que su manera de pensar, de ilusionar, de que viéramos la vida de una manera positiva, fue lo que me salvó del alcoholismo y la drogadicción. Gracias a Dios tengo una constitución muy fuerte”, expresó el actor, quien también reveló que de niño y joven padeció carencias e incluso tuvo que trabajar en la calle.
El famoso de 80 años señaló que ahora las adicciones son un “escudo”, pues a partir de lo que vivió con ellas se permite aconsejar “a los jóvenes con los que voy, a las cárceles a las que voy. Las adicciones no sólo son alcohol. Son dolorosas y no llevan a nada”.
El actor reveló que ahora su hijo Tadeo, de 12 años, es su más grande apoyo emocional, y se dijo feliz de apoyarlo en su carrera artística, pues el pequeño es actor y ya se encuentra incursionando en sus primeros proyectos. De hecho Bonavides reveló que buscará apoyar a su hijo para que trabaje en proyectos internacionales y logre ganar un premio Oscar.
“Donde he llorado más es cuando mi hijo nació; cuando iba a nacer, mi mujer me dijo: ‘¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a pedir limosna, andar en la calle, o te vas a levantar como un hombre?’”, reveló. Por último, el actor afirmó que un hombre “no es el que tiene muchas mujeres, ni el que pelea o el que toma. Un hombre es el que está presente en donde debe estar. Primero se debe querer. Toda la vida no me quise, era un cobarde; fui el hombre más mediocre y el peor de todos. Y ahora dirás que estoy loco, pero lucho por la santidad”, contó el actor con aire melancólico.
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